Momentos de terror se vivieron ayer en un corralón de la zona norte de la ciudad cuando dos delincuentes entraron a robar y antes de escapar efectuaron un disparo dentro del negocio. Por fortuna no hubo que lamentar víctimas.
Ocurrió en el corralón Barceló (Blas Parera 8600). Delincuentes amenazaron y se llevaron dinero. Antes de escapar efectuaron un disparo contra el techo.
Momentos de terror se vivieron ayer en un corralón de la zona norte de la ciudad cuando dos delincuentes entraron a robar y antes de escapar efectuaron un disparo dentro del negocio. Por fortuna no hubo que lamentar víctimas.
La secuencia se inició poco antes de las 16 cuando dos individuos llegaron a bordo de una moto hasta el corralón Barceló (Blas Parera 8600). Los desconocidos estaban armados y cubrían sus rostros con barbijos.
En ese momento dentro del local estaba María (una de las dueñas) junto a dos colaboradores. Fue uno de éstos últimos quien se retiró hasta un patio para acomodar unos materiales cuando se vio sorprendido por uno de los ladrones que lo apuntó con un arma de fuego.
Bajo amenazas el trabajador fue llevado "encañonado" hasta el salón de ventas, donde lo aguardaba su compinche. Una vez allí repitieron la acción con las demás víctimas que fueron reducidas en cuestión de segundos.
"Los tipos estaban 'sacados'... muy nerviosos y agresivos. A todo momento gritaban que querían plata. No teníamos mucho dinero porque recién abríamos el local, pero ellos insistían", relató María en diálogo con El Litoral.
"Una vez que se llevó lo poco que había en la caja empezó a pedir más. Como le dijimos que no había se enojó un poco. Entonces comenzaron a irse pero antes de eso hizo un disparo que pegó en el techo. Ahí me asusté más todavía", comentó la mujer.
"Había uno que estaba como enloquecido. Empezó a pedir los celulares. Hasta se llevó las llaves de mi casa y de mi auto. Entonces yo me puse a llorar y le rogaba que no se llevara todo".
En esta parte el malviviente dio muestras de compasión, por cuanto luego las llaves mencionadas fueron encontradas en la puerta del negocio. El ladrón las arrojó al suelo antes de darse a la fuga.
"La verdad que la situación de inseguridad es tremenda. Acá estuvimos al borde una desgracia. Cuando el asaltante hizo el disparo fue terrible. Después vino la policía y encontró el casquillo. No sé dónde vamos a ir a parar con todo eso. Pero así no se puede seguir", concluyó.