Dos Colón en uno: de la nada misma a un empate que vale más de lo que suma
En el primer tiempo se pareció al de antes e hizo todo para irse goleado. Mejoró en el segundo, cuando lo empató en una ráfaga y lo terminó aguantando con un hombre menos. Fue 2 a 2 para, al menos, salvar la ropa.
Dos Colón en uno: de la nada misma a un empate que vale más de lo que suma
Quien sólo vio el primer tiempo, bien podría pensar que se terminó el veranito que trajo a Colón la llegada de Néstor Gorosito. Porque ese equipo que en 45 minutos hizo todo como para perder de local ante Central Córdoba de Santiago del Estero, se pareció más al de antes, al que empezó el torneo, que al que levantó rotundamente -primero en actuaciones y después en resultados- cuando “Pipo” llegó para hacerse cargo desde la quinta fecha.
Aquella mejoría táctica, física y mental que había evidenciado el equipo rojinegro para abandonar la última posición de la tabla y por lo menos subir algunos escalones para empezar a mirar con ojos no tan escépticos objetivos de cierta ambición, quedó en el olvido al menos por un tiempo. Porque esa etapa inicial en la tarde gris del lunes en el Brigadier López fue una continuidad de aquella imagen que desdibujada de partidos anteriores como las derrotas ante Defensa y Justicia e Instituto, o el insulso empate ante Barracas Central de la fecha pasada.
Menos mal que la cosa cambió con el lavado de cabeza que seguramente habrá realizado en el vestuario y Colón levantó en el segundo. Sirvió, al menos, para rescatar un empate que en lo numérico no suma demasiado pero sí para salvar la ropa y el ánimo de un equipo que no puede darse el lujo de caerse desde lo anímico.
¿Qué pasó en el terreno de juego? En un duelo entre dos de los equipos que menos tienen la pelota en el torneo, de acuerdo a las estadísticas que saca todas las semanas la Liga Profesional, el primero que intentó adueñarse del útil fue Central Córdoba. Que para colmo se puso en ventaja antes de los cinco aprovechando al máximo una distracción de Colón a la salida de un lateral y gracias a un preciso centro bajo de Farioli desde la banda derecha y conectado con llamativa soledad por parte de Besozzi en la puerta del área chica.
El gol tempranero cargó de responsabilidades a un Colón que lo peor que le puede pasar es tener la obligación de llevar el protagonismo del partido. Y entonces Central Córdoba hizo lo más lógico: cedió la pelota a la espera de que una desarticulación rival le permitiera quedar de cara a la ampliación del marcador.
Casi lo consigue a los 11, cuando Garcés se quiso jugar una patriada en ataque, pero los santiagueños recuperaron rápido y fallaron todos los relevos. Con todos los espacios del mundo, Gamba asistió Besozzi y el atacante la tiró afuera casi con el arquero vencido.
Pero darle la pelota a este Colón es casi lo mismo que tirarle un problema. Impreciso y a paso cansino, se le hizo muy difícil progresar en el terreno y ni hablar de hacerlo con cierto riesgo para el adversario. Apenas alguna corrida de Pierotti y una que otra proyección por la derecha de Meza, que para colmo tuvo la desgracia de perder la pelota con todo el equipo en salida en la jugada con la que Central Córdoba estiró diferencias.
Porque se jugaban 25 minutos cuando Colón, que no daba muestras de saber cómo hacer para empatar, regaló el segundo gol. Meza la perdió solo en el medio, Gamba aceleró la jugada con una buena habilitación a Maciel y el volante definió de manera ajustada para vulnerar la estirada de Chicco.
Pero no hay caso para Gorosito. Por más que busque variantes, hasta ahora “Pipo” no encuentra los intérpretes para manejar la mitad de la cancha y el equipo lo siente con un volumen de juego que se parece cada vez más al de antes de su llegada.
Sólo para maquillar una producción de aplazo como la que mostró en la primera parte, Colón apuró un poquito contagiado por el ímpetu de Pierotti pero tampoco tuvo premio. Primero el VAR le ahogó el grito de gol a “Wanchope” por un fuera de juego milimétrico que el asistente Walter Ferreyra señaló y en Ezeiza corroboraron; y luego una pierna salvadora se le anticipó al ex Boca que se relamía para sentenciar al arquero Ledesma tras una asistencia de Álvarez en una de las pocas oportunidades en las que pudo juntar tres o cuatro pases seguidos.
Algo quedó en claro de ese primer tiempo: que Colón ni por asomo podría volver de los vestuarios de la misma manera. Y así ocurrió, primero porque Gorosito movió el banco y después porque el equipo fue otro, desde lo actitudinal y lo futbolístico, sin perder ni siquiera un instante.
El DT mandó a la cancha a Nardelli por Acevedo y a Troncoso por Julián Chicco y Colón salió de arranque a llevárselo puesto al equipo de Madelón. Que no tuvo tiempo de acomodarse cuando el partido ya estaba empatado.
A los 4 minutos, Pierotti fue a presionar la salida rival y forzó el error, la pelota le quedó a “Wanchope”, que primero combinó con Troncoso y después definió con toda su jerarquía desde la medialuna para descontar. Y al ratito llegó un tiro libre a la olla que parecía tener controlado el arquero Ledesma, hasta que se la desvió Pereyra y terminó en el involuntario 2 a 2.
El Colón del segundo tiempo era una tromba y Central Córdoba parecía desorientado en el campo de juego. Pero le frenó el ímpetu una inocente expulsión de Moreyra, que quiso disputar una pelota en la mitad de la cancha pero llegó tarde y el árbitro Espinoza juzgó con severidad su falta (¿lo podrían haber llamado del VAR para que la revise?).
Con el partido empatado el juego se hizo más parecido al que se preveía: ni el apático Colón desbordado de la primera parte ni el furioso equipo que arrancó el segundo y logró la igualdad en una ráfaga.
Central Córdoba tuvo un poco más la pelota valiéndose del hombre más. Y en el último cuarto de hora llevó el juego a disputarse en territorio de Colón, que ya sin ese empuje inicial apostó a algún bochazo salvador para Ábila.
Después hubo tiempo para poco más. Apenas para alguna situación de riesgo que dejó al visitante al borde de la victoria, como la última en la que la pelota cruzó todo el arco a lo largo sin que nadie alcance a empujarla. Y también para lo que hoy más le interesa al mundo Colón: la vuelta de Facundo Farías a la cancha, que despertó una estruendosa ovación cuando ingresó a jugar los últimos minutos en lugar del cansado Pierotti y demostrar con dos o tres pinceladas que su calidad sigue intacta.