Cuesta encontrar alguna figura en Colón, como también cuesta hallar alguna explicación a la salida de Wanchope Abila (6) que se había convertido en un problema para la defensa de Unión en el primer tiempo y que, prematuramente, dejó el partido para dar lugar al ingreso del Conejo Benítez (5), seguramente con la intención de aportar sacrificio para que Unión no logre salir con rapidez como lo hizo en ese comienzo del segundo tiempo que fue favorable a la visita.
Lo mejor de Colón se dio en el primer tiempo. Arrancó bien Emanuel Más (5) pero luego se fue perdiendo; lo propio pasó con Espínola (5), que arriesgó con la subida por el costado a expensas de tener que soportar el “cambio de figuritas” con Zenón.
Goltz (6) y Garcés (6) no tuvieron fisuras, más allá de ese par de situaciones que contó Gonzalo Morales en el primer tiempo y que encontró una buena respuesta en Nacho Chicco (6), que sacó dos pelotas que iban con destino de red, trabajando inclusive más que Campisi en ese primer tiempo.
Mirá tambiénConfirmado: los clásicos no se pierdenEn la mitad de la cancha, fue flojo el rendimiento de Favio Alvarez (4), no fue el jugador claro para aportar ese primer pase y hasta dio la impresión en el primer tiempo que la pelota pasaba más por los pies de Cardozo Lucena (5), algo apresurado a veces y sufriendo luego una molestia que lo obligó a salir cuando apenas se jugaban diez minutos del segundo tiempo, ingresando Moreyra (5), que con más aire y piernas le dio la dosis de recuperación que había perdido Colón en ese inicio del segundo tiempo que mostró a un equipo perdido en el reinicio del partido.
Tomás Galván (5) tuvo movilidad, pisó el área en un par de ocasiones pero fue otro de los que perdió gravitación. Botta (5) trató de ganarle las espaldas a los volantes, encontró espacios para jugar pero lo que no encontró fue claridad y precisión, no estuvo fino ni tampoco creó situaciones de peligro o logró poner a alguno de sus compañeros cara a cara con Campisi o en una posición directa de gol. Batallini (6) fue, junto con Wanchope, el que más complicó. Tirado por izquierda, encaró, desbordó y fue el gestor de la jugada más clara de gol que tuvo Colón: su remate fue rechazado por Calderón cuando ya había superado la resistencia de Campisi y se metía en el arco rojiblanco.
De los que ingresaron, al margen de Meza (abrió la cancha por derecha e impidió la subida de Zenón, que se quedó retenido en defensa en el segundo tiempo) y Moreyra, fue escaso el aporte de Pierotti (4), que arrancó por derecha y luego terminó jugando bien abierto por izquierda pero sin pesar en ningún momento, como así tampoco fue positivo lo de Toledo, cuando Gorosito lo puso para que acompañe a Benítez, tratando de meter gente arriba y en el área para capitalizar los centros que podían caer desde los costados, algo que se produjo, pero que la defensa de Unión, sin fisuras, se encargó de despejar una y otra vez.
Para Colón, el empate le deja un sabor amargo. Fue local, venía de ganarle a Argentinos Juniors y muchos lo colocaban en el rol de favorito (aunque convengamos que los clásicos son los típicos partidos en los que el favoritismo no existe). Jugó mal el segundo tiempo y no pudo sacar ventaja de la mayor tenencia de pelota que tuvo en el primer tiempo. Gorosito lo reconoció, aunque todavía nos preguntamos por qué salió Wanchope.
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