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La entidad del barrio Centenario deberá hacerse cargo de todos los gastos: delegación visitante y autoridades arbitrales.
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Parece que la novela tendrá varios capítulos. En una primera parte de la resolución de fondo, que se conocería el martes de la semana que viene, el Tribunal de Disciplina de la AFA dictaminó el jueves que “Colón-Vélez deberá continuarse en dos tiempos de 34 minutos, en la cancha del club santafesino, sin acceso del público y con todos los gastos pagos a cargo del local”. Tal como lo había anticipado El Litoral, hay urgencia en seguir el partido y sellar cualquiera de los tres resultados, para no afectar el desarrollo de la Superliga en virtud que Vélez no está salvado del descenso y Colón está en zona de copas. Extraoficialmente podría jugarse entre la última y la penúltima fecha del torneo.
Pero ayer se conoció un segundo episodio, que echa por tierra una de las resoluciones del primero: el resto del cotejo suspendido no se disputará en el estadio Brigadier López, no obstante, como el día y horario, tampoco se confirmó sobre el estadio que albergará los 68 minutos. También sin ser una información oficial, se dice que Rosario podría ser la sede del saldo del partido, ya sea en el Parque Independencia o en Arroyito.
Ahora bien, como si fuera un delivery, el fallo “viajó” desde la casa de calle Viamonte (vieja casa de la AFA) donde sigue estando el Tribunal de Penas con Fernando Mitjans a la cabeza, hasta las modernas oficinas de Puerto Madero donde funciona la Superliga. Lo que se aclara es que lo que hasta ahora se informó oficialmente “una parte del fallo” y que la semana que viene se conocerán los considerandos finales.
En Colón reina el optimismo que sólo se aplique una fuerte multa y se homologue la sanción del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe; es decir, clausurar la tribuna norte baja —donde se ubican “Los de Siempre”, que es la barra brava— para los dos partidos finales de la Superliga en el Cementerio de los Elefantes: primero Patronato; después, River Plate en la despedida del semestre.
De darse este escenario, aún sabiendo lo negativo que resulta no jugar en el Centenario, se evitarían los males mayores: la quita de puntos que pidió Vélez con la aplicación del artículo 80 (los dirigentes sabaleros están que vuelan con Sergio Rapisarda por pedir ganar el partido en los escritorios) y la chance de jugar Colón-Patronato y Colón-River con el Brigadier López vacío.
En cuanto a la multa, extraoficialmente trascendió que serían unas 150 entradas generales durante seis partidos. A esa multa, importante en el número, hay que agregarle el costo de los traslados, alojamiento y comidas de Vélez Sarsfield (ahora también se suma la delegación de Colón) como de los árbitros. Entre las dos cosas, multa y gastos de reprogramación, el monto es bastante alto y deberá salir de las arcas sabaleras.
Ahora, con esta parte del fallo del Tribunal de Penas de la AFA asegurado, es la Superliga quiene debe afinar el lápiz con las fechas, para reprogramar los dos tiempos de 34 minutos a puertas cerradas entre Colón y Vélez en otro estadio que no sea el Cementerio de los Elefantes.
“Hay que mirar bien las fechas para no perjudicar a nadie”, aconsejaron desde Puerto Madero. Para comenzar a mirar el almanque, no son buenos los indicios para la semana entrante, a saber:
Conclusión: si no se modifica algo en la agenda de Vélez (Ejemplo: pasar el partido con Temperley al lunes 23), es imposible que los 68 minutos se completen la semana entrante.
“No dan los tiempos para que Vélez juegue lunes con San Lorenzo, miércoles con Colón y sábado con Temperley”, afirman desde las oficinas de Puerto Madero.
La idea fue “sacar rápido la primera parte del fallo” para, supuestamente, poder “reprogramar rápido Colón-Vélez y no dejar nada pendiente para las fechas finales”. Está clara la idea teórica, pero no la aplicación práctica.
Entre la fecha 23 y la fecha 24, por lo visto del calendario de la Superliga, es imposible jugar los dos tiempos de 34 minutos cada uno a puertas cerradas.
La “calentura” con Rapisarda
Luego de estar en Santa Fe el sábado para Colón-Vélez y decirle en la cara a los dirigentes de Colón que “las barras son un mal general del fútbol argentino”, el presidente de Vélez —Sergio Rapisarda— cambió su discurso en Buenos Aires.
“Queremos que se interprete el Art. 80 que habla de quita de puntos. Siempre pensamos que si esta nueva AFA quiere hacer las cosas diferentes, el tribunal no puede dejar de lado algo así”, dijo en TyC Sports. Algo similar había deslizado Pablo Cavallero, ex arquero de Unión y hoy secretario técnico de Vélez.
Este cambio de opinión y esta idea de “sacar ventajas como sea para ganar los tres puntos en los escritorios” cayó muy mal en Vignatti, Darrás y compañía. Seguramente el día que se completen los dos tiempos de 34 minutos, Sergio Rapisarda tendrá que escuchar la bronca de los dirigentes de Colón. “Lo que hizo no se hace”, es la frase más escuchada en las paredes del sur.