El Ministerio de Salud de la Nación, reveló una estadística que pone en alerta a la sociedad. Cada 5 días, un niño menor de 4 años fallece ahogado en el país, lo que generó preocupación entre los expertos.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), aportó valiosos consejos para prevenir estos episodios.
El Ministerio de Salud de la Nación, reveló una estadística que pone en alerta a la sociedad. Cada 5 días, un niño menor de 4 años fallece ahogado en el país, lo que generó preocupación entre los expertos.
En Argentina, los últimos datos disponibles del Ministerio de Salud de la Nación son estadísticas de 2021 y muestran que ese año se registraron 281 muertes por esta causa, de las cuales108 correspondieron a menores de 19 años. Esto implica una persona cada 31 horas, y un menor de 19 años cada tres días.
En el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, el Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), aportó valiosos consejos para prevenir estos episodios y, en caso de que ocurran, cómo abordarlos de manera adecuada. Los expertos hacen hincapié en la importancia de la supervisión constante y atenta de los adultos, especialmente cuando los niños se encuentran cerca de bañeras, piletas o cualquier otro contenedor de agua.
Las piletas de natación en el hogar se presentan como uno de los escenarios más peligrosos, por lo que se recomienda instalar cercos perimetrales completos y seguros con mecanismos de cierre adecuados para mantener a los niños protegidos y alejados de estos espacios acuáticos sin la supervisión de un adulto capacitado.
Además, se advierte sobre los riesgos que implican las aguas oscuras en movimiento, como ríos, arroyos, mares o lagos, donde las condiciones son poco transparentes y existen corrientes y remolinos que pueden ser peligrosos para los niños. Es por ello que es fundamental mantener a los niños alejados de estas áreas y enseñarles sobre los peligros del agua.
Por otro lado, la SAP destaca la importancia de enseñar a los niños técnicas de natación adaptadas a su edad y necesidades, así como capacitar a los padres, cuidadores y la comunidad en general sobre salvamento y primeros auxilios, incluyendo las técnicas de reanimación cardiopulmonar básica. La rapidez en la reanimación puede marcar la diferencia en la supervivencia de un niño que haya sufrido un ahogamiento.
-No bañarse en solitario
-Respetar los tiempos de la digestión
-No ingerir bebidas alcohólicas y/o drogas
-Utilizar solo las zonas vigiladas destinadas al baño
-Atender a las señales de “prohibición de baño”
-No zambullirse de cabeza si no se conocen los fondos
-No alejarse de la costa con colchonetas o flotadores y utilizar chalecos salvavidas cuando se realiza algún deporte acuático.
Los balnearios deben contar con:
-Boyado y señalización bien visible, actualizado acorde a los eventuales cambios del nivel del agua.
-Guardavidas profesionales en número adecuado a los bañistas, entrenados en reanimación cardiopulmonar (RCP).
-Contar con un sistema de rescate adecuado a cada lugar: megáfonos, motos de agua, embarcaciones de rescate y atención inicial inmediata.
Los especialistas instan a toda la sociedad argentina a tomar conciencia de esta grave problemática y a adoptar medidas preventivas para proteger la vida de los niños. Solo con un compromiso colectivo y una mayor conciencia sobre los riesgos asociados al agua, se podrá reducir la cantidad de casos de ahogamientos infantiles y garantizar un entorno seguro para los más pequeños de nuestra sociedad.
En un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se revela que el ahogamiento representa una catástrofe humanitaria en constante aumento, exigiendo una respuesta global urgente para prevenir pérdidas de vidas que son completamente evitables. Cada año, aproximadamente 236,000 personas pierden la vida en el agua, con el 91% de estas tragedias ocurriendo en países de ingresos bajos y medios.
El informe revela cinco razones alarmantes por las cuales se requiere una acción inmediata para abordar el problema:
1. La mayoría de las víctimas son niños pequeños: Las estadísticas muestran que la mayoría de las víctimas de ahogamiento son niños. En ocho países de la Región Africana de la OMS, se proyecta que al menos el 70% de las muertes por ahogamiento entre 2020 y 2050 serán niños de 1 a 9 años. En otros 14 países, se espera que los niños de la misma edad representen más de la mitad de las muertes por ahogamiento en el mismo período.
2. Sobrevivientes con impactos de por vida: Aquellos que sobreviven al ahogamiento a menudo sufren daños cerebrales catastróficos y discapacidades a largo plazo. Esto genera una carga emocional y financiera abrumadora para sus familias, especialmente en países con altas tasas de ahogamiento.
3. Incidentes no reportados: Muchos ahogamientos no son reportados oficialmente debido a que se producen en desastres relacionados con inundaciones o en accidentes de transporte acuático. Además, algunas muertes por ahogamiento no llegan a instalaciones médicas donde podrían ser registradas.
4. Escala real del problema desconocida: Las estadísticas de ahogamientos probablemente subestiman la verdadera magnitud del problema en muchos lugares. Incluso en países con datos de vigilancia confiables, las muertes por ahogamiento relacionadas con desastres, accidentes de transporte acuático e intencionales (suicidios o homicidios) no siempre son registradas como ahogamientos.
5. Un problema de equidad: El ahogamiento exacerba las desigualdades socioeconómicas y afecta desproporcionadamente a las comunidades más pobres en todos los países. Muchos países pierden hasta el 3% de su Producto Interno Bruto (PIB) anual debido a muertes por ahogamiento, lo que representa una cuestión de desarrollo que requiere atención urgente.*
Para abordar esta urgente problemática, la OMS ha presentado estrategias de prevención que se han demostrado efectivas en países de ingresos altos y algunos de ingresos bajos y medios. Se destaca la necesidad de brindar cuidado infantil seguro para niños menores de 6 años y enseñar habilidades básicas de natación y seguridad acuática a niños mayores de 6 años. Estas intervenciones fueron analizadas y se comprobaron que son costo-efectivas y tienen un alto retorno de inversión.
El informe hace un llamado a la acción global y a la asignación de recursos adecuados para prevenir esta tragedia prevenible. La adopción de estas estrategias podría evitar miles de muertes prematuras y lesiones graves, además de generar beneficios económicos significativos para las familias, los sistemas de salud y la comunidad mundial en general.
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