Cualquiera puede ser víctima de la pérdida de cabello en la cabeza, tanto mujeres como hombres.
Las razones pueden ser varias. Cada caso debe ser evaluado por profesionales ya que pueden significar señales de una enfermedad más grave.
Cualquiera puede ser víctima de la pérdida de cabello en la cabeza, tanto mujeres como hombres.
Uno puede notar que la “raya” del pelo se vuelve más ancha gradualmente, que la cola de caballo es más delgada o que el cabello cerca de sus sienes ha comenzado a retroceder.
Este fenómeno puede ser especialmente difícil para las mujeres, porque no es tan aceptable la pérdida desde el punto de vista cosmético, como ocurre con los hombres.
La doctora María Colavincenzo, dermatóloga que dirige una clínica enfocada en los trastornos del cabello y el cuero cabelludo en Northwestern Medicine, en diálogo con AARP, explicó: “No hay una apariencia atractiva de cabeza afeitada para las mujeres (...) Las mujeres sufren grandes dificultades para cubrirlo usando agentes de camuflaje como polvos y otros productos para el cabello. A menudo se sienten muy aisladas”.
Según Mayo Clinic la alopecia (pérdida de pelo) puede afectar todo el cuerpo o solo a la cabeza. Esta puede presentarse por cambios hormonales, hereditarios, afecciones médicas, o como consecuencia del envejecimiento.
La pérdida repentina, excesiva, la presencia de áreas con ausencia de cabello, al igual que la pérdida del cabello acompañada de una erupción, descamación o picazón: no son normales. En estos casos, uno debería ser evaluado por profesionales ya que pueden significar señales de una enfermedad más grave.
La doctora Shoshana Marmon, profesora adjunta de dermatología en la New York Medical College, dijo a AARP: “Es buena idea consultar con tu dermatólogo si notas una cantidad significativa de pérdida del cabello”. En palabras de la experta, es fundamental tener un diagnóstico preciso porque el tratamiento puede variar mucho según la causa del problema.
1. La genética
Entre las mujeres mayores, la causa más usual de la caída capilar se llama alopecia de patrón femenino o alopecia androgenética. Esta sería la “versión femenina” de la enfermedad genética que hace que los hombres pierdan el cabello. Se presenta como consecuencia de los genes heredados, los cuales generan que los folículos capilares se encojan y, eventualmente, deja de crecer el pelo.
La genética será la que determinará cuán gravemente afecta esta enfermedad a cada uno. Según la Academia Americana de Dermatología, es raro que una mujer pierda todo el cabello. Aunque se trata de una condición progresiva, lo que quiere decir que las mujeres tienden a seguir perdiendo cabello.
Distintos tipos de tratamientos pueden ayudar con la detección o el retraso de la pérdida genética capilar, incluida la solución de minoxidil del 5% (Rogaine), terapia con láser, medicamentos recetados, y varios tipos de inyecciones en el cuero cabelludo.
2. Enfermedad, cirugía o pérdida rápida de peso
Cuando un cuerpo está bajo presión física, como cuando está luchando contra una infección o recuperándose de una cirugía, puede terminar con mucha pérdida de cabello. “Básicamente, el cuerpo no puede manejar hacer demasiadas cosas a la vez”, explicó a AARP la doctora Lauren Eckert Ploch, dermatóloga certificada en Augusta (Georgia), además de otras dos localidades norteamericanas. Al tiempo que agregó: “Cuando hay un evento estresante, tu cuerpo dice: ‘Voy a dejar de dedicar recursos al crecimiento del cabello y concentrarme en esta enfermedad’”.
Generalmente, el pelo comienza a caerse entre dos y tres meses después del evento. Incluso uno puede notar que se caen puñados de cabello a la hora de ducharse o peinarlo. Este fenómeno se debe al efluvio telógeno, un tipo de caída del pelo.
Se puede perder cabello después de estar con gripe o neumonía, haber tenido una cirugía importante o haber perdido una cantidad de peso significativa. “Afortunadamente, el efluvio telógeno es temporal. Si dejas de tomar el medicamento, tu cabello debe volver a la normalidad en unos seis a nueve meses”, según Eckert Ploch.
3. Estrés emocional
Otra razón común de la pérdida de cabello es el estrés emocional. La angustia psicológica es otra forma de efluvio telógeno. Según Mayo Clinic, cuando se transita periodos importantes de estrés, el organismo puede provocar que los folículos pilosos pasen a una fase de reposo. En un par de meses, los pelos afectados pueden caer repentinamente al peinarse o lavarse el pelo.
Esto se puede ver en personas después de un divorcio, un despido o la pérdida de un ser querido. Como también es común en los cuidadores, por ejemplo, debido al estrés que sufren. “Las personas hablan de las tres dificultades: duelo, ruptura y quiebra”, aseguró la doctora Colavincenzo y agregó: “Cualquier persona que tenga un gran estrés en su vida puede perder el cabello”.
Es importante que, ante estos cuadros, se acuda a un especialista en salud mental con el objetivo de recibir tratamiento, de ser necesario.
4. Desequilibrio en la tiroides
La tiroides es una glándula en forma de mariposa en la base del cuello que juega un papel fundamental en muchas funciones corporales, incluido el desarrollo y mantenimiento de los folículos pilosos. La hormona tiroidea es sumamente importante ya que si se encuentra baja puede sentirse un estado similar al estrés intenso, y como consecuencia, una cierta caída de cabello.
Los estudios demuestran que tanto una tiroides poco activa como una hiperactiva pueden contribuir a la pérdida del pelo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar problemas en estas glándulas. Algunos cuadros pueden afectar al estado de ánimo, peso, sueño y al nivel de energía, pero debido a que las señales son sutiles, la caída capilar a veces es el primer síntoma que las mujeres notan.
Una solución a este caso de pérdida de cabello es un simple análisis de sangre que mida las hormonas tiroideas en la sangre, y los medicamentos pueden tratar una tiroides hiperactiva o poco activa. La alopecia podrá resolverse una vez que se resuelva el problema. Es por eso que es de suma importancia acudir a un profesional de la salud.
5. Deficiencia de vitaminas o minerales
Algunos estudios han indicado que una deficiencia de vitamina D, hierro, proteína u otros nutrientes podría contribuir a la caída capilar. “Las deficiencias de vitaminas o minerales privan al cabello de los nutrientes necesarios, debilitan la estructura del cabello y posiblemente interrumpen el crecimiento normal de este”, dice Marmon.
En este punto, la deficiencia de hierro es un factor esencial, es por eso que los expertos recomiendan como primer paso realizar un análisis básico de sangre para verificar si hay una deficiencia de nutrientes.
No es necesario tomar un suplemento a menos que se identifique una deficiencia. De hecho, consumir demasiada cantidad de ciertos nutrientes, como selenio, vitamina A y vitamina E, puede producir el efecto opuesto y causar la pérdida del cabello.
6. Peinados o tratamientos dañinos para el cabello
La manera en que uno trata al cabello puede dañar el folículo piloso y causar su pérdida. El pelo puede quebrarse o comenzar a caer a menudo, si se lleva una cola de caballo o una trenza muy ajustada y tirante. Otros factores son: tratamientos químicos regulares, uso de calor o la utilización reiterada de una peluca. Todos estos comportamientos, de mantenerse en el tiempo, pueden provocar una pérdida de cabello permanente.
“Menos es más cuando se trata del cuidado del cabello”, sugirió la doctora Ploch a AARP. Al tiempo que recomendó elegir tinturas de cabello sin amoníaco, si es posible, y no usar estilos de peinado ajustados todos los días.
7. Alopecia areata, una enfermedad autoinmunitaria
La alopecia areata es una enfermedad autoinmunitaria compleja que puede provocar áreas ausentes de cabello. En este caso, el sistema inmunitario ataca los folículos pilosos y elimina los cabellos debajo de la piel.
Generalmente, el cabello se cae formando áreas redondas, de aproximadamente el tamaño de una moneda de 25 centavos, con ausencia total de cabello. En algunos casos, la cantidad de pelo perdido puede ser extrema. No existe una cura para esta condición, pero los nuevos medicamentos pueden ayudar a restaurar el cabello incluso cuando la enfermedad es severa.
8. Alopecia cicatricial
La alopecia cicatricial es una enfermedad causada, generalmente, por un trastorno autoinmunitario o inflamatorio. En este caso, los folículos pilosos son destruidos y reemplazados con tejido cicatricial. Esto quiere decir que no se puede recuperar el cabello.
Un tipo común de alopecia cicatricial afecta las cejas y la línea frontal del cabello primero y luego se dirige hacia la parte posterior de la cabeza. Algunos pacientes con estos cuadros también experimentan picazón, dolor o protuberancias en el área afectada. Su tratamiento debe ser agresivo e inmediato, siendo que se diagnostica generalmente con una biopsia.
*Este texto es una reinterpretación de material publicado originalmente en AARP, una organización sin fines de lucro de EEUU dedicada a mejorar la calidad de vida y la salud de las personas mayores de 50 años.
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