En el cruce de la ruta 70 y Saavedra Lamas, esto es en jurisdicción de Recreo, ocurrió un violento suceso que involucró a varias personas, en su mayoría mujeres de la comunidad gitana.
Un piedrazo se estrelló contra una ventanilla del micro y una pasajera sufrió lesiones leves.
En el cruce de la ruta 70 y Saavedra Lamas, esto es en jurisdicción de Recreo, ocurrió un violento suceso que involucró a varias personas, en su mayoría mujeres de la comunidad gitana.
El incidente fue reportado a media tarde del miércoles por personal del Comando Radioeléctrico de Recreo, quienes respondieron a una llamada al 911 relacionada con un hecho de daño contra un colectivo de la empresa Recreo.
Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con el conductor del colectivo, un hombre de 39 años, quien relató que, al pasar por la Parada de Ruta 11 y calle Córdoba, notó que un grupo de cinco mujeres gitanas intentaba detener el vehículo con señales.
Debido a problemas previos con estas mismas personas, el chofer decidió continuar su marcha. Sin embargo, momentos después escuchó un estruendo y observó cómo las mujeres se dispersaban corriendo.
Una de las pasajeras informó que una de las ventanillas había sido rota por el impacto de un objeto y agregó que había sufrido alguños rasguños debido a la rotura del vidrio.
Poco después personal médico del Sies 107 atendió a la pasajera (una joven de 20 años), constatando una leve coloración roja en su espalda debido a los fragmentos de vidrio.
En este contexto, el conductor se dirigió por sus propios medios a la comisaría 16ta. para formalizar la denuncia. En dicho trámite no pudo identificar con certeza a la mujer que arrojó el objeto, ya que eran cinco las involucradas.
Tras iniciar un operativo el grupo de gitanas (dos mayores y tres menores de edad) fue observado aproximadamente a 300 metros del lugar del incidente y posteriormente trasladadas a la dependencia policial.
La fiscal interviniente determinó que no se tomara ninguna medida punitiva, después de conversar con una de las gitanas, una niña de 11 años. La menor declaró que fue ella quien lanzó la piedra, pero sin intención de dañar, sino como un juego.