“Esta victoria es tremenda... aplastante”, fueron las primeras palabras del reelecto presidente de Colón cuando llegó al búnker de Pertenencia Sabalera para hablarle a sus seguidores. Antes, siguió en la tranquilidad de su casa el resultado contundente: 2.277 a 394, una de las diferencias más abultadas, acaso sólo comparable cuando Vignatti le ganó a Candioti en una proporción de 9 a 1. De cada diez socios que fueron a votar, imaginariamente “ocho y medio” ratificaron al actual gobierno sabalero.
Increíblemente, cuando a las 18 del domingo se cerró el comicio, el cielo dejó de mandar agua. No se puede desvincular el análisis de las condiciones del tiempo y fue por eso que varias veces Lerche —en su discurso triunfal— agradeció “a los que vinieron a votar bajo la lluvia”.
Al momento de nominar, Lerche se acordó de “Rubén (por Moncagatta, el vice), que es mi compañero, mi amigo de toda la vida, mi hermano, el que se puso la campaña al hombro porque yo le dije que era mi obligación seguir gobernando al club y no distraerme con la campaña”.
En medio del búnker, Lerche recibió los llamados del “Turco” Mohamed y de Julio César Falcioni, dos exitosos ex DT sabaleros. Confesó que durante la tarde, hablando con Gamboa, empezó a moldear el Colón 2011: “Ya hice un llamado para cerrar la ficha de un jugador importante, porque necesitamos que Colón sea protagonista”.
Luego, hizo un agradecimiento a todos los empleados del club (“estuvieron todos durante todo el día... ¡qué ganas de votarme que tenían, pero no pueden porque el estatuto no lo permite!”) y a la Juventud Sabalera “porque allí está el recambio, en estos pibes de 18, 19 y 20 años que fueron personalmente a hablar con los vitalicios para que vengan a votar. Ellos hicieron un trabajo increíble”.
A la hora de trazar una línea para el futuro, Lerche fue más que claro: “Este mensaje de las urnas es para el plantel profesional: este pueblo vino a votar con lluvia, y el esfuerzo debe ser ahora respondido por ellos. Mi señora dice que debería haber elecciones más seguido, así me tiene más tiempo en casa. El dirigente lo que tiene que hacer en este Colón es una gran familia, y el desafío es instalar a este club entre lo más alto del fútbol profesional. Por eso, voy a reclamar desde mañana mismo en lo futbolístico que los 30 profesionales entiendan el mensaje de este pueblo que está necesitado de lograr resultados deportivos”.
No esquivó la referencia al famoso “campeonato”, que es lo que falta y lo que todos piden: “Siento que estamos cada vez más cerca, porque la estructura del club empuja mucho. Es algo que no se ve pero que se nota puertas adentro”.
Contó que cuando las elecciones estaban confirmadas con una lista opositora, le pidió a sus pares que se encargaran de hacer conocer el repaso de las obras. “Nunca perdí la calma. Hace meses que venía pidiendo el acompañamiento del Estado para las obras de Copa América, que no serán sólo para Colón sino para Unión, los clubes de la Liga, los barrios donde está el Predio que tendrán sus colectoras. La llegada de Grondona y la decisión de Binner de invertir 15 millones de pesos se dieron tres días antes de las elecciones, algo que de lo que yo ni me di cuenta, porque la alegría de ganar esa batalla para el fútbol de Santa Fe me desbordó”.
Por último, el reelecto Lerche admitió tener “ofertas de la política de distintos partidos y colores, pero mi lugar en el mundo es Colón. Ni siquiera AFA, como se dijo. Que Julio siga allá y yo salgo campeón acá, que es mi sueño. No voy a parar hasta conseguir un Colón grande. Ése es mi desafío, cada vez más fuerte. Por eso viajo personalmente todas las semanas a Buenos Aires, para no dar ventajas. He descuidado mi familia y mi profesión; el cariño del socio bajo la lluvia cura las heridas. Los quiero abrazar a todos: gracias y ¡vamos Colón!”.