El ahogamiento es una tragedia silenciosa que afecta a cientos de familias en Argentina cada año. Según estadísticas recientes, más de 200 niños y adolescentes menores de 20 años mueren por ahogamiento en el país anualmente. En 2023, la situación alcanzó un punto crítico: cada 4 días un niño perdió la vida por esta causa.
El ahogamiento se convirtió en la segunda causa de muerte por lesiones en niños entre 1 y 14 años, solo superada por los accidentes de tráfico. La mayoría de estos incidentes ocurren en piletas, bañeras, baldes y cunetas cerca del hogar, lugares que, a primera vista, parecen seguros pero que pueden convertirse en trampas mortales sin la debida supervisión y precaución.
El ahogamiento se convirtió en la segunda causa de muerte por lesiones
Causas y factores de riesgo
El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la prevención de ahogamientos subraya que esta es una de las principales causas de muerte a nivel mundial para niños y jóvenes de entre 1 y 24 años. En 2019, se estima que 236,000 personas se ahogaron en todo el mundo. Más del 90% de estas muertes ocurrieron en países de ingresos bajos y medios, siendo los niños menores de cinco años los más vulnerables. Estas tragedias a menudo están relacionadas con actividades diarias y rutinarias como bañarse, recolectar agua, viajar por agua en botes o pescar.
En Argentina, los factores de riesgo que contribuyen al alto índice de ahogamientos incluyen:
Edad: Los niños de 1 a 4 años y los de 5 a 9 años son los más susceptibles al ahogamiento. La curiosidad natural y la falta de habilidades de nado adecuadas en estas edades aumentan el riesgo.
Género: Los hombres tienen un riesgo significativamente mayor de ahogarse, con una tasa de mortalidad general dos veces mayor que la de las mujeres. Esto se debe en parte a comportamientos más arriesgados, como nadar solos, consumir alcohol antes de nadar y navegar.
Acceso al agua: Los niños que viven cerca de fuentes de agua abiertas, como zanjas, estanques, canales de riego o piscinas, están en mayor riesgo.
Desastres por inundaciones: El ahogamiento representa el 75% de las muertes en desastres por inundaciones. Las inundaciones se están volviendo más frecuentes y severas debido al cambio climático, aumentando así el riesgo.
Viajes por agua: Los desplazamientos en embarcaciones inseguras y sin equipos de seguridad son otro factor de riesgo significativo.
Aunque las cifras son alarmantes, muchas de estas muertes son prevenibles.
Medidas de prevención
Aunque las cifras son alarmantes, muchas de estas muertes son prevenibles. Se requiere una combinación de supervisión, educación y medidas de seguridad físicas. Aquí hay algunos consejos clave para prevenir ahogamientos:
Vigilar siempre a los niños cuando estén en o cerca del agua: La supervisión constante y atenta es crucial. No se debe dejar a los niños solos ni un momento en piscinas, bañeras o cualquier cuerpo de agua.
Aprender técnicas de rescate y primeros auxilios: Conocer cómo actuar en caso de emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) son especialmente útiles.
Instalar barreras de seguridad alrededor de piscinas y estanques: Cercar las piscinas con barreras adecuadas puede prevenir el acceso no supervisado de los niños.
Asegurarse de que los niños sepan nadar: Inscribir a los niños en clases de natación a una edad temprana puede aumentar su seguridad en el agua.
No permitir que los niños naden solos: Siempre deben estar acompañados por un adulto responsable.
El ahogamiento no intencional no solo es una tragedia familiar, sino también una carga significativa para la sociedad. Las muertes y lesiones por ahogamiento pueden tener impactos económicos y emocionales profundos.
La OMS destaca varios factores de riesgo adicionales que contribuyen a la carga del ahogamiento:
Infantes dejados sin supervisión: Incluso unos pocos segundos sin vigilancia pueden resultar fatales.
Uso de alcohol cerca o en el agua: El consumo de alcohol aumenta el riesgo de accidentes en el agua.
Condiciones médicas como la epilepsia: Las personas con ciertas condiciones médicas tienen un mayor riesgo de ahogarse.
Turistas que desconocen los riesgos locales: Las características del agua pueden variar significativamente de un lugar a otro, y los turistas a menudo no están familiarizados con los peligros específicos.
La OMS y otras organizaciones internacionales proponen una serie de soluciones de bajo costo y basadas en evidencia para prevenir los ahogamientos. Entre ellas se incluyen:
Instalar barreras para controlar el acceso al agua.
Proveer lugares seguros alejados del agua: Como guarderías para niños en edad preescolar con cuidado infantil adecuado.
Enseñar natación, seguridad en el agua y habilidades de rescate seguro.
Capacitar a los transeúntes en rescate seguro y reanimación.
Establecer y hacer cumplir regulaciones de navegación y transporte seguro.