Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial)
"Fue lamentable lo que hicimos en el segundo tiempo, jugando así, sin arriesgar, vamos a tener muchos problemas", fueron las palabras de David Ramírez que resonaron en el cierre de un partido flojo de Colón y de una derrota en una primera fecha, que deja secuelas internas.
Merlo planteó un partido cerrado en el medio, con una marca personal de Poblete sobre Ortigoza para que el paraguayo no maneje la pelota. San Lorenzo tenía variantes para conseguir ese objetivo, con Romagnoli, Blanco y el zurdo Quignon, pero Colón tenía el partido controlado hasta los 33 minutos, cuando llegó el gol de cabeza de Mattos, apareciendo llamativamente solo a espaldas de Landa y Ferracutti para conectar un centro que Broun tapó en primera instancia pero sin lograr retener, y el propio Mattos se encargó de convertir.
Hasta ese momento, el arquero de Colón había sido un espectador de lujo, ya que el equipo se las ingeniaba para que San Lorenzo no le llegue, a pesar de tener un dominio territorial y mayor posesión de la pelota. Quizás con algunos problemas por izquierda, pero ordenado y concentrado, Colón estaba llevando a cabo una tarea inteligente, aunque exenta totalmente de agresividad del medio hacia arriba, donde Alario y Villarruel aparecían en soledad.
El gol de Mattos echó por tierra todo porque el equipo no tuvo plan B. Jamás, Colón pudo cambiar la historia del partido, ni siquiera en el segundo tiempo, cuando los cambios aportaron poco y nada. Romero entró con ganas por un Ledesma al que le falta ritmo competitivo, pero luego, Mostaza Merlo pensó en Bíttolo -aún perdiendo- para solucionar la subida de Buffarini por el costado izquierdo de la defensa sabalera y cuando puso al Mago Ramírez por Poblete, llegó el segundo gol de Villalba, otra vez a espaldas de Ferracutti, para convertir un 2-0 lapidario, que cerca estuvo de ser aumentado.
Colón no cambió en ningún momento y hasta dio la impresión de no tener una estrategia alternativa para modificar el trámite del partido. San Lorenzo, ya con Ortigoza libre por la salida de Poblete (entró Ramírez en su lugar), manejó a gusto y placer el balón y redondeó un triunfo merecido.
Ni los jugadores ni el técnico hablaron luego. El único fue David Ramírez, quien revoleó la media y le tiró presión al planteo del técnico. Es el primer partido y no es para agarrarse de la cabeza, pero sin dudas que la actuación deja un margen de preocupación y la necesidad de revisar cuestiones internas. No es común que un jugador critique un planteo cuando recién se jugó el primer partido. Se nota que el fastidio viene de antes. Y que al Mago no le gustó quedarse afuera y ser el tercero en entrar, con la mala suerte que apenas ingresado llegó el segundo de San Lorenzo.