Luego del partido del último fin de semana, frente a Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza en Santa Fe, el propio presidente sabalero José Néstor Vignatti decidió "cortar por lo sano" con el polémico, deteriorado y preocupante estado del césped en la cancha de Colón. Convencido el pope máximo rojinegro que no sólo hay que preocuparse sino "ocuparse" (trabajar, investigar, invertir tiempo), tomó "la sartén por el mango", como decían las abuelas. Hay cosas, claramente, que no encajan con la comodidad del home office y Vignatti lo sabe.
Cansado de delegar, puso manos a la obra. Entre el mismo sábado y domingo abrió un abanico de consultas telefónicas, algunas de ellas al exterior, hasta que pudo reunir toda la información necesaria y tomó decisiones de fondo. Una de ellas, sumar gente de afuera; otra, desplazar los cancheros que estaban, rotarlos y trasladar para afectar al escenario principal del Cementerio de los Elefantes a quienes vienen trabajando en los campos de juego del predio deportivo de la Autopista.
Lo primero que entendió José Vignatti es que la hierba de la cancha está "muy mal y llevará un buen tiempo recuperarla". A partir de esa dura realidad, el presidente quiere que "la cancha pueda estar a la altura del campeón vigente del fútbol argentino". Después de varios pasos en falso, Colón armó lo que corresponde: un plan.
Tenés que leerLas elecciones en Colón tienen fecha confirmadaEl "refuerzo" de lujo, por llamarlo de alguna manera, es alguien que ya trabajó en ese piso hace varios años, cuando la misma lucía impecable y la elogiaba todo el fútbol argentino, post Copa América 2011 y con los inéditos silbidos a Messi en Santa Fe como escenografía. En esos tiempos, donde el responsable general era Gonzalo Insaurralde (hoy contratado en Paraguay por una de las mejores empresas de Sudamérica, a cargo de varias canchas: entre ellas, La Olla de Cerro Porteño), el césped de Colón "era una verdadera alfombra, un billar".
¿Quién es esa persona, en modo "salvador", que buscó el presidente José Néstor Vignatti?. Antes que nada, "es un apasionado de todo lo que hace, pero más que nada es fanático de Colón de toda la vida". Se llama Carlos Lazzaroni, alguien que es "microbiólogo", especialista en tratamiento de semillas, no solo de césped sino de varios rubros (por ejemplo, la siembra en campos).
Con su exitoso paso anterior, hace algunos años en el estadio del Barrio Centenario, el mencionado Lazzaroni tiene su propio librito y receta: el objetivo es recuperar la cancha "inoculando todo el campo de juego con bacterias". A los productos que se van a aplicar en los próximos meses al césped sabalero los produce el propio Lazzaroni.
"Hay sólo dos profesionales en la Argentina que hacen y se dedican a lo que se especializa Carlos; la otra es una mujer. Para que tengan una idea, sólo hay cuatro microbiólogos especializados en tratamientos de semillas en Sudamérica. El tema es que hay que hacerle caso en todo lo que indique, no apartarse en nada", confían desde el nuevo grupo de trabajo ante la consulta de El Litoral.
Vignatti ya sabe, de boca del mismo Lazzaroni, que "la cancha está mal y seguirá mal por un tiempo, pero va a mejorar, es un proceso que llevará meses". En principio, además de la intervención del microbiólogo con sus bacterias, Colón trasladó a los cancheros del Brigadier al predio y los encargados a un costado de la Autopista pasarán el campo de juego principal. O sea, cambiaron las figuritas para arrancar de cero e intentar llegar a ese nivel de excelencia que se pudo observar hace algunos años en Santa Fe.
Trabajo a largo plazo, productos distintos y mucha paciencia parece ser la receta, de la mano de Carlos Lazzaroni, para recuperar el teatro de los sueños en el sur de la ciudad de Garay. En cuanto al tiempo y el almanaque, quedan varios partidos para terminar este inolvidable 2021 en el Mundo Colón.
Sin embargo, el presidente no está apurado ni ansioso. Entiende todo. El mismo José Néstor Vignatti, aunque no lo diga públicamente, se propone una fecha mirando el horizonte: el primer partido de Colón como local, el año que viene, por la vieja y querida Copa Libertadores de América 2022.
Faltan varios meses, obvio, para llegar a esa línea de tiempo. Pero si algo quedó en claro con la Copa de la Liga, ésa que todos los sabaleros festejaron el 4 de junio en San Juan, es que si algo le sobra a José Vignatti en Colón es, justamente, paciencia cuando se le pone algo en la cabeza.