Diciembre es un mes que marca el cierre de un capítulo y la apertura de otro. Para muchos, es tiempo de reflexiones, balances y metas para el nuevo año. Sin embargo, este período también trae consigo un aumento en los niveles de estrés y ansiedad.
Tiempo, balances y metas para el nuevo año. En esta etapa crecen las consultas por ansiedad.
Diciembre es un mes que marca el cierre de un capítulo y la apertura de otro. Para muchos, es tiempo de reflexiones, balances y metas para el nuevo año. Sin embargo, este período también trae consigo un aumento en los niveles de estrés y ansiedad.
Los principales factores que lo convierten en un mes particularmente convulsionado son: los cierres reales (el ciclo escolar, laborales) que implican una sobreexigencia, pero también los mentales (el famoso “balance de fin de año”), el aumento de la interacción social y la proximidad de las vacaciones.
La psicóloga Karen Basabilbaso habló con El Litoral y compartió su perspectiva sobre el estrés de fin de año. Destacó la importancia de tener metas realistas y factibles, evitando caer en la trampa de objetivos demasiado ambiciosos que puedan generar frustración.
"Es fundamental que tengamos un norte, un propósito en todos los órdenes de nuestra vida, pero siempre con flexibilidad", explicó la psicóloga. "El cambio de año no es más que eso, cambiar de año. No se termina la vida, y por eso es esencial practicar la compasión y la flexibilidad con nosotros mismos".
El comienzo de un nuevo año está tan solo a unos pocos pasos. Pero, aunque esperamos todo el año por estas fechas, finalmente el estrés, la ansiedad y el cansancio mental se hacen presentes.
Basabilbaso contó que en esta época se puede observar un aumento en las consultas debido a alteraciones emocionales y físicas."Llega diciembre, y asociamos este mes con síntomas de estrés y ansiedad debido a las reflexiones sobre metas alcanzadas o no alcanzadas", comentó.
La psicóloga instó a las personas a no ponerse demasiada presión en este período. "El balance y pensar en el próximo año no debería ser un peso, sino un proceso de cambio gradual. No es necesario hacerlo todo antes del 31 de diciembre. Podemos darnos el tiempo necesario", subrayó.
En relación con las metas para el nuevo año, Basabilbaso sugirió un enfoque paso a paso. "No podemos pasar de 0 a 100. Necesitamos identificar nuestras necesidades, nuestras fallas, y construir un plan realista. Si queremos mejorar nuestro estilo de vida, debemos comenzar por pequeños cambios, como ajustar nuestra alimentación gradualmente o incorporar actividad física de manera progresiva".
La experta también abordó la importancia de la introspección y el autocuidado en este período. "Registrarnos y preguntarnos cómo estamos es fundamental. En este mes caótico, es crucial ser conscientes de nuestras necesidades y practicar la compasión con nosotros mismos".
Ante la presión social de las festividades, Basabilbaso aconsejó dosificar las actividades. "Evitar el jet lag social es esencial. No es necesario participar en todos los eventos. Cuidarnos y dosificar nuestras energías es clave para afrontar este tiempo".
A modo de cierre la psicóloga enfatizó que el cambio de año no debería ser visto como una carrera frenética. "No se termina la vida el 31 de diciembre. La vida continúa, y cada uno puede elegir cómo quiere vivirla. La invitación es a pensar en nosotros mismos, en nuestras necesidades y deseos reales".