Colón procedió este jueves, a través de “medios no oficiales” según los mismos dirigentes se encargaron de definir, al pago de los 200 mil dólares que le adeudaba a Nacional de Paraguay por el préstamo de Carlos Arrúa, el volante que se recupera de un desgarro y que llegó al club en el mes de febrero.
En declaraciones que formuló el sábado en Avellaneda a El Litoral, el secretario general rojinegro, Gustavo Ingaramo, se encargó de aclarar que el motivo de la demora en el pago fue a raíz de que no se le otorgó el permiso que necesitan quienes importan del exterior, algo que han sufrido la mayoría de las instituciones y que Colón pudo eludir en el caso de Teuten y Neris por el hecho de que en ambos casos se trató de una compra y no de un préstamo.
Este atraso (con correspondientes reclamos de parte de Nacional) hizo que el club paraguayo reclamara en Fifa. El ente máximo del fútbol mundial procedió a inhibir a la institución, aunque Colón pudo contar con las cinco primeras incorporaciones por haberlas realizado antes de la fecha de la inhibición, que fue la del 17 de agosto.
El único jugador que quedó en situación de inhabilitado, fue Germán Conti, el último que llegó al club. Ahora, cuando Fifa levante la inhibición (se presume que esto será este mismo viernes), el defensor rojinegro quedará habilitado, como así también los que lleguen hasta el cierre del libro de pases (por ejemplo, el paraguayo Cardozo Lucena), que operará el jueves que viene.
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