Colón y esas victorias imposibles de olvidar en una cancha difícil
La última vez que le tocó jugar en el estadio de Vélez, Colón ganó con un gol de penal de Farías en una noche lluviosa. En realidad, seis veces ganó de visitante, pero la primera fue en cancha de San Lorenzo, antes del Mundial de 1978.
Farías, Beltrán, Formica y Aliendro festejan bajo la lluvia la conquista que le dio la victoria al Colón de Domínguez, la última vez que ambos clubes se enfrentaron en el Amalfitani. Crédito: Ignacio Izaguirre
Se viene la gran definición por el descenso que involucra a los equipos de Santa Fe. Colón irá a Liniers para jugar con Vélez. Es un escenario en el que costó mucho ganar el primer partido, al punto tal que, en carácter de visitante, Colón recién pudo vencer en 1978, cuando ya llevaba 12 años en la máxima categoría pero con un particular condimento: ese triunfo de Colón no fue en la cancha de Vélez, propiamente dicha, sino en la de San Lorenzo, ya que se jugó en abril de ese año y el estadio José Amalfitani estaba siendo reacondicionado para ser sede del Mundial que se disputó en Argentina, por lo cuál el club de Liniers debió jugar sus partidos como local en otros escenarios.
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Como visitante, Colón venció en seis ocasiones a Vélez y la última se produjo, justamente, la última vez que ambos equipos se enfrentaron en Liniers. Colón, que gozaba de las mieles del título de campeón que había obtenido en junio de ese mismo año, le ganó el 8 de agosto de 2021 a Vélez por 1 a 0 en una noche lluviosa y con un gol de penal convertido por Facundo Farías.
Esa noche, Colón, todavía dirigido naturalmente por Eduardo Domínguez, alistó a Burián; Mura, Garcés, Delgado y Piovi; Bernardi, Lértora, Aliendro y Alexis Castro; Cristian Ferreira y Facundo Farías. Luego entraron Formica, Beltrán, Pierotti y Bruno Bianchi. A Vélez lo dirigía Mauricio Pellegrino y el árbitro de ese partido fue Fernando Rapallini.
El nexo histórico se remonta a 1966, cuando el 13 de noviembre (hace unos días se cumplieron 57 años) se midieron por primera vez en el estadio de Vélez. Todavía vivía José Amalfitani, el hacedor del estadio y uno de los dirigentes más renombrados y distinguidos en el fútbol argentino, y Vélez ya estaba armando el equipo que dos años después le dio la primera estrella, en 1968. Colón tenía su primera experiencia en la máxima categoría y logró empatar 2 a 2 ese partido.
Colón formó ese día con Errea; Sanitá y Larpín; Giombi, Tardivo y Sebastián García; Balbuena, Orlando Medina, Cardoso, Subiat y Luis Medina. En Vélez, por su parte, jugaban el Pulga Ríos (había sido el 5 del ascenso de 1966 con Colón), atajaba el Gato Marín y también estaban nombres ilustres de la historia de velezana como Willington, Carone, el Turco Wehbe, Solórzano, Recúpero (que luego fue campeón con Chacarita), Gallo (el de la famosa mano contra River que Guillermo Nimo no vio) y Atela, entre otros.
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Volviendo a aquella primera victoria como visitante, en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, Colón era dirigido por entonces por el Vasco Urriolabeitia y ganó 2 a 0 aquél partido, con tantos convertidos por el inolvidable Ricardo Aniceto Roldán (el segundo de ellos, de penal). Colón formó ese día con Andrada; Araoz, Vergara, Zimmermann y Fernández; Villarruel, Roldán y Di Meola; Monzón (luego reemplazado por Mazo), Agüero y Dominé (luego sustituido por Aricó). En Vélez, dirigido por un muy jovencito Carlos Cavagnaro, jugaban el Pepe Castro y atajaba Falcioni (hoy DT de Banfield y ex entrenador sabalero), entre otros.
Puntualmente, la primera victoria el estadio José Amalfitani recién pudo lograrse en el 2003, pero no fue por la competencia local, sino por Copa Sudamericana. Colón ganó esa noche por 4 a 1, con dos goles del Bichi Fuertes, uno de Carignano y el restante de Jorge Martínez. Era el equipo del Patón Bauza contra el de Carlos Ischia y los sabaleros lograron dejar en el camino a Vélez, pero luego quedaron eliminados de aquella competición ante un Boca con muchos suplentes y dirigido por Carlos Bianchi. Colón, que jugó un gran partido esa noche, formó con Tombolini; Piccoli, Adrián González y el Pata Pereyra; Jorge Martínez, Moreno y Fabianesi, Capurro y Delgado; Giovanny Hernández; Fuertes y Migliónico. Después ingresaron Jair Benítez, Romagnoli y Carignano.
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No pasó mucho tiempo (apenas un año) para que Colón vuelva a ganar en un escenario que parecía imposible. Fue en el Apertura 2004, en un partidazo. A Colón lo dirigía el Coco Basile y el entrenador de Vélez era Alberto Fanesi. Colón ganó 3 a 2 ese día, con goles de Giovanny Hernández, Bedoya y el Pipa Estévez, mientras que Valdemarín y Cubero marcaron los del local. El Coco puso esa noche a Tombolini; Garcé, el Cata Díaz, Píccoli y Bedoya; Grisales, Romagnoli, Moreno y Fabianesi y Hernández; Estévez y Gandín.
Giovanny Hernández y el Pipa Estévez festejan en el partidazo que jugaron Vélez y Colón en el Amalfitani en 2004, con otra victoria sabalera de visitante. Crédito: Télam
Un partido muy especial fue el de 2008, cuando a Colón lo dirigía el Turco Mohamed, mientras que Hugo Tocalli (que venía de un exitosísimo paso por los juveniles de la selección nacional, primero como técnico alterno de Pekerman y luego como principal) era el DT de Vélez. Ese partido fue clave para la continuidad del Turco en Colón. El resultado final fue 3 a 0, con dos goles de los Ramírez (uno del Oveja y otro de Tito) y uno de Lucas Acosta, en una gran producción del equipo. La historia le guarda un lugar especial a ese partido, porque podría haber desembocado en la salida del Turco como entrenador, cuando meses antes había logrado mantener la categoría en aquél inolvidable partido ante Racing (el del "Pirulazo" de Germán Rivarola). Esa tarde, el Turco eligió este equipo: Pozo; Garcé, Goux y Candia; Alfredo Ramírez, Lucas Acosta, Falcón, Prediger y Oyola; Rubén Ramírez y el Bichi Fuertes.
Tito Ramírez festeja su gol en aquella notable victoria por 3 a 0 del Colón de Mohamed en Liniers, la tarde que la permanencia del Turco estaba en duda.
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La victoria que está faltando fue en 2012. Fue otro partidazo con un 4 a 2 del equipo de Sensini contra el de Ricardo Gareca y en el que Colón ganaba 3 a 0, Vélez se puso 3 a 2 y en el final llegó el cuarto que dio tranquilidad. Pozo; Caire, Raldes, Maximiliano Pellegrino y Urribarri; Bastía, Bernardello, Graciani y Mugni; Gigliotti y Achucarro fueron los once sabaleros. En Vélez atajaba Germán Montoya (que al año siguiente llegó a Colón) y también estaba Bíttolo, otro de los que vistió la camiseta rojinegra.
Colón irá a Liniers con el objetivo prioritario de mantener la categoría, algo que podría conseguir aún perdiendo. Pero su posición en la tabla de la zona A de la Copa de la Liga lo pone en una buena situación para clasificar a los play off y jugar por el título de campeón, algo que podrá hacer si es que, en primer término, mantiene la categoría. Una victoria le permitiría conseguir los dos objetivos de manera simultánea, pudiendo complicar la permanencia de Vélez en Primera. Sin dudas que el del próximo sábado, en Liniers, es uno de los partidos más atrayentes de esa infartante definición para saber quién acompañará a Arsenal en el maratónico y súper poblado torneo de ascenso del año que viene.
¿Le puede ganar Colón a Vélez?, ¡claro que puede! Eso sí, deberá aparecer en escena el Colón de los partidos de local y no el Colón de visitante. Este plantel -de una aceptable campaña en la Copa de la Liga aunque todavía mantenga en vilo su permanencia- ha levantado el muy bajo nivel que tenía el anterior, producto de serios errores en el armado y la elección de jugadores. Acá llegaron varios que aumentaron la jerarquía. Colón ganó bien el primer partido de visitante y luego perdió cinco partidos al hilo en esa condición, algunos de ellos de manera muy poco entendible. Tuvo en sus manos la posibilidad de ganarle a Barracas Central (1 a 0 cómodo en el primer tiempo y se lo dieron vuelta); lo mismo pasó en Córdoba con Instituto y en Parque Patricios con Huracán, mientras que frente a Banfield tenía en el bolsillo el empate (y hasta mereciendo algo más), pero en la jugada final del partido se lo terminaron ganando.
Esa doble cara es la que debe abandonar y parecerse mucho más al equipo que, en Santa Fe, tuvo sus mejores actuaciones y resultados, como el excelente primer tiempo que jugó ante Talleres y que le dio vida en esta aspiración principal de quedarse en Primera.
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