La roja a Goltz le sacó un jugador y el ímpetu a Colón
En el arranque, los sabaleros fueron un torbellino y se pusieron con justicia en ventaja. Cuando quedaron 11 contra 10, se animó Aldosivi y llegó al 1 a 1 definitivo. En el segundo tiempo, las más claras fueron de la visita. Colón puso ganas con uno menos pero le faltó claridad.
Fue un abrir y cerrar de ojos. O en todo caso, una sola jugada. Decisiva para todo, para el trámite y, por consecuencia directa, para el resultado. Fue la expulsión de Goltz, en una jugada en la que el defensor sabalero cruzó muy fuerte a Martínez, dando la impresión de llegar a tocar primero la pelota pero también a poner en riesgo la integridad física del adversario. Opiniones al margen (la jugada fue muy polémica de verdad), el partido era todo de Colón hasta ese momento, en un cuarto de hora inicial en el que no sólo justificaba la victoria parcial sino que hasta daba la impresión de que el 1 a 0 parcial le estaba quedando chico. A partir de allí, el partido pasó a tener otra dinámica y también otro desarrollo.
Wanchope Abila recibió una excelente habilitación de Nardelli (buen primer tiempo y algo complicado en el segundo con la escalada contínua de Escobar), dominó la pelota, se fue acomodando entre adversarios y definió. Antes lo había tenido Bernardi y en ese comienzo dominante de Colón, el que más trabajaba en Aldosivi era Devecchi. Colón ganaba bien, mandaba en el trámite y tenía al Pulga Rodríguez metido en el partido, jugando con soltura delante de esa línea de mediocampistas que integraban Pierotti por derecha, Bernardi un poco más adentro y Farías por izquierda, con Julián Chicco como un “libero” de todos ellos, parado posicionalmente en la función de “5” delante de la línea de cuatro.
Rondina no sólo sacrificó al Pulga para rearmar la línea de cuatro con el ingreso de Novillo, sino que también resignó el protagonismo del partido. Y allí empezó a crecer Aldosivi. O mejor dicho, apareció en el partido, pues hasta ese momento el único que estaba en la cancha era Colón. Iban 20 minutos cuando se fue Goltz y el partido cambió de panorama .
Esa imagen incisiva, agresiva y también dominante de Colón en el arranque del partido, se convirtió en otra de más espera, de retroceso permanente para que el jugador de menos no se sienta tanto, al menos en las inmediaciones del arco de Chicco. Un gol anulado por clara posición adelantada de Andrés Ríos fue lo más cercano que tuvo Aldosivi, pero ya empezaba a vislumbrarse que en el segundo tiempo la postura de uno (Aldosivi) iba a ser la de atacar y la del otro (Colón) esforzarse al máximo para aguantar el resultado y tratar de aprovechar, sin desordenarse, los espacios que podría dejar el adelantamiento del adversario.
Fue creciendo el trabajo de dos jugadores que se fueron adueñando del partido (Kociubinski y Escobar). Colón empezó a sufrir por el costado derecho de la defensa, con las subidas constantes de este buen jugador que demostró ser Escobar, mientras que Ojeda se las ingeniaba para que Pisano no lo complique por el otro sector. Y lo logró, con gran empeño, jugando al límite a pesar de estar amonestado y animándose en dos o tres jugadas ofensivas muy interesantes (una de ellas dejando tres jugadores en el camino, tocando para Wanchope y yendo a buscar la devolución corta y de taco de su compañero, cayendo adentro del área ante la mirada cercana del árbitro).
El gol del empate no se hizo esperar, en una jugada que Aldosivi ensayó en varias oportunidades (el desborde por izquierda de su ataque y el pase al medio punzante para que caiga adentro del área chica). Chicco se estiró, alcanzó a manotear la pelota pero no evitó que sea conectada por Maciel, quien convirtió el tanto del empate definitivo.
En rigor de ser sinceros, desde allí hasta el final las oportunidades fueron más claras a favor de Aldosivi. Hubo dos o tres mano a mano que no alcanzaron a definir bien, en uno de ellos hasta pifiando el remate final y también atajadas de Ignacio Chicco, nuevamente convertido en uno de los mejores jugadores del equipo.
Colón no abandonó la intención de ir a buscar el segundo gol. Empujado por la gente lo intentó, aprovechó un par de desbordes a las espaldas de Escobar, por el sector derecho del ataque, pero no las pudo definir. Rondina empezó a meter cambios. Entró Otazú para ubicarse por el costado izquierdo y luego resolvió sacar la referencia ofensiva que tenía (Wanchope Abila), para terminar jugando con Alvarez más arriba y Picco más atrás. Hubo ganas pero faltaron ideas. Y la imagen futbolística del equipo no fue buena, con poca creación de juego y escasa profundidad, algo que no ocurrió en el comienzo del partido, cuando Colón lo acorraló y se lo llevó por delante a Aldosivi. Duró poquito. Sólo el tiempo en el que fueron 11 contra 11.