De "El Perro no se va" (Tigre) a "¿El Perro se vendrá?"... (Colón)
Sebastián Prediger tomó la decisión de volver a Colón: no le importan los silbidos aislados ni pelear el descenso. Tampoco le importa salir de la zona de confort: es ídolo con una dirigencia que le ofrece "contrato de por vida". Pidió salir, pero Tigre se aferra al contrato firmado.
Los colores, la "5", la gente. Sebastián "Perro" Prediger en el centro de otra novela más llamada "Colón 2023". El jugador puso e hizo todo para volver, pero Tigre no lo quiere dejar salir por nada del mundo. Crédito: Mauricio Garín.
"Sabía que iban a suceder estas cosas, uno entiende las consecuencias aún cuando lo que hagas lo hagas más con el corazón que con la razón. Son los riesgos de tomar una decisión importante". A la frase la dijo un Sebastián (Méndez) pero bien la podría haber firmado otro Sebastián (Prediger).
Esa frase del "Gallego", maldecido por una parte de la Santa Fe futbolera al irse a Vélez, bien puede definir lo que siente, mucho más que lo que piensa, el corazón de un tal Leonardo Sebastián Prediger a los 36 años, dos veces campeón con Tigre. Por estas horas, en los oídos del "5" suena la música más maravillosa para un jugador de fútbol: todo un estadio de pie, con las manos dolorosas de tanto aplaudir y las gargantas coloradas: "El Perro es de Tigre y de Tigre no se va". Además, una dirigencia que está dispuesta a darlo todo: "Queremos que se quede de por vida en Victoria, un contrato sin final. Que juegue hasta cuando quiere, que vaya a inferiores, manager, reserva de AFA, cuerpo técnico. Acá es ídolo por siempre".
A pesar de todo éso, que se llama Tigre con una amplia zona de confort deportiva y económica, el GPS del corazón del "Perro" ya cargó la última parada: Avenida Juan José Paso 3535, ciudad de Santa Fe. A esta altura, al "Perro" no le importa ningún desafío de la "razón": ni pelear el descenso ni esos minoritarios silbidos que lo resisten en el Cementerio de Elefantes; ni menos le importan esos muchos que piensan que a los 36 años se le pudo pasar el tiempo de gloria. Sus dos últimos juegos, acá en el Brigadier y allá contra Tigre, lo mostraron intacto.
No hace falta explicar su relación con Néstor Raúl Gorosito: más que de entrenador-jugador, es casi amigo de "Pipo". Hace un tiempo, el DT sabalero fue contundente: "Tengo un aprecio especial por Seba, porque nos hizo salir campeón en Tigre y porque es un pibe extraordinario. Pero es un tema que él tiene que solucionar con Tigre, él es un ídolo máximo del club. Después, obvio que me gustaría que venga a jugar a Colón".
Desde el punto de vista de la dirigencia sabalera, el propio presidente José Néstor Vignatti hace varios mercados que quiere "hacer justicia" con la vuelta de Sebastián Prediger. Es que cuando el máximo dirigente le pidió al "Perro", en los tiempos del Salvataje Deportivo, que resignara la enorme deuda generada en la Era Lerche, el "5" dejó una "millonada" de plata a favor de Colón. En otras palabras, José Vignatti lo adora.
En Tigre, si bien el entrenador se juega la ropa mucho más el presidente, Juan Manuel Sara fue mucho más flexible que Ezequiel Melaraña. El entrenador dijo: "Prediger es un ídolo del club, se tiene que ir como merece cuando se vaya: por la puerta grande. Me gustaría contar con él porque es un tipo representativo en todo sentido". Al mismo tiempo, el presidente de Tigre, Ezequiel Melaraña, aseguró: "La intención es que los jugadores que tengan contrato hasta diciembre, lo cumplan. En el caso específico de Sebastián (Prediger), quiero que cumpla su contrato que termina en diciembre".
A la decisión del corazón del "Perro", que palpita la vuelta al Mundo Colón, lo acompaña el contexto familiar de los Prediger: todos están listos para pegar la vuelta. Colón, a pesar de los 36 años, le pone por delante un contrato por un año y medio. O sea, el capítulo final con la sangre y luto. Está a casi nada de sus primeros 400 juegos profesionales, con tres etapas distintas en Colón.
Esa famosa frase de "el corazón tiene razones que la razón no entiende" aplica a la perfección para estas pocas horas de descanso del "Perro" Prediger en los campos de caza y los ríos de pesca en la provincia de Entre Ríos. Igual, no tiene nada que pensar. No se trata de pensar, se trata de sentir. Si fuera por pensar, lo más fácil y menos riesgoso sería quedarse en Tigre de por vida. Pero el corazón del "5" no activa el "tic-tac"...late en modo "Co-lón"..."Co-lón" a cada rato de este último tiempo.
No es pensar, es latir. Porque pensar sería "más dinero"; "no pelear descenso"; "no soportar silbidos". O sea, pensar sería Tigre; sentir, es Colón. ¿Qué falta para que el sueño se concrete?: que la dirigencia de Tigre lo entienda y lo libere. El presidente del club de Victoria, en exclusiva y consultado por El Litoral, afirmó de manera contundente que "Prediger no irá a Colón y se quedará en Tigre". Ahora, el corazón (Colón) patea penales contra la razón y los contratos (Tigre). En el medio, un ser humano que juega a la pelota por plata y firmó un contrato; pero que quiere escuchar su corazón que late en rojo y negro.
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