La neumonía es la principal causa de mortalidad infantil a nivel mundial y afecta también a millones de adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud, anualmente mueren alrededor de 1,4 millones de niños menores de cinco años por esta enfermedad, lo que representa el 18% de todas las defunciones en este grupo etario. En adultos mayores, las cifras son igual de alarmantes: más de 1,4 millones de personas mayores de 50 años fallecieron a causa de esta enfermedad en 2021.
En Argentina, entre enero y septiembre de 2024, se registraron 132.561 casos de neumonía y 143.295 de bronquiolitis en menores de dos años, según datos oficiales. La Dra. Laura Pulido, Coordinadora de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (M.N 127.115), señaló en una entrevista a El Litoral:
“La neumonía es la primera causa de muerte inmunoprevenible a nivel mundial. A pesar de contar con medidas de prevención, seguimos viendo su impacto en la vida de miles de personas, lo que significa que debemos trabajar más en la concientización, el lavado de manos y la vacunación”.
En Argentina, esta enfermedad tiene altas tasas de mortalidad a pesar de contar con herramientas de prevención eficaces como las vacunas.
Qué es la neumonía y cómo afecta al organismo
La neumonía es una infección respiratoria aguda que genera inflamación en los pulmones. Los pequeños sacos de aire llamados alvéolos, que en condiciones normales se llenan de oxígeno, se llenan de pus y líquido, lo que dificulta la respiración y la absorción de oxígeno. Los síntomas pueden variar, pero en general incluyen fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos con secreciones.
En los niños, las causas más comunes son el virus sincicial respiratorio (VSR) para los casos virales y el neumococo para los bacterianos. En adultos mayores, además de estas causas, la neumonía puede estar relacionada con infecciones intrahospitalarias o condiciones crónicas subyacentes.
La importancia de identificar los factores de riesgo
Si bien cualquier persona puede contraer neumonía, existen grupos con mayor vulnerabilidad. Los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 65 años son los más afectados. Sin embargo, la Pulido advirtió que otros factores de riesgo incluyen enfermedades crónicas como la diabetes, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el tabaquismo prolongado.
“Los pacientes con enfermedades crónicas, como aquellos que toman medicamentos inmunosupresores o están en tratamiento por cáncer, también tienen mayor riesgo. Incluso las personas con obesidad y tabaquistas de más de 10 años están en riesgo de padecer neumonías severas”, agregó.
La neumonía es una infección respiratoria aguda que genera inflamación en los pulmones.
¿Es la neumonía una enfermedad estacional?
Aunque las enfermedades respiratorias suelen ser más frecuentes en invierno, la neumonía puede presentarse en cualquier época del año. En el hemisferio sur, su incidencia es mayor entre marzo y agosto, mientras que en el norte ocurre entre septiembre y enero. Sin embargo, otros factores, como hospitalizaciones, viajes y ambientes poco ventilados, pueden favorecer su propagación en cualquier estación.
La profesional destacó que la falta de ventilación y el hacinamiento son factores clave que aumentan los contagios.
“En lugares cerrados, como salas de espera, donde no se usan barbijos y hay poca ventilación, una persona con neumonía puede fácilmente contagiar a otros”.
Barreras para la vacunación
A pesar de contar con un esquema de vacunación completo y gratuito en Argentina, las tasas de vacunación contra el neumococo, la influenza y otros virus respiratorios disminuyeron. La entrevistada señaló que factores como la desinformación y el cansancio generado por la pandemia de Covid-19 afectó la percepción de las vacunas.
“Muchas personas quedaron con desconfianza hacia las vacunas después de la pandemia. Es crucial entender que estas herramientas demostraron su efectividad en reducir la mortalidad por neumonía y otras enfermedades prevenibles”.
Además, las vacunas que no están incluidas en el calendario nacional, como la del virus sincicial respiratorio, representan un desafío adicional debido a su alto costo.
Otro desafío en el tratamiento de la neumonía es la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos. Este problema es especialmente grave en casos de neumonía intrahospitalaria o en pacientes que requieren ventilación mecánica.
“La resistencia a los antibióticos genera neumonías más difíciles de tratar, con consecuencias graves para el paciente. La polimedicación y la agresividad de las bacterias resistentes aumentan el riesgo de desenlaces fatales”, explicó Pulido.
Señales de alerta y prevención
Reconocer los síntomas de la neumonía es esencial, especialmente en adultos mayores, donde pueden ser atípicos. Además de la dificultad para respirar y la fiebre, otros signos incluyen desorientación y alteraciones en el estado de conciencia.
Para prevenir esta enfermedad, se recomienda:
Mantener las vacunas al día.
Lavarse las manos con frecuencia.
Ventilar los espacios cerrados.
Usar barbijo si se presentan síntomas respiratorios.
Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
“La vacunación es un acto colectivo. Al vacunarnos, no solo nos protegemos a nosotros mismos, sino que también reducimos la circulación viral y protegemos a los más vulnerables”, concluyó la profesional.
La neumonía es una enfermedad grave pero prevenible. En un país como Argentina, donde el acceso a la vacunación es amplio y gratuito, fortalecer la concientización y fomentar medidas preventivas puede salvar vidas. La clave está en la educación, la detección temprana y el compromiso de toda la comunidad para combatir esta amenaza.
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