El 2-1 para los xeneizes fue injusto, inmerecido y doloroso. En el complemento, Colón generó seis situaciones de gol y no embocó ninguna. Boca generó una sola y la mandó a guardar.
Cuando juega mal o muy mal como contra Central Córdoba en Santiago del Estero o el otro día contra Barracas, Colón pierde. Cuando juega más o menos tampoco gana. Ahora, al combo de una temporada que es olvidable ciento por ciento, Colón le agregó otro ADN de crisis matemática: cuando juega mejor que su rival de turno, en este caso Boca, también pierde. Sin merecerlo, claro está. Duele, mucho más en el contexto de un 2022 vacío.
Suponiendo a favor de Boca que el 1-1 del primer tiempo estaba bien (para mi gusto había sido más Colón), lo del complemento fue inexplicable. Porque perdió el equipo que mereció ganar; ni siquiera empatar. El fútbol suele tener este tipo de injusticias.
Estaba más que claro, en los famosos papeles previos, que cada cual atendía su juego en la tardecita de domingo en Santa Fe. El dueño de casa, alentando ruidosamente por una multitud, estaba obligado a cambiar esa postal preocupante que se vio en la cancha de Barracas Central. De yapa, se jugaba una de las últimas fichas para no perder el tren de una posible Copa Sudamericana 2023. La visita, después de haber bajado el puntero tucumano en La Bombonera y acortado distancias, quería sumar en el Cementerio de los Elefantes y llegar de la mejor manera al derby que se le viene con River.
La recuperación de los dos laterales (Meza por derecha y Delgado por izquierda), más los tres mosqueteros de ataque finalmente confirmados (en la previa se habló de una posible salida de la "Joya" y de una molestia en "Pulga") con Luis Miguel Rodríguez, Facundo Farías y Ramón Darío Ábila ponían en campo un Colón previsible, priorizando "Chupete" Marini poner a los de nombre y chapa para sacar adelante un partido "chivo" contra un grande.
Boca, entre el operativo limpieza de cara a River y las lesiones, plantaba en el Brigadier López un once titular prácticamente nuevo respecto del que había bajado a los tucumanos en La Bombonera hace una semana.
Esos vibrantes primeros 45 minutos prácticamente pagaron el costo del ticket o la cuota social de todo el mes. Es que pasó de todo: gol anulado por VAR, lesionado, penal, varios amonestados y una sensación de que ninguno de los dos (desde el vamos) quería el empate. En ese contexto, fue bastante más Colón y el fierrazo de PR10, esta vez sin "saltito", trajo justicia en el Cementerio de los Elefantes.
Cuando mejor se acomodaba el once de Marini, luego del gol anulado por VAR a "Wanchope" y de la salvada de Rossi ante un balinazo de Farías, llegó el impensado gol de Briasco 46 partidos después de su última planilla: escalada liberada de Fabra ante la floja resistencia de Bernardi, buen movimiento del ex Huracán, bloqueo tardío de Garcés y pelota contra el caño de un clavado Chicco. Sintió el golpe Colón y fue otra vez su arquero el que evitó el 0-2 tapándole el mano a mano a Benedetto. Al toque, para colmo de males, afuera Meza por lesión
Los roles estaban claros: Colón con tenencia y Boca de contra. Las pérdidas de la visita en la zona de medios: la robó Farías, lo dejó solo a Bernardi mano a mano y el cordobés buscó habilitar hacia adentro en lugar de fusilar. Desde la misma zona, varios minutos después, toque de calidad de "Pulga", pique al límite de "Wanchope", torpeza de Rossi (apurado y lejos) y un penal tan claro que no necesitó revisarse nada. Luis Miguel, uno de los mejores pateadores le ganó el duelo (fuerte al medio) a uno de los mejores atajadores y el 1 a 1 trajo justicia.
En el complemento, se escribió una de las páginas más injustas de los últimos tiempos en el Cementerio de Elefantes. Porque el equipo que llegó una vez, que fue Boca, acertó y gritó gol con el canterano de moda: Langoni. El otro equipo, el que llegó seis veces (sí, leyó bien, seis veces), que fue Colón, se quedó sin grito de gol y con las manos vacías. Repasemos:
- 1) A los 3 minutos, "Pulga" asistió de manera magistral a Ramón Darío Ábila y "Wanchope" la tiró abierta afuera
- 2) A los 14 minutos, el mismo ex Boca, recibió afuera del área, paró y le pegó en el mismo acto, la pelota se desvió en Rojo y se fue besando el caño de un Rossi vencido
- 3) A los 23 minutos, Bernardi armó una apilada a lo Bernardi, eliminó rivales y el remate final a pocos metros de la línea de gol fue al bulto de Rossi
- 4) A los 36 minutos, la cruzó muy bien Pierotti para Farías, la "Joya" se tomó un tiempo más, enganchó y de zurda el remate se fue saludando el caño de Rossi
- 5) A los 43 minutos, saltó sin marcas Goltz de cabeza adentro del área chica y su testazo se fue arriba
- 6) En tiempo adicionado, sacudió Pierotti con dirección y potencia, pero Rossi se estiró para evitar el gol de Colón
Si le faltó reacción a "Nacho" Chicco en el remate de Payero, previo al gol de Boca, ya es anécdota. Lo mismo con estas seis (¡sí, seis!) chances de gol sin gol para Colón. Sin dudas, se empieza a despedir el Sabalero de una temporada olvidable, donde se consumieron dos entrenadores (Falcioni, Rondina) y todos los objetivos deportivos: Libertadores 2022, Copa Argentina, torneo local y Sudamericana 2023.
En el marco de un año 2022 complicado, donde casi siempre jugó flojito, Colón le agregó este domingo contra Boca un raro síntoma a su enfermedad. Ahora también pierde cuando juega bien a la pelota, cuando es más que su rival y cuando merece ganar.