Se hicieron famosos mientras cantaban 'soy sabalero'
La chica bella y el hombre que llora con Los Palmeras
Victoria Sarsotti y Darío Genolet no lo pueden creer. La gente los para en la calle, los reconocen y el destino les deparó una sorpresa que jamás se imaginaron. Son los nuevos “famosos” de Colón.
Victoria Sarsotti y Darío Genolet jamás se imaginaron lo que el destino les tenía reservado. Victoria enamoró a todos con su rostro de niña y Darío con su llanto. El video de Los Palmeras eternizó esas caras. Cambiaron cosas para ellos. Fascinados, las cuentan sin entender demasiado de qué se trata.
“No me había dado cuenta para nada de que me estaban filmando, hasta que me empezaron a mandar fotos. Al principio me llegaban mensajes. ‘Te vi en la tele’, me decían. Le conté a mi papá que había salido en la tele, pero se lo dije así nomás. Hasta que me empezaron a llegar fotos y después, cuando entré en Instagram, me di cuenta de que estaba en todos lados”, cuenta Victoria con sus 13 años que recién la están asomando a la vida, acompañada por su papá, el doctor Carlos Sarsotti, que a cada rato de la charla con El Litoral le recuerda que tiene que estudiar, aunque en el fondo siente el orgullo propio de padre, por el momento tan especial que vive ‘su nena’ y que quedará grabado para la eternidad en un video que se reproducirá por millones y por siempre.
“Fui a Paraguay con mi papá, mi mamá y mi hermano Nacho. Estaba en la platea central y como soy amiga de Paloma, la hija del Bichi, con quien jugábamos juntas desde chiquitas, estuve con él porque a Paloma no la dejaron que fuera a Paraguay”, cuenta Victoria, que va desde chiquita a la cancha, “aunque desde que mi papá empezó a viajar mucho, casi no estaba yendo”.
Sobre el momento en que la cámara la enfoca, recuerda que “empezaron a caer algunas gotas y aparecieron Los Palmeras. Yo dije ‘guau, Los Palmeras cantando en Paraguay’, era muy loco porque casi ni había gente de Independiente del Valle, éramos todos de Colón”.
Luis Cetraro Victoria Sarsotti, la niña de 13 años que impactó a todos en el video de Los Palmeras.
Victoria Sarsotti, la niña de 13 años que impactó a todos en el video de Los Palmeras.Foto: Luis Cetraro
Victoria es alumna de primer año del Colegio Adoratrices y no puede creer los comentarios que le hacen. “Hay gente que me dice que no se van a olvidar de mí porque ven 40 veces por día el video de Los Palmeras. Y en la escuela, las profesoras de la primera y la secundaria me dicen que soy famosa, me hacen reír, lo tomo de esa manera. Y mis compañeras también. Después, en la calle, me doy cuenta de que la gente me mira. El otro día entré a la Necochea y la gente se daba vuelta. Yo me río...”, cuenta con su natural inocencia de niña.
Victoria quiere ser diseñadora de modas. “Estoy todo el día pendiente del celular, me llegan mensajes de la gente, me dicen que soy la chica de la Sudamericana... El sábado me enfermé con la lluvia porque pasé mucho frío... Pero no me importó mucho... Ahora quiero volver a ir a la cancha seguido, como iba antes”.
No es muy diferente la historia de Darío en cuanto a cómo cambió su popularidad. Él es policía, trabaja en Tribunales y le agradece a su jefe, Juan Hernández. “Es raza como yo y agradezco el apoyo incondicional que siempre me da”.
Y luego cuenta lo que sintió cuando se vio en el video: “Primero me dio un poquito de vergüenza, pero luego entendí que era la emoción de ser sabalero, de verlo 38 años, de aquellos tiempos en la B, del gol de Chupete Marini, de mi familia que me apoyó y me empujaba a ir a Paraguay. Soy de Colón, nací de Colón y moriré de Colón, porque eso no se negocia. Es muy simpático lo que me pasa en la calle, la gente me para, se saca fotos conmigo. Yo no lo puedo creer”.
Darío también estudia ingeniería eléctrica y su viaje estuvo en duda. “Mi señora es hincha de Unión y me empujó a que fuera. El resto de mi familia también. Estuve dos noches sin dormir para poder sacar la entrada y me fui solo en micro. No me arrepiento para nada, más allá del dolor de haber perdido. El pueblo sabalero es sufrido, tiene más derrotas que victorias, pero sin embargo rompimos un montón de récords y cuando entré a La Nueva Olla parecía que entraba al Centenario. Era un clima maravilloso, amor en estado puro”.
Captura de pantalla
Foto: Captura de pantalla
Por último, cuenta cómo fue desde que llegó a Asunción. “Primero fuimos al fan fest y, a medida que íbamos yendo para la cancha, recorriendo cerca de cuatro kilómetros, la gente nos daba agua en el camino, había una mujer que estaba con una manguera y nos refrescaba. La verdad que los paraguayos se portaron de mil maravillas. Cuando terminó el partido se me rompió el corazón, estábamos tristes porque fuimos a buscar una estrella que no se nos dio. Pero viendo las repercusiones, el resultado deportivo sinceramente pasó a segundo plano. La última gran vara fue Córdoba y la movilización al Chateau quedó chica, sorprendente. Me acordé de mi hijo Agustín que no pudo viajar por cuestiones personales, de él, de mi señora, en diez segundos se me pasó todo por la cabeza y por eso me largué a llorar. Mucha gente me escribió por las redes sociales y me sorprende la cantidad de paraguayos que me escribieron, agradeciéndome lo que hicimos y que nos esperan. Para mí, esto es algo inolvidable y que lo llevaré en mi corazón y en mi memoria hasta el último día de mi vida”.