No caben dudas que fue un partido atractivo, vibrante y emocionante hasta el pitazo final del árbitro Jorge Broggi, quien reemplazó al designado primeramente, Fernando Rapallini, que por haber presentado síntomas de Covid-19, no pudo dirigir el encuentro, por lo que haciendo caso al reglamento, el mismo fue arbitrado por el mencionado Broggi, quien originalmente iba a cumplir la labor de cuarto árbitro.
Cerrando la jornada de domingo, por la décima fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, Colón y Godoy Cruz igualaron 2 a 2 en el Brigadier López, que lució un campo de juego muy mejorado con respecto a las últimas presentaciones del sabalero en el estadio de barrio Centenario.
Las acciones fueron emotivas porque ambos equipos jugaron pensando más en el arco rival que en el propio, algo muy fácil de analizar dado que tanto el conjunto rojinegro como el mendocino sufrieron varias veces en sus zonas defensivas, aunque si el jugador más destacado del cotejo fue el arquero visitante, el paraguayo Espínola, quiere decir que el que más situaciones de gol generó fue Colón, que indudablemente le faltó la suficiente contundencia como para quedarse con los tres puntos.
De todos modos, el empate no le cae mal al desarrollo del partido, porque Godoy Cruz (además de tener un par de chances claras más para marcar) no llegó a Santa Fe para ver "qué pasaba". El elenco del "Gallego" Méndez le jugó de igual a igual al puntero de la zona, como sabiendo que si regresaba a Mendoza con el triunfo, iba a estar muy cerca de clasificar a la segunda fase del campeonato.
Tenés que leerFarías la rompió toda y no para: ¡dos horas de gimnasio!Es actitud la mostró durante varios pasajes del partido, en los que fue dominador (los primeros 15 minutos del primer tiempo y la segunda mitad del complemento), sobre todo a partir de las variantes implementadas por Sebastián Méndez.
Como la entrada de Ojeda desde el arranque del segundo período, que anotó los dos goles del Tomba; y la del zurdo Burgoa, a los 20 minutos de la misma etapa. Ellos, más el aporte de Ramírez y las tapadas del guardavalla Espínola fueron lo más rescatable de la visita.
Por el lado de Colón, la figura excluyente fue Facundo Farías (8), a quien finalmente el árbitro le otorgó el primer gol (era del Pulga pero el último en empujar la pelota fue él). La imagen televisiva mostró claramente que antes de cruzar la última línea, al balón lo tocó Farías, pero el juvenil delantero se lo dio al tucumano (incluso se lo dijo al árbitro Broggi, quien le hizo caso y así lo anotó en su libreta, aunque luego se rectificó). Eso fue a los 15 minutos del primer tiempo, poniéndole fin al dominio visitante. La otra jugada determinante del partido también fue protagonizada por los mismos futbolistas. Fue a los 11 minutos de la segunda etapa, cuando el rechazo de la defensa rojinegra cayó en los pies de Rodríguez, quien de primera la alargó para Farías. El pibe de solo 18 años, después de "pelear" con dos defensores, ganó la posición y se fue solo hacia el arco que da al Fonavi. Cuando entraba al área mendocina, la pelota le quedó atrás y llegó un defensor de la visita, pero ya el Pulga llegaba por la izquierda; Farías lo vio y "asistió" al goleador, que otras vez de primera, envió el balón con un derechazo al arco que no estaba custodiado por ningún futbolista visitante.
De ahí el título de este análisis. Farías hizo el primero pero le dijo a Broggi que se lo anotara al Pulga; y el segundo fue del nacido en Simoca, pero la contra, en base a potencia y velocidad, fue de Farías, quien habilitó a Rodríguez para que la defina. Pero el pibe no fue la figura de Colón solamente por esas dos jugadas. El juvenil santafesino complicó a toda la defensa visitante con las cualidades mencionadas, agregando actitud y la viveza del "potrero".
Un escalón más abajo para el goleador sabalero, Luis Miguel Rodríguez (7), que si bien no jugó un gran partido, fu artífice principal de los dos tantos (el primero, como ya se dijo, fue de Farías, pero la pelota entraba igual tras su toque de zurda). El tucumano siempre "inventa" algo, como el toque de primera a Farías en el inicio del contraataque para el segundo tanto, marcado finalmente por él.
Casi en el mismo nivel del Pulga se puede mencionar a Rodrigo Aliendro (7), lo único que lo diferencia es que el tucumano fue gravitante por los dos goles. De todas maneras, Aliendro (sobre todo en el primer tiempo) demostró que está pasando por un gran momento, haciendo una muy buena labor en el desdoblamiento entre defensa y ataque; y si hubiera tenido un poco más de suerte o puntería, habría puesto el 2-0 para Colón apenas comenzado el complemento, pero Espínola sacó su remate con un instintivo manotazo.
Hasta ahí el "podio" colonista. Yendo ahora línea por línea, Leonardo Burián (5) no tuvo responsabilidad en ninguno de los dos goles de la visita; y en otras chances que tuvo Godoy Cruz, lo salvó el travesaño en el primer tiempo (fue mediante un corner que casi termina siendo gol olímpico); el rechazo de cabeza de Goltz sobre la línea de meta a los 20 minutos del segundo período; y el vertical izquierdo, lugar en el rebotó el balón impulsado por la cabeza de Ojeda (hubiese sido el tercero de su cosecha personal) a los 40 minutos.
De la última línea sabalera, el que menos se equivocó fue Paolo Goltz (6). Y es así porque no fue la noche más feliz para la defensa rojinegra. El experimentado zaguero se destacó por ser quien trató de ordenar a sus compañeros cuando el equipo se vio apremiado. Muchas veces debió cruzar a las espaldas de los dos zagueros laterales, Facundo Garcés (5) y Rafael Delgado (5), quienes en el segundo tiempo sufrieron con los ingresos de Ojeda y Burgoa, que sumados a la buena actuación del delantero Badaloni se las ingeniaron para complicar más de una vez a la última línea.
Pero el problema que se notó en la defensa se originó mayormente en el mediocampo. En las bandas, tanto Eric Meza (5) como Gonzalo Escobar (5) también se vieron superados, más que nada en el complemento, no tanto en el uno contra uno, sino que la movilidad y el aire fresco que el "Gallego" Méndez le dio al equipo "tombino" con sus variantes, hizo que a sus espaldas se muevan Ojeda, Burgoa y Ramírez, los jugadores que se destacaron en la ofensiva visitante.
Quien no la pasó bien tampoco fue Federico Lértora (5). El mediocampista se sintió en inferioridad numérica tratando de "ensuciar" la generación de juego visitante en el complemento. Quizás hubiera sido conveniente que Domínguez hiciera algún cambio para reforzar la zona central mucho antes de la entrada de Santiago Pierotti (4) por Christian Bernardi (4), que se produjo recién a los 29 minutos.
El juvenil oriundo de Pilar entró en el peor momento de Colón y no logró "meterse" en partido. El mediocampista cordobés tuvo algunas apariciones interesantes en la etapa inicial, pero en la segunda decayó notablemente. Tal vez la falta de fútbol ha hecho mella en su rendimiento, el que pedía antes de que el entrenador lo haya decidido.
Para rubricar lo dicho apenas comenzado el presente análisis, respecto a lo emotivo del encuentro hasta el pitazo final del novel árbitro, a los 39 minutos Eduardo Domínguez ordenó el ingreso de Tomás Sandoval por Garcés, armando línea de cuatro en el fondo (Meza, Garcés, Goltz y Delgado), cuatro en el medio (Pierotti, Aliendro, Lértora y Escobar), y Rodríguez-Farías arriba.
Y "Tomy" Sandoval, como casi siempre sucede, casi se convierte en héroe de la noche, ya que en la última jugada del partido, a los 51 minutos, conectó de cabeza un centro desde la derecha del ataque sabalero, y la pelota se fue rozando el caño derecho de Espínola, que en esta ni siquiera intentó desviarla.
Fue la única vez en 12 minutos que el hijo del "Loco" Sandoval tuco contacto con el balón y casi le da la victoria a Colón. Otro que entró fue Facundo Mura, lo hizo a los 46 minutos para suplantar a Escobar, que estaba agotado.