Fueron minutos de terror los que se vivieron ayer al mediodía en la farmacia Braicovich.
Las víctimas fueron maniatadas y tiradas al piso por un malviviente que luego fue detenido.
Fueron minutos de terror los que se vivieron ayer al mediodía en la farmacia Braicovich.
La secuencia se inició cuando un hombre ingresó al local ubicado en López y Planes 4400, esto es en el corazón de barrio Barranquitas.
"A simple vista tenía un aspecto normal, parecía un obrero de la construcción", dijo hoy uno de los encargados del comercio en diálogo con El Litoral.
En ese momento los farmacéuticos estaban atendiendo a una clienta, una señora mayor. Una vez que la mujer terminó su compra, el recién llegado la acompañó hasta la salida y cerró la puerta.
Sin que nadie lo supiera, era el inicio de la pesadilla.
Antes solicitó si tenían Ibuprofeno 600 y cuando los vendedores buscaban el medicamento, el supuesto "cliente" sacó de un bolso que tenía una escopeta del tipo "tumbera".
Sin pérdida de tiempo el sujeto pasó por detrás del mostrador y apuntó contra los empleados. Bajo amenazas, los hizo tirar al piso boca abajo y luego los maniató con un alambre que tenía consigo.
"El tipo se mostraba muy nervioso. Nos pedía la plata a los gritos. Le dijimos que saque lo había en la caja, pero nos pedía más. Nos pedía los celulares también. Y entonces se llevó el que estaba sobre el mostrador", relató una de las víctimas.
Una vez que obtuvo algo de dinero y otros elementos, el rufián salió del local y escapó.
El destino o la suerte hizo que casi en simultáneo con el escape del ladrón, pasara por el lugar un patrullero, cuyos agentes advirtieron que algo anormal estaba sucediendo.
Con disimulo los oficiales fueron siguiendo los pasos del sospechoso, y así pudieron ver cuando ingresó a un inmueble ubicado no muy lejos al lugar del robo, en calle Brasil al 4600.
A todo esto la novedad ya había sido comunicada vía radial a otros uniformados, los que llegaron con camionetas y motos y se aprontaban para una intervención.
El delincuente al darse cuenta de esta "movida" jugó su última carta, e intentó darse a la fuga por los techos de las viviendas vecinas. Sin embargo los oficiales ya tenían rodeada la manzana y lograron apresarlo.
Poco después, y con los recaudos legales del caso, los pesquisas ingresaron a la casa donde el ladrón buscó refugio y hallaron el dinero y los demás elementos robados en la farmacia.
Esta última intervención no fue sencilla ya que otras personas que había en dicha vivienda intentaron agredir a los policiales. En ese contexto se vieron algunos forcejeos que, por fortuna, no llegaron a mayores.
El detenido (un hombre de 50 años) fue trasladado a sede policial donde quedó a disposición del fiscal en turno.
"El susto fue muy grande. Fue un momento horrible porque no sabés cómo el tipo puede reaccionar. Lo que nos queda es el miedo. Ahora estamos trabajando con la puerta cerrada. No sé hasta cuándo vamos a seguir atendiendo así", dijeron las víctimas.
"Igual no hay garantías de nada. Este tipo parecía un 'laburante' y sin embargo nos robó".
"La situación de inseguridad es tremenda. No podés estar parado en un semáforo porque se te aparecen en moto y te roban. No podés andar en bicicleta… Es de locos lo que está pasando. Se vive pésimo", sentenciaron.