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Sebastián Wagner, uno de los tres detenidos por el crimen de la estudiante Micaela García, estrangulada en abril último en la ciudad entrerriana de Gualeguay, confesó hoy durante el juicio oral que se le sigue que violó a la joven, aunque dijo que el autor del crimen fue otro de los imputados, que también abuso de ella.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que al declarar como imputado ante el Tribunal Oral Criminal de Gualeguay a cargo del debate, Wagner (31) admitió haber abusado sexualmente de Micaela (21), pero que luego fue "a drogarse" y que en ese transcurso el dueño del lavadero y gomería donde trabajaba, Néstor Pavón (35), "la violó y ahorcó".
"Wagner leyó su declaración. Fue más preciso, dio detalles de cómo fue ocurriendo este trágico evento, es positivo para la fiscalía", dijo el fiscal Ignacio Telenta al término de la primera jornada del juicio, que se realiza a puertas cerradas.
Por su parte, el fiscal general, Dardo Tortul, afirmó que al principal imputado "se lo vio sumamente nervioso" y que como "emocionalmente estaba muy mal", en un momentó dejó de leer su declaración. Tras su declaración, Wagner pidió ser trasladado a la unidad penal de máxima seguridad de la ciudad de Federal, en el norte entrerriano, dijeron a Télam los abogados de las partes que participan del debate. El imputado salió por una puerta lateral de los tribunales con casco, chaleco antibalas y custodiado por numerosos efectivos policiales, quienes lo subieron a un camión blindado y lo trasladaron a la Unidad Penal de Gualeguay.
Por su parte, Pavón se declaró inocente del crimen y dijo que lo que único que hizo fue prestarle el auto a Wagner, aunque -según interpretaron los presentes en la audiencia- en su intento por despegarse del femicidio, incurrió en muchas contradicciones.
En tanto, el tercero en declarar fue el hijastro de Wagner, Gabriel Otero (21), quien también negó haber participado en el hecho y relató que esa madrugada estuvo en su casa durmiendo y que cuando se levantó vio llegar a su padrastro "embarrado".
Wagner, Pavón y Otero están acusados de "abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con homicidio calificado por alevosía, criminis causae y femicidio", por lo que en caso de ser condenados recibirán prisión perpetua.
Tras sus indagatorias, comenzó la ronda de testigos con Andrea Lescano, la madre de la víctima, quien al terminar la audiencia dijo que fue "muy fuerte ver las prendas de ella" cuando fueron exhibidas en el tribunal y contó que no volverá a Gualeguay porque quiere "mejorar" su vida. "Todavía no superé el hecho, no caí, hay muchas cosas que no entiendo ni comprendo, y por eso estoy en tratamiento", remarcó Lescano, quien aseguró que "como madre" no entiende esa violencia contra Micaela.
Luego declararon otros testigos, entre ellos dos amigos de Micaela, y según evaluó el fiscal Telenta "van confirmando las pautas" que tienen previsto desarrollar en el juicio, que continuará mañana con la declaración de una decena de testigos.
Micaela fue vista con vida por última vez la madrugada del 1 de abril último, cuando regresaba a su casa en Gualeguay luego de haber concurrido al boliche King de esa ciudad. De acuerdo con la acusación fiscal, la víctima fue interceptada por Wagner y su hijastro, quienes iban a bordo de un Renault 18 Break, cuyo paso quedó registrado por distintas cámaras de seguridad.
Tras la desaparición de Micaela, se inició un amplia búsqueda que tuvo repercusión nacional y durante la cual su familia y amigos realizaron varias marchas para reclamar por el esclarecimiento del caso.
El 7 de abril, Wagner fue detenido en Moreno luego de haber sido vinculado con el crimen a través de distintas pruebas. Un día después, el cadáver de la chica fue encontrado semienterrado entre pastizales cerca de la ruta nacional 12, en Gualeguay, a unos tres kilómetros de donde se había encontrada una sandalia, un pantalón y un manojo de llaves que le pertenecían. Los médicos forenses determinaron luego que la víctima había sido violada y estrangulada el mismo día en que había desaparecido.
El femicidio de Micaela generó una gran conmoción ya que Wagner había sido condenado a nueve años de prisión por dos violaciones, pero se encontraba en libertad condicional por orden del juez de Ejecución Penal de Gualeguaychú, Carlos Rossi, quien le concedió el beneficio a pesar de que el Servicio Penitenciario provincial se lo había desaconsejado.
A raíz de esta polémica resolución, el magistrado afronta ocho pedidos de enjuiciamiento, pero hasta ahora ninguno de ellos ha sido tratado por la comisión legislativa, que ha ido cambiando su integración por las sucesivas recusaciones que impone la defensa de Rossi, ejercida por el abogado Miguel Cullen.
El caso de Micaela derivó también en que el Congreso Nacional sancionara en julio la ley que limita las excarcelaciones para condenados por delitos graves como homicidio, robo agravado, secuestro, trata de personas, entro otros