La conmovedora historia de Cielo y su lucha contra la diabetes desde los 8 años
A pesar de los desafíos que presenta una enfermedad crónica, con el apoyo adecuado y una mentalidad positiva, es posible llevar una vida plena y feliz.
Este diagnóstico no solo transformó la vida de la pequeña, sino que también implicó un proceso de aprendizaje y adaptación para toda la familia.
El 17 de agosto de 2023, la vida de Vanina y su hija Cielo, de 8 años, dio un giro inesperado cuando la niña fue diagnosticada con diabetes tipo 1. Este diagnóstico no solo transformó la vida de la pequeña, sino que también implicó un proceso de aprendizaje y adaptación para toda la familia. En una emotiva entrevista con Viví Mejor, Vanina compartió su experiencia y cómo enfrentaron juntos este nuevo desafío.
Los primeros síntomas
Durante el mes de julio de 2023, un mes antes del diagnóstico, Vanina comenzó a notar cambios en el comportamiento de Cielo. La niña iba al baño con frecuencia y había perdido peso de manera alarmante. Vanina pensó que era parte del crecimiento normal de su hija, ya que siempre había sido de contextura delgada.
Sin embargo, la situación no mejoraba y ante la inquietud, Vanina llevó a Cielo al pediatra, donde realizaron análisis de orina. "Pensé que podía ser una infección urinaria, pero los resultados mostraron azúcar en la orina", contó la mamá. El pediatra recomendó repetir los estudios y realizar un análisis de sangre. Después de los exámenes, la realidad se hizo evidente: la glucemia de Cielo estaba muy por encima de lo normal, superando los 300 mg/dL.
La menor se convirtió en insulinodependiente, lo que significa que necesita inyectarse insulina varias veces al día.
El diagnóstico
La situación se volvió crítica cuando el pediatra le informó a Vanina que Cielo debía ser internada de urgencia. "Fue terrible. No entendíamos lo que estaba pasando, yo estaba llorando. Ella también estaba asustada", recordó. Al llegar al sanatorio, los médicos encontraron que, a pesar de su alta glucemia, Cielo estaba consciente y no mostraba signos de descompensación. "La llamaron 'milagrito' porque no podían creer que estuviera tan bien con esos niveles de azúcar", añadió.
La niña fue ingresada en terapia intensiva, donde comenzaron a administrarle insulina por suero. Durante los cinco días de internación, los médicos monitorearon de cerca su condición y enseñaron a la familia sobre el manejo de la diabetes. A pesar de la angustia inicial, Vanina se sintió aliviada al ver que su hija respondía bien al tratamiento.
Vivir con diabetes
Una vez que Cielo fue dada de alta, la familia enfrentó el reto de adaptarse a una nueva rutina. La menor se convirtió en insulinodependiente, lo que significa que necesita inyectarse insulina varias veces al día. "Tuvimos que cambiar por completo nuestra alimentación. En casa, eliminamos todo lo dulce y las harinas. Comenzamos a cocinar comidas más saludables", explicó Vanina.
La transición no fue fácil. Vanina recordó cómo al principio se sintió abrumada, preocupada por cómo cocinar para su hija y mantener su salud bajo control. "Colapsé. Entré en una crisis de nervios porque no sabía cómo manejarlo", confesó. El primer trimestre fue especialmente difícil, ya que Cielo lloraba y expresaba que no quería vivir de esa manera, sin poder comer y teniendo que insertarse, que le dolía.
A medida que Cielo se adaptó a su nueva vida, la familia también aprendió a gestionar la diabetes de manera más efectiva
El apoyo de la escuela
El colegio de Cielo también jugó un papel crucial en su adaptación a la diabetes. Vanina se reunió con la directora y los maestros para explicarles la situación. "Desde el primer momento, fueron muy comprensivos. Me dejaban ir a inyectarla cuando lo necesitaba y siempre estaban pendientes de su salud", señaló.
Con el tiempo, la menor se sintió más segura y comenzó a inyectarse sola. "Fue un gran paso para ella. Al principio, le daba miedo, pero después de ver a otros niños con diabetes en un video, encontró la fuerza para intentarlo", recordó Vanina. Este proceso de empoderamiento le permitió a Cielo sentirse más en control con su condición.
Cambio en la alimentación y manejo de la diabetes
A medida que Cielo se adaptó a su nueva vida, la familia también aprendió a gestionar la diabetes de manera más efectiva. Aunque al principio fueron muy estrictos con su dieta, comenzaron a permitirle disfrutar de pequeños placeres, como un pedazo de torta o un helado en ocasiones especiales. "La doctora nos explicó que debíamos encontrar un equilibrio. Ella puede disfrutar de ciertos alimentos, pero siempre con moderación", dice Vanina.
Hoy en día, Cielo utiliza un sensor en el brazo que le permite medir su glucemia de manera constante. "Es mucho mejor que pincharse el dedo varias veces al día. Ahora puede saber rápidamente si necesita comer algo o si su azúcar está muy alto", comentó la mamá.
Vanina concluyó con un mensaje de esperanza para otros padres que puedan estar pasando por situaciones similares. "Lo primero que pensé cuando nos dijeron que Cielo tenía diabetes fue que era algo malo, pero no es así. Es aprender a vivir de una manera diferente. Todos deberíamos ser más conscientes de lo que comemos, no solo las personas con diabetes", reflexionó.
La familia de Cielo aprendió que, aunque el camino fue difícil, también dejó lecciones valiosas sobre la salud y la resiliencia. "Ella es una guerrera. A pesar de todo, encontró la fuerza para salir adelante. Y como madre, eso me llena de orgullo", concluyó.
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