Desde el primer momento se sabía que sería “la novela del verano” en el Mundo Colón y que se presentarían varias complicaciones para llegar a un final feliz. Una vez más, la historia de amor entre Brian Fernández y los colores de los cuales es hincha desde la cuna deberán esperar. Cuando estaba todo dado para que el chico que quiere “la 38” en su dorsal arrancara la pretemporada con Diego Osella, en las últimas horas surgieron complicaciones importantes con el dinero que exige Cristian Bragarnik, representante del propio grupo inversor que lo maneja. “El tema está complicado”, reconocieron esta mañana a El Litoral.
La historia arrancó cuando Colón estaba buscando técnico y Vignatti logró reunirse con el actual presidente del Elche de España. Allí, se despejaron todos los fantasmas del pasado (N.de R.: la relación íntima de Bragarnik con el ex presidente sabalero Germán Lerche y la relación más fuerte aún del intermediario con el técnico de Unión) y prometieron “hacer cosas juntas” para el futuro.
Como no pudo ser lo de ninguno de los entrenadores de la Escudería Bragarnik —finalmente llegó Diego Osella, manejado por Roberto San Juan—, Vignatti le apuntó a un solo jugador: Brian Fernández. Así, comenzaron los idas y vueltas del presidente sabalero con el empresario que monopoliza el fútbol argentino.
“Nos dio el ok Bragarnik, ahora depende de Brian Fernández jugar en Colón. Lo vamos a buscar en la camioneta con Osella donde nos digan”, comentó hace diez días el mismo Vignatti.
Los días previos a Fin de Año, con Brian Fernández instalado en el barrio Yapeyú, se generaron los encuentros —telefónicos y personales— de Vignatti con el jugador. Se llegó a un principio de entendimiento con el salario y la duración del contrato. Era algo que el pope máximo sabalero quería dejar “listo” antes de volar a Canadá: en las últimas horas se fue con destino a Vancouver para vender a Erik Godoy a esa franquicia de la MLS en los Estados Unidos.
Hasta allí, todo más que bien. Incluso, por lo que pudo averiguar este diario, le habrían comunicado a Diego Mario Francisco Osella que podía contar con Brian Fernández. ¿Qué faltaba, entonces?: la formalidad, es decir los papeles de Colón con Cristian Bragarnik.
La responsabilidad administrativa y legal del “papeleo” quedó en manos del Dr. Luis Leopoldo Hilbert, uno de los abogados de Colón y hombre de confianza del presidente.
Cuando todo parecía un trámite, la novela se hizo más novela que nunca para los intereses sabaleros. Es que en las oficinas de Bragarnik, hasta donde llegó Hilbert, fue el mismo Cristian quien elevó de manera inesperada los números que debe Colón para fichar a Brian Fernández, más allá del salario que pasaba al número 1 del podio en el actual plantel.
El argumento expresado por Bragarnik giró en torno al dinero que Portland Timbers había invertido en su momento cuando compró a Brian Fernández a la Liga MX: le había girado diez millones de dólares “limpios” al Necaxa de México. Como se recordará, en esa franquicia americana el “38” la rompió toda: 11 goles en 19 partidos. Hasta que fue “cortado” por las cuestiones que son públicamente conocidas en el campo extra-deportivo.
“Colón está haciendo un esfuerzo supremo para pagarle el salario a Brian Fernández, pero se complica por el monto que pide Bragarnik a modo de resarcimiento al club de Estados Unidos”, se pudo filtrar en medio de una negociación que —si bien no está caída— aparece como “muy complicada a último momento”.
La realidad es que, el mismo día que Colón vuelve a la pretemporada y presentan a Diego Osella como DT en reemplazo de Lavallén, “lo de Brian no está caído pero sí trabado por las exigencias de Bragarnik”. Continuará.