Apenas 12 minutos pasaron para que se produzca la primera intervención
Abrió el VAR y el trago amargo fue para Colón
El árbitro Lamolina no había advertido una mano de Gian Nardelli, cuando perdió la estabilidad adentro de su propia área. Fue llamado para observar la jugada y cobró el penal con el que se abrió el marcador en el Brigadier López.
Nicolás Lamolina no había visto nada. Gian Nardelli trastabilló y le pegó a la pelota con la mano. Las imágenes son contradictorias, casi parecen jugadas diferentes. La cámara que la enfocaba de frente no dejaba margen para la duda, porque se veía claramente que la pelota le pegó en la mano; pero otra cámara, la de atrás del arco, no era tan contundente y hasta parecía que el balón no le había pegado en la mano al joven defensor que llegó desde Reconquista y que debutaba (¡y vaya debut!).
Iban 12 minutos con un puñado de segundos cuando se iba a ejecutar el córner para Aldosivi desde el costado izquierdo del ataque marplatense. “Nicolás, acercáte a ver una posible mano adentro del área”, le señaló Mauro Vigliano desde el predio de Ezeiza (lugar físico en el que se encuentran los árbitros VAR). Lamolina fue, vio las imágenes y el debut del VAR en la Argentina fue con un penal en contra de Colón, que Cauteruccio convirtió en gol luego de brillante ejecución. Entre el momento en el que Lamolina fue a ver la jugada (12’20’’) y la ejecución del penal (15’20’’) pasaron exactamente 3 minutos.
“Entrenamos a los árbitros para que tomen decisiones correctas en cancha. Si en cabina encontramos una decisión incorrecta, recién ahí vamos a intervenir", explicó Sergio Viola, quien forma parte de la Dirección Nacional de Arbitraje, junto a Ángel Sánchez, Sergio Zoratti, Ricardo Casas y Sabrina Lois.
Miguel Scime, de inmediato, dio a conocer su opinión respecto de la aplicación de la jugada en la que Lamolina marcó el penal a instancias del VAR. “La mano es voluntaria y el VAR de acuerdo a protocolo actúa de manera acertada llamando al árbitro para que revise la acción. Consideró que el defensor de Colón trastabilla, pero la acomoda con la otra mano en forma voluntaria, frente al asedio de Braian Martínez de Aldosivi. El reglamento dice que ‘cometerá infracción el jugador que toque el balón de manera voluntaria con la mano o el brazo, incluido el movimiento en dirección al balón con estas partes del cuerpo”, señaló el ex árbitro.
Nicolás Lamolina es el mismo que dirigió el partido entre Quilmes y Ferro el año pasado, que le permitió, a Quilmes, jugar la final por el ascenso a Primera con Barracas Central. “Le pido disculpas a toda la gente de Ferro, porque cuando pude ver toda la jugada por televisión me di cuenta que el que golpea al arquero de Ferro (Marcelo Miño) es el jugador de Quilmes (Federico Anselmo) y no al revés", dijo en ese momento Nicolás Lamolina, quien admitió que “no pude dormir en toda la noche” por el error cometido. Y el propio Beligoy salió a “bancarlo”, señalando que “el VAR viene a subsanar este tipo de jugadas. El ojo humano hace mucho tiempo que perdió la carrera con la tecnología”.
Ganó bien Aldosivi. No se puede cuestionar, más allá de que en gran parte del encuentro, el resultado estuvo a merced de cualquiera. Debutó el VAR y su aplicación permitió advertir un error del árbitro, subsanado por la tecnología, más allá de que la imagen en las distintas cámaras induce a diferentes apreciaciones. Luego, la revisión de la jugada, tanto en el gol de Beltrán para empatar el partido como en el segundo gol de Aldosivi, permitió también darle la derecha a la decisión que tomó la terna arbitral, sobre todo el asistente 2, que no tuvo errores.
El primer paso se dio en Santa Fe. Más allá de que no haya sido beneficioso para Colón, su aplicación fue prudente. Sin demoras exageradas y al margen de que hayan transcurrido 3 minutos entre el llamado al árbitro y la ejecución del penal, dio la impresión de que el protocolo se cumplió correctamente y sin dilaciones que entorpezcan el normal desarrollo del partido. No será siempre así. Habrá que hacer camino al andar, pero siempre entendiendo algo: que el VAR tiene que ser sólo una herramienta que impida injusticias y equivocaciones groseras del árbitro. Como alguien dijo alguna vez: “encontrar el elefante que no se vio y no buscar una hormiga en el pajonal”.