Cuando el Mono Obberti, fallecido este lunes a los 75 años, llegó a Colón tenía apenas 20 años. No jugó todos los partidos de ese ascenso, pero marcó 13 goles. Y entre esos goles, se dio el gusto de pasar a la historia como el autor del tanto que le dio el ascenso a Primera en 1965. Fue una tarde de martes, con mucho calor, en cancha de Atlanta y ante el Deportivo Español. Ese día, ante una multitud de hinchas sabaleros que viajaron a la capital para ser protagonistas de ese gran sueño que ideó un avezado dirigente como Italo Giménez, en el que pocos creían, Colón lograba ponerle el sello de Primera a la ciudad de Santa Fe y materializaba el ascenso. El Mono conectó de volea un centro de Alejo Medina y puso la pelota en el fondo del arco de Español, desatando una euforia que se trasladó a nuestra ciudad en un festejo que no tuvo fin y que se dimensionó a los pocos días, cuando un nuevo triunfo, esta vez ante Nueva Chicago, le dio a los sabaleros el título de campeón.
A ese torneo, Colón lo ganó con la base de 15 futbolistas profesionales, pese a las 46 fechas que lo convirtieron en uno de los torneos de ascenso más extensos de su historia. Ese plantel se fue armando con la llegada de los refuerzos, concluyendo con Néstor Juan "Pepe" Canevari y Alfredo Domingo Obberti, los últimos en firmar contrato y con un torneo que ya estaba iniciado.
El 30 de abril de ese 1965 firmó Alberto Raúl Poncio -el capitán que marcó a Pelé en el histórico triunfo del año anterior frente al Santos de Brasil- en Huracán, transferido por Colón, que recibió el pase a préstamo sin cargo de un juvenil "Mono" Obberti, quien debutó 48 horas después ante Tigre y a los 15 minutos anotó el primero de los 13 tantos de la temporada.
El arquero titular Luis Angel Tremonti actuó en 40 partidos; los defensas, el capitán Jorge Omar Sanitá (44), Carlos Alberto Larpín (24), Néstor Cardozo (33) y los uruguayos Dumas Rodríguez (21) y Gileno Medina Leites (31); los medios: el oriental Raúl Cardozo Crespo (23), el cordobés Sebastián García (34) y los entrerrianos José Broggi (8) y Alberto Ríos (42) y los delanteros: Néstor Canevari (29), Orlando Medina Leites (31), Alfredo Domingo Obberti (22), Juan Alberto Castro (30) y Alejo D. Medina (39).
También jugaron el arquero suplente José Luis Burtovoy (4), los defensores Pedro Rosso (6), el paraguayo Ediberto Pérez (2), Luis López (5), Agustín Balbuena (2), Carlos Alberto Colman (1); Hugo Martínez (1) y el guaraní José L. Cabañas (1). Edgardo Nerbutti rubricó la planilla como arquero suplente en los 46 encuentros y viajó acompañando a la delegación, aunque no actuó, el defensor Horacio Banegas. Ricardo R. Aráuz (director técnico); José Etchegoyen (DT y preparador físico); Romualdo Allaragüe (utilero), Angel Zanutigg (kinesiólogo); Jorge Pérez (médico) y Jaime Vives (canchero).
Obberti debutó oficialmente como jugador profesional en 1962 en Huracán, para pasar en 1965 a Colón, donde solamente jugó una temporada. Al año siguiente volvió a Huracán. En 1968 se sumó a Los Andes, donde se convirtió en el máximo goleador de la Argentina en el Torneo Metropolitano de 1968 con 13 goles. En 1969 regresó a Huracán.
En 1970, Obberti llegó a Newell's donde se convirtió otra vez en el máximo goleador en Argentina con 10 goles. En 1972 pasó a Gremio, de Brasil. En 1974, el Mono volvió al Parque, llevando a Newell's a obtener el primer título de su historia en el profesionalismo logrando una campaña histórica.
En sus años en Newell's el Obberti marcó 89 goles en 147 partidos para convertirse en el tercer máximo goleador de todos los tiempos.