"Fue algo único e irrepetible; pero fuimos parte gracias a Dios", recuerda Marcos Camino, que en pocas horas volará a Estados Unidos para un nuevo compromiso junto a "Cacho" y Los Palmeras con un artista de nivel internacional.
El pueblo sabalero se movilizó como nunca antes se había visto de un país a otro. Los Palmeras, con un show inolvidable, lograron un milagro: mucha gente de distintos lugares del mundo simpatiza con Colón a partir de esa cumbia.
"Fue algo único e irrepetible; pero fuimos parte gracias a Dios", recuerda Marcos Camino, que en pocas horas volará a Estados Unidos para un nuevo compromiso junto a "Cacho" y Los Palmeras con un artista de nivel internacional.
Se cumplieron este sábado 9/11 cinco años de la Final Única de la Copa Sudamericana entre Colón e Independiente del Valle, motivo por el cual la Conmebol decidió recordar ese momento con la mundialmente famosa canción de Los Palmeras en Asunción del Paraguay: el "Aee ea yo soy sabalero". Esa música de cumbia santafesina y la foto de los 40.000 hinchas de Colón reventando a presión La Olla de Cerro Porteño quedó en un lugar de la historia del fútbol que será recordado por los siglos de los siglos.
"Si bien Guinness debe cumplir con ciertos estándares para homologar el récord, según pudo averiguar el sitio Doble Amarilla las autoridades de la entidad se fueron de Asunción avalando que esta movilización de gente superó al máximo registro anterior que le pertenecía a Racing para la final de la Intercontinental disputada en 1967 ante el Celtic de Escocia, cuando el conjunto de Avellaneda movilizó 25 mil hinchas a Montevideo", recordaban por ese tiempo los medios más importantes de Argentina.
A cinco años, casualmente, Racing de Avellaneda pisará en este 2024 la misma ciudad y el mismo estadio para jugar su propia Final Única de la Copa Conmebol Sudamericana el próximo 23 de noviembre. A esta altura, teniendo en cuenta el avance de los tickets que ya compraron los torcedores brasileros del Cruzeiro, queda en claro que Racing de Avellaneda tendrá mayoría de simpatizantes pero jamás podrá igualar lo que hizo Colón con sus 40.000 hinchas bajo la lluvia hace cinco años en el Barrio Obrero de Asunción del Paraguay.
Desde que la Conmebol "europeizó" las finales continentales, con formato único en Copa Sudamericana y Copa Libertadores de América, nunca más se volvió a ver lo que hizo Colón en las tribunas. Y nunca más un show musical, del rubro que sea, generó lo que generaron Los Palmeras con su show en "La Capital del Sentimiento", como bautizan los hinchas de Cerro Porteño a La Olla.
Es que, más allá que todo evolucione con el correr de los años, que las capacidades de los estadios se modifiquen y que hasta los formatos de las definiciones se cambien, ¿cómo igualar una final que se jugó con 40.000 hinchas de Colón y un puñadito de ecuatorianos?. La respuesta es una sola: imposible. Porque como dice Marcos Camino a El Litoral, cinco años después, lo que pasó ese sábado 9 de noviembre de 2019 "fue algo único e irrepetible".
Este recuerdo de los 40.000 en La Olla y el tributo que hizo la propia Conmebol en sus redes sociales, llega justo en un momento donde el pueblo sabalero está angustiado, dolorido y desorientado por dos golpes consecutivos en menos de un año: el fracaso del descenso con Vignatti y el nuevo fracaso del no ascenso con Godano. Todo éso de golpe, a los pocos años de haberse coronado campeón del fútbol argentino en la noche de San Juan.
Cuando se repiten o se escriben frases hechas, muchas veces las mismas son de rigor, compromiso o simplemente por usos y costumbres. Cuando se afirma que "lo mejor que tiene Colón es su gente", el relevo de pruebas es muy simple. Es la foto de hace cinco años en Paraguay. Con el dato de los 40.000 en La Olla se muere cualquier otro relato.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.