Las siempre citadas "napas" en la cancha de Colón, el famoso Salado, la caída al viejo foso, el tema de la salinidad del agua, las semillas, el sistema de riego, el "pisado prohibido", el sembrado, la diferencia del césped con la grama y la palabrita de moda: "kikuyo". Todos de golpe y de oído se transforman en "especialistas en campos de juego". Mucho más si se trata de algo tan visible: Colón campeón vigente del fútbol argentino.
Si bien el propio presidente sabalero puso "manos a la obra" con este tema tan sensible, que es algo que cada 15 días observa por TV todo el país futbolero en la Argentina, no dejan de confluir determinados actores principales, por ejemplo el entrenador de turno. En ese amplio abanico, hay de todo. Está el que la quiere "regada e inundada"; el que quiere el pasto "alto", para que le saque piernas al rival; el que quiere el césped "corto", para que la bola corra más rápido. Y así, cada uno con su librito.
Tenés que leer¿Cuál es el plan de Vignatti para "recuperar" la cancha de Colón? Recuerdo claramente la primera temporada de Colón en Primera con Vignatti presidente, después del ascenso en 1995. "Cuánto más pozos tenga, mejor. Que pique para cualquier lado la pelota, nosotros vamos a la guerra en cada partido en casa. No tenemos jugadores ni márgen para jugar. Hay que sumar puntos como sea para no descender". Hoy, varios años después, nadie pide éso.
En el caso puntual del técnico campeón, Eduardo Domínguez, su respeto por el campo de juego principal es "total". Sólo lo piso antes de jugar allí, para hacer una sola práctica de fútbol. Eso sí, el pedido del "Barba" a los cancheros es muy claro: quiere el césped "bien cortito", al ras..."a cinco", como dicen los que entienden.
En los partidos que Colón jugó de local (Lanús y Godoy Cruz), ocurrió algo que era evitable: al cortarla tan al ras, "la máquina arrancó en algunos sectores todo el pasto de invierno". En consecuencia, a pesar que todavía no estamos en tiempos de transición, debajo del césped de invierno, aparece el de verano...¡sin ser verano!. En consecuencia, "ése color amarillo feo, despintado, es la semilla de verano que no está madura, que no está verde". El resultado es lógico: se ve mal en todos lados pero en esos sectores puntuales "se ve peor".
Es por ésto que la recuperación total de la alfombra del campeón llevará tiempo, porque no se puede adelantar el almanaque ni apurar una estación del año con las temperaturas. Si la idea del entrenador sigue siendo "césped cortito y al ras", para que la pelota viaje rápido (con Farías en lugar de "Pulga" se advierte un equipo distinto con la palanca de cambios) y Colón acelere, habrá que acostumbrarse a esos "manchones amarillentos". Por lo menos pensando en el próximo partido de local en el Cementerio de los Elefantes.