En el primer tiempo tuvo oportunismo y cierto orden. Con poco, ganaba y al rival lo silbaban. Pero en el segundo tiempo se desmoronó y dejó que se lo lleven por delante. Perdió 2 a 1 y suma su tercera derrota consecutiva. En el final lo echaron a Wanchope Abila.
Delgado sufrió un golpe sobre el final, el cual fue revisado en el VAR por posible penal. Crédito: Ignacio Izaguirre
Las obligaciones eran mutuas. No había término medio para ninguno. Quizás el consuelo de seguir en carrera en la Copa Argentina le otorgaba un hándicap a Banfield por encima de Colón. Sólo una pequeña ventaja, a manera de aliciente. Bastaba sólo con mirar las tribunas, con populares bastante despobladas y sólo un marco aceptable en la platea que está enfrente de la oficial, la que antes era popular, para entender que el momento de Banfield no entusiasmaba a su gente. Así se les presentaba el partido a Banfield y a Colón, sin otro resultado útil que no sea la victoria. Para los dos.
¿Y qué pasó?, que a pesar de un comienzo algo vacilante en defensa, cuando Colón tuvo la primera posibilidad, no perdonó. Fue tremenda la corrida de Farías, que la empezó desde el propio terreno de Colón y la terminó en las inmediaciones del área, para colocar un remate esquinado que dejó sin chances a Cambeses. Esas mejores asociaciones que había tenido Banfield, sobre todo por el sector izquierdo de la defensa de Colón, no fueron tan efectivas como esa impetuosa acción de Farías.
El Pulga se paraba en una posición de lanzador, quedaba Wanchope bien arriba a la espera de una buena habilitación o un error del rival y tanto Bernardi por derecha como Farías por izquierda eran los que debían darle el equilibrio por los laterales al trabajo que hacían Perlaza y Julián Chicco en el sector de contención.
En el trato de la pelota, era más compacta la imagen de Banfield, tenía más volumen. Pero todo terminaba en centros o en remates desde lejos que se encontraron con una buena respuesta de Ignacio Chicco, que transmitió seguridad en el primer tiempo hasta que falló en un centro (uno de los tantos) que tiraron desde la derecha y no fue gol de casualidad. Colón no tenía la misma sintonía a la hora de darle circulación al juego. Era impreciso Barnardi, criterioso Perlaza pero sin profundidad y no podía aguantar Wanchope cuando le tiraban pelotazos. El resultado sólo se justificaba por aquella corrida de Farías. Y hasta pudo aumentarse cuando entre Wanchope y Julián Chicco se molestaron y no pudieron capitalizar el rebote que dio Cambeses luego de un cabezazo de Goltz. Terminó mejor Colón ese primer tiempo, aprovechando un clima espeso y negativo en el rival.
Chupete mandó a la cancha a Leonel Picco por Julián Chicco, que estaba amonestado. Y Banfield se encontró con un gol “sanador” en el mismo arranque del segundo tiempo, cuando recién se estaban acomodando los dos. La jugada se armó por el costado de Delgado, hubo indecisión defensiva y la capitalizó el lateral izquierdo de Banfield para empujarla casi delante de las narices del arquero rojinegro. La subida de Coronel y algunas desconcentraciones de Farías en el retroceso para taparlo, terminaban complicando a Delgado, como pasó en la jugada del gol. Sin dudas, los costados estuvieron desprotegidos, sobre todo el sector izquierdo.
Colón tuvo allí una chance inmediata de volver a ponerse en ventaja, cuando arrancó su jugador más peligroso (Farías), habilitó al Pulga y éste , por el costado izquierdo, levantó la cabeza y no dudó: le puso un pase a la cabeza de Wanchope, que le erró al arco.
Marini vio que se empezaba a perder el mediocampo y metió a Juan Pablo Alvarez por Perlaza, volcando a Bernardi más al medio. Los dos empezaron a mostrar limitaciones para darle fluidez al juego. Imprecisiones y equivocaciones que fueron desluciendo un partido que en ningún momento tuvo pasajes de brillantez.
Pero los problemas defensivos le dieron la chance a Banfield de dar vuelta el partido. Fue Cruz, quien unos minutos antes había desperdiciado una jugada increíble, quien aprovechó un rebote que dio Chicco luego de un cabezazo a espaldas de Delgado, para convertir el segundo a diez del final.
Colón ya se había caído en lo físico, no tenía chispa a la hora de atacar, perdía rápidamente la pelota y generaba muy poco. El poco orden defensivo del primer tiempo se había perdido y la impotencia se apoderó de un equipo que fue desluciendo paulatinamente su rendimiento.
Pierotti y Sandoval por Bernardi y Farías fue la última apuesta de Chupete. Terminó tirando centros y metiendo gente adentro del área. Fue la lógica reacción del equipo que intenta desesperadamente llegar al empate. No lo consiguió, acumuló la tercera derrota seguida con Marini y sigue sin brújula futbolística ni resultados. Y para colmo de males, Wanchope en el final se hizo expulsar por protestar. Cartón lleno.