Los juanetes, médicamente conocidos como hallux valgus, son una condición común que se manifiesta como una protuberancia ósea en la parte externa del pie, desplazando el dedo gordo fuera de su posición natural. Más allá de la preocupación estética, la reumatóloga Gabriela Bortolotto (MP3216) contó a El Litoral que “esta patología afecta la mecánica del pie, ya que la deformidad puede generar diversos síntomas, como abultamiento, hinchazón, enrojecimiento y dolor alrededor de la articulación. Además, pueden surgir callosidades entre los primeros y segundos dedos debido al roce constante, y el movimiento del dedo gordo puede estar limitado”.
Las mujeres son más propensas a padecer juanete.
Causas y factores de riesgo
La profesional subrayó diversas causas que contribuyen al desarrollo de juanetes, entre las que se encuentran “factores hereditarios, la forma del pie, lesiones o estrés repetitivo, deformidades congénitas y el uso de calzado inadecuado, especialmente aquellos que son estrechos y de tacón alto. La artritis reumatoide también está vinculada a la formación de juanetes. Por otro lado, señaló que las mujeres son más propensas a padecer juanetes debido a factores hormonales y al uso frecuente de calzado inapropiado en comparación con los hombres”.
En cuanto a los factores de riesgo, la edad avanzada y la obesidad también se suman a la lista, ya que contribuyen a la sobrecarga en la articulación. Sin embargo, Bortolotto destacó medidas preventivas claves que pueden ayudar a evitar que los juanetes empeoren. Fundamentalmente, recomendó “usar calzado espacioso, con suficiente espacio para los dedos, punta ancha y soporte para el arco del pie. Evitar los tacos altos y puntiagudos, y el calzado debe ser cómodo y de tacón bajo. También se pueden utilizar plantillas o almohadillas diseñadas para aliviar la presión y distribuir el peso de manera uniforme”.
Es importante usar calzados adecuados y cómodos, evitando los tacones altos y los zapatos ajustados
Opciones de tratamiento
Las opciones de tratamiento no quirúrgicas, la entrevistada destacó la importancia de calzados adecuados y cómodos, evitando los tacones altos y los zapatos ajustados. Además sugirió “la aplicación de hielo en el área afectada para reducir la inflamación y aliviar el dolor, así como el uso de analgésicos como el paracetamol. Las plantillas ortopédicas, los ejercicios de fortalecimiento para pies y dedos, y mantener un peso saludable también son parte integral del tratamiento no quirúrgico”.
En casos más severos, la cirugía de juanetes se considera una opción cuando los tratamientos conservadores no han tenido éxito. La profesional detalló los beneficios de la cirugía, que incluyen la corrección de la deformidad y el alivio del dolor, pero también señaló los riesgos potenciales, como infecciones, daño nervioso y persistencia de la deformidad”.
La reumatóloga también proporciona información sobre opciones medicamentosas, incluidos analgésicos antiinflamatorios no esteroideos, y, en casos puntuales, inyecciones de corticoides en el sitio afectado. Respecto a la continuación de las actividades regulares durante el tratamiento o después de la cirugía, Bortolotto aseguró que, “en la mayoría de los casos, es posible hacerlo, siempre y cuando se eviten actividades que puedan empeorar los síntomas o causar molestias adicionales”.
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