Tras una serie de episodios violentos que se vienen suscitando desde la semana pasada, ocho alumnos de 1º, 2º y 3º año de la escuela Normal Nº 32 Gral. San Martín (Saavedra 1751) continuarán con el período lectivo en sus domicilios particulares. Tales hechos, que hasta acá dejaron un menor herido de arma blanca y que también involucra a alumnos de la escuela Técnica Nº 480 Manuel Belgrano, tienen seriamente preocupadas y “desbordadas” a las autoridades de ambas instituciones educativas.
Según relató la rectora de la escuela Normal, Mónica Bejarano, todo comenzó el miércoles de la semana pasada cuando a tres cuadras de la institución se produjo un “enfrentamiento” callejero entre alumnos de dicha escuela con otros de la Belgrano, ubicada en Moreno y Urquiza. Ambos establecimientos están a dos cuadras de distancia. Del cruce resultó herido el menor que, según confirmó Bejarano, concurre a la Belgrano.
Tras el primer episodio y luego de identificar a los ocho alumnos involucrados, las autoridades de la Normal resolvieron que no asistan a clases hasta el martes de esta semana. Y que los padres los acompañen en el ingreso y a la salida del establecimiento.
Pero la situación no terminó ahí. A pesar de las medidas, ayer se repitieron los hechos violentos en un claro intento de “vengar” el primero. En el momento de salida del turno tarde, cuando uno de los chicos involucrados se retiraba en compañía de su padre fue abordado, a metros de calle Monseñor Zazpe, por un grupo de jóvenes que concurrirían a la Belgrano. Uno estaba armado con un cuchillo de cocina. el hombre, que aparentemente sería policía, redujo al agresor que luego fue retirado del lugar por otros agentes. Mientras tanto, a metros de ese lugar otro grupo de jóvenes que también concurrirían a la Belgrano abordaron el vehículo del padre de otro de los ocho menores de la Normal para agredirlo.
El valor de la palabra
Esta mañana, antes de concurrir a la sede policial para realizar la correspondiente denuncia de los hechos descriptos, Mónica Bejarano confirmó que los ocho alumnos de la escuela Normal no asistirán a clases hasta tanto no se garantice su seguridad. “Los chicos nuestros están amenazados, en alerta y en actitud de defensa. la situación nos excede y nos está desbordando. el problema persiste”, remarcó la rectora.
—¿En el episodio de ayer estuvo implicado un alumno de la escuela Belgrano?
—No lo conocemos, ni sabemos si es alumno de la escuela Belgrano. Tengo la sospecha que no.
—¿Cómo organizaron las clases domiciliarias a los ocho alumnos?
—Hasta aclarar la situación, van a retirar tarea pedagógica cada 15 días, van a presentar trabajos prácticos y no se les va a poner la inasistencia. Si necesitan ayuda escolar la van a recibir. Se verá hasta cuándo, puede ser hasta fin de año o que se dé el reingreso antes. Eso se analizará con las autoridades y el equipo de la escuela. de eso hablé ayer con el supervisor y la responsable del equipo socioeducativo. Vamos a generar encuentros para ver cómo resolvemos el problema.
—¿Son frecuentes este tipo de hechos?
—Disputas entre escuelas nunca tuvimos. Se ve mucho más que en otros tiempos que los chicos se agreden, se pelean. Lo que atemoriza es que los chicos sacan cuchillos, el temor es que se sigan agrediendo y salgan lastimados. Esto ya no es una pelea cualquiera. A veces, son cuestiones que se generan en los barrios, de chicas, otras pueden ser más profundas. Están fuera del alcance de la lógica escolar y eso desorienta a los padres y a la escuela. Lo de ayer fue muy desagradable.
—¿Habló de lo que ocurrió con los padres de los alumnos?
—Sí. Están sorprendidos, asustados, preocupados. Vamos a dialogar para ver qué salida le damos a este problema y resguardar la integridad física de los chicos. Tienen que entender que esta no es la manera de comunicarse. Los chicos han traído cuchillos a la escuela para defenderse y eso no lo podemos permitir.
—¿Qué análisis hace de lo que ocurrió?
—Creo que los jóvenes son una manifestación clara de la sociedad. Hay un problema social en los adultos que no logramos trasmitir posibilidades de comunicación no violenta. Esto se ve, sobre todo, en los menores de 16. Después logran reflexionar pero los menores pasan al acto de violencia sin mediar la palabra, no confían en la comunicación; entonces, las diferencias que hay entre grupos terminan en estas manifestaciones violentas. En las aulas se ve que los grupos de alumnos no se comunican entre sí porque a uno le gusta un estilo de música, porque tienen distinta cultura o porque son de otro barrio de la ciudad. Hay una fragmentación social, un rechazo de la diferencia.
Pero también hay que decir que muchos alumnos de la escuela Normal no están en esa situación, el problema es grave pero lo tenemos con 8 y concurren 950 alumnos.