El frío no enferma, pero en invierno reina la gripe: ¿por qué?
Aunque el estado del tiempo no ocasiona infecciones, el invierno es temporada alta de gripe y resfrío. ¿La razón? La mayoría de los virus respiratorios se transmiten de manera aérea y solemos pasar más tiempo en espacios interiores sin ventilar, sumado a que las temperaturas más bajas pueden disminuir la eficacia de los mecanismos inmunes de la nariz. Además: cinco recomendaciones para protegernos de la gripe.
El frío no enferma, pero en invierno reina la gripe: ¿por qué?
Quienes no han tenido gripe o resfrío en las últimas dos semanas en Argentina pueden considerarse verdaderos privilegiados. La tos y los pañuelitos coparon las calles, el transporte público y casi todos los grupos de amigos y trabajo. El Ministerio de Salud lo constata: hasta fines de junio verificó un aumento paulatino de los casos de enfermedades respiratorias en el contexto de una actividad estacional del Virus Sincicial Respiratorio (uno de los principales agentes causantes de bronquiolitis) adelantada en comparación con años previos, sumado al SARS-CoV 2, metapneumovirus, influenza, parainfluenza y adenovirus.
En este contexto de circulación de todo tipo de microbios muy conocidos y en medio de la temporada del frío más crudo del año, unos de los consejos que más se nos repiten desde que somos chicos son “abrígate bien para no enfermarte”, “como hace frío no salgas a la calle para evitar contagiarte” o “no salgas con el pelo mojado que enferma”. Pero ¿qué hay de cierto en estas viejas recomendaciones?
“Generalmente, por las bajas temperaturas, la población suele estar mucho más tiempo adentro y con las ventanas/puertas cerradas, con menor circulación de aire. Este es un factor de riesgo conocido para la transmisión de enfermedades respiratorias virales, ya que la mayoría de los virus respiratorios se transmiten de manera aérea, a través del contacto con la nariz, con la boca o de lo que conocemos como gotitas de ‘Phlugge’, que son las que contienen a los virus”, explica la médica especialista en Clínica Anaclara Murujosa, instructora de residentes del Servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
La tos y los pañuelitos coparon las calles, el transporte público y casi todos los grupos de amigos y trabajo.
Un ejemplo que deja en claro que el frío no enferma: mientras en países con climas templados las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno, en las regiones tropicales con menor variabilidad de temperatura pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares, ejemplifica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, aunque son los virus y otros gérmenes los que ocasionan las enfermedades y no el estado del tiempo, sabemos que el invierno es temporada alta de gripe. Al respecto, Murujosa explica: “En la nariz existen múltiples mecanismos inmunes que ayudan a combatir las infecciones. Estudios recientes han comprobado que las temperaturas más bajas pueden disminuir la eficacia que tienen estos mecanismos a nivel de las células alojadas en la nariz. Es por eso que se vuelve más fácil para los virus respiratorios saltear estos mecanismos de defensa, generan los cuadros gripales o resfriados”.
En este mismo sentido, la prestigiosa institución de salud American Heart Association (AHA) detalla que los virus de la gripe y el que ocasiona COVID-19 pueden entrar al cuerpo a través de la nariz. Y como algunas investigaciones de laboratorio sugieren que las temperaturas frías pueden hacer que las células inmunitarias sean menos eficaces, representan una oportunidad ideal para los gérmenes.
El invierno es temporada alta de gripe.
Los síntomas más comunes de la gripe o el resto de las infecciones respiratorias causadas por agentes virales son la tos, dolor corporal o muscular, cansancio, estornudos o rinitis, y en algunos casos, fiebre o febrícula, enumera Murujosa. “Es clave aclarar que, en pacientes sin antecedentes médicos de importancia, estos cuadros son en la gran mayoría de los casos leves y no conllevan ningún peligro para la salud de los pacientes. Pueden ser manejados en el domicilio sin necesidad de recurrir a una consulta médica de guardia”, aclara.
Por eso, ante estos malestares lo ideal es evitar el contacto con pacientes que sí puedan tener factores de riesgo o que se encuentren inmunosuprimidos. “Se puede tomar paracetamol o algún otro analgésico tipo ibuprofeno (que son de venta libre en las farmacias) ante la fiebre/febrícula o los dolores corporales. No se recomiendan mucolíticos u otros productos descongestivos, ya que no existe evidencia que mejoren más rápido los síntomas”, recomienda la médica y suma que estos cuadros suelen durar de 3 a 7 días, aunque en muchas oportunidades la tos y el cansancio pueden durar hasta un mes desde el inicio de los síntomas.
Ahora bien, “ante la presencia de síntomas tales como falta de aire o fiebre (más de 38°) más allá de los tres días de inicio del cuadro, es prudente concurrir a una guardia para ser apropiadamente evaluado”.
Según la OMS, las cinco medidas que son realmente efectivas para protegernos de la gripe son:
• En casos de embarazadas, infancias de 6 meses a 5 años, ancianos, personas con enfermedades crónicas y trabajadores de la salud, aplicarse la vacuna antigripal.
• Lavarse las manos con jabón y agua corriente regularmente y secarlas bien con una toalla de un solo uso. También recomienda usar una solución con alcohol si no se dispone de agua y jabón.
• Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, ya que son las vías más probables de entrada de gérmenes al organismo.
• Evitar estar cerca de personas enfermas.
• En caso de no sentirse bien y tener la posibilidad, quedarse en casa para no poner en riesgo a otras personas.
Este artículo fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica bajo el programa Periodismo Humano.