Jueves 18.3.2021
/Última actualización 18:23
Cuando nos enteramos en el propio Estadio Único de San Nicolás que iban a ser cinco las modificaciones en Colón, dos obligadas, es cierto, pero con las ausencias de los dos carrileros y la del arquero implicaban tres cambios más, que podían repercutir en el funcionamiento del equipo, la primera pregunta que nos hacíamos era si este Colón iba a responder a las necesidades del partido y fundamentalmente al nivel de juego que venía trayendo el elenco de Domínguez.
Pero cuando comenzaron las acciones nos dimos cuenta que a pesar de ello no cambió en absoluto su forma, que no cambió tampoco su esquema táctico, que siguió jugando con tres en el fondo, que tanto Escobar por el costado izquierdo haciendo lo de Piovi y Mura por el costado derecho haciendo lo de Eric Meza, cumplieron las mismas funciones. Aunque Colón fue más atacando por el lado derecho, fue más incisivo, fue más profundo por el sector de Mura que por el costado de Escobar.
Los primeros 15 minutos fueron bastante parejos. En ese lapso fue más agresivo Argentinos Juniors, que a los 7 minutos tuvo un mano a mano Cabrera que terminó con un remate por encima del travesaño; y que aprovechó después, algunos minutos más tarde Ávalos, para capitalizar una pelota que había quedado boyando dentro del área, y de derecha, de media vuelta, clavarla junto al palo derecho, en realidad la pelota pegó en el vertical e ingresó, dejándolo son chances al arquero Chicco, y dándole la ventaja parcial a Argentinos.
A partir de ese momento fue todo de Colón, que tuvo un pasaje de 25 minutos durante los cuales dominó el partido, con dos figuras estelares, que fueron Lértora en la recuperación y en el traslado de la pelota en la mitad de la cancha, haciéndose dueño del balón en ese sector.
Y Ferreira, un jugador fino, que mostró sus atributos, que generó y se generó jugadas de peligro, participando en todas las maniobras peligrosas a favor de Colón, inclusive en dos de ellas, con un remate que terminó tapando Chaves, que en definitiva terminó siendo uno de los jugadores más importantes del partido, sobre todo en esa acción, a los 27 minutos, cuando le tapó dos pelotas de gol seguidas a Ferreira.
Había tenido un tiro libre el Pulga Rodríguez, que pasó muy cerca del ángulo superior izquierdo; después hubo otra de Leguizamón, también ingresando al área en soledad y recibiendo una pelota magnífica que le puso Ferreira, dejándolo mano a mano con el arquero rival, a quien fusiló Leguizamón y la pelota se estrelló en el ángulo superior Izquierdo.
En ese pasaje, que insisto fue de entre 20 y 25 minutos, Colón no solo se hizo dueño del partido sino también tuvo las mejores situaciones, acumulando méritos como para empatar el partido. Incluso al cabo de los primeros 45 minutos, quedó esa sensación, la de un equipo que aprovechó su momento, que fue Argentinos Juniors, aunque era parejo el trámite en ese primer cuarto de hora, las situaciones de peligro fueron para el Bicho y ahí aprovechó para marcar el gol.
Después fue todo de Colón, el trámite, la pelota, el terreno y las situaciones de peligro, donde el conjunto sabalero falló, faltándole esa contundencia que uno le rescató como principal virtud en otros partidos.
El primer tiempo fue de un nivel intenso y con un equipo más eficaz que el otro (Argentinos) y con un Colón que se retiró al vestuario injustamente perdidoso al finalizar los primeros 45 minutos.
En el segundo tiempo, Argentinos jugó a lo Colón. ¿Qué hizo el equipo de La Paternal?, resignó el terreno, se lo cedió a Colón, le prestó la pelota, lo dejó venir. Ya Sandoval por el costado derecho y Elías Gómez por la izquierda se convirtieron prácticamente en marcadores de punta, entonces el equipo quedó bien agrupado de la mitad de la cancha hacia atrás, con cinco hombres formando la última línea defensiva, y dejándolo venir al equipo sabalero, que no tuvo ideas, que no abrió la cacha, que tampoco utilizó la gambeta como recurso para sacarse marcas de encima y para ejercer superioridad numérica en algún sector del campo de juego.
Gentileza La alegría es solo del Bicho. La clásica foto tras el triunfo y el pase a la siguiente ronda de la Copa Argentina. Argentinos Juniors ya está entre los mejores 16 equipos del país.La alegría es solo del Bicho. La clásica foto tras el triunfo y el pase a la siguiente ronda de la Copa Argentina. Argentinos Juniors ya está entre los mejores 16 equipos del país. Foto: Gentileza
Así fueron pasando los minutos, y a medida que esto sucedía crecía la impotencia de Colón, que así como había generado situaciones claras de peligro en el primer tiempo, esas mismas situaciones no se dieron en el complemento, en donde Colón avanzó pero nunca atacó.
Es decir, Colón fue un equipo que daba la sensación de tener un cierto dominio del terreno pero no del partido, porque el dominio le perteneció a Argentinos Juniors.
Tampoco ayudaron los cambios. Jugadores que se fueron cayendo físicamente y los ingresos de Meza, Piovi y Farías no surtieron efecto. En cambio Argentinos tuvo tres situaciones, tres mano a mano que le pudieron darle tranquilamente la victoria con una mayor diferencia.
Esas tres situaciones convirtieron en figura a Ignacio Chicco, que tapó los tres y por ese motivo terminó erigiéndose en el jugador más importante de Colón, atajando magistralmente las tres ocasiones de gol del Bicho.
El resultado terminó justificándose por todo lo que hizo Argentinos en el segundo período, que fue muy inteligente, y así como decíamos, que la batalla táctica del sábado la había ganado Domínguez contra Zielinski, también habrá que decir que en este caso se dio al revés, ya que la batalla táctica la terminó ganando el DT Gabriel Milito sobre Domínguez.
Inclusive el propio técnico, después del encuentro, lo reconoció, cuando señaló que el partido salió a pedir del equipo rival, cosa que fue así, el control del partido fue mucho más duradero por parte de Argentinos, sobre todo en la segunda etapa, en donde insisto, Colón no tuvo ideas, muchos jugadores fueron cayéndose físicamente, tampoco estuvo el recambio en cuanto a calidad y cantidad para tratar de disimular esas mayores virtudes del adversario, fundamentalmente a la hora de evitar que Colón llegase con posibilidades para empatar el partido, como sí había acontecido en los primeros 45 minutos.