La receta de Delfino: las caras nuevas y algo de la "vieja guardia"
Los "nuevos" (Rossi y Garrido) aportaron lo suyo y anduvieron bien; levantó Prediger, Talpone fue el mejor y en defensa no hubo problemas. Así, Colón edificó una victoria clara en una noche tranquila.
Talpone anotó y pidió perdón a su ex equipo. Crédito: Mauricio Garín
Delfino encontró el revulsivo con dos caras nuevas y el mejoramiento de algunos de la "vieja guardia". Garrido y Rossi estuvieron en lo alto del podio junto con Talpone. Este último fue la figura del equipo, pero los dos "nuevitos" le dieron frescura, fútbol y goles. Rossi tuvo mucha movilidad, nunca se quedó quieto y esa dinámica complicó a la insegura defensa cordobesa. Garrido metió un "garrotazo" de tiro libre que contó con la complicidad del arquero rival. Pero hizo un partido interesante, también con movilidad y sin quedarse estático en la cancha.
Además de ellos, hubo un buen trabajo de la zaga central, Estudiantes nunca llegó con chances al arco de Visentini y también mejoró el nivel de Prediger, con todo lo que eso supone. No sólo por la posición central en la cancha, como elemento de recuperación de la pelota, sino a la hora de jugar al fútbol. Si Prediger anda bien, el equipo tiene muchas chances de jugar bien. Y en este caso, contribuyó para la mejoría.
El momento del gol de Rossi que abrió el marcador. Crédito: Mauricio Garín
Volvamos a Talpone. Es el "motorcito" del equipo. La confianza que tiene para luchar en el mediocampo, la extiende a la hora de romper líneas y llegar a las proximidades del área. Esto le permite estar cerca del gol. O directamente, como pasó en este partido, llegar al gol. Talpone recibió un mal rechazo y le pegó con sutileza, abriendo el pie y colocando la pelota junto al poste izquierdo, poniéndola de manera lejana a la posible reacción del arquero. Fue el gol -no festejado por su pasado en Estudiantes- que le aportó tranquilidad casi definitiva a Colón. Porque después, Garrido con su tiro libre se encargó de que casi todo el segundo tiempo estuviera de más.
Colón remontó la crisis futbolística con caras nuevas y con el aporte de algunos de la "vieja guardia". ¿Faltó algo más de Lago?, sí. Y estamos hablando del futbolista más destacado y desequilibrante de los mejores tiempos sabaleros, abonado a ser la figura del equipo. Pero en buena hora que hayan aparecido otros y que el equipo encuentre esa frescura que había perdido. Y obviamente, la victoria, tan urgente y necesaria en tiempos de vacas flacas y de esa "meseta" que ya se había convertido en "bajón".
La decisión de Delfino de poner a Garrido y a Rossi fue acertada. Decidió no tocar demasiado el esquema. Apostó al cambio de nombres para encontrar el revulsivo necesario. Un gol tempranero le dio confianza y seguridad, ahuyentando cualquier fantasma o factor de presión que pudiere complicar en el desarrollo del partido. Colón volvió a las fuentes, a aquellos partidos de la primera rueda en los que ganaba con claridad, a veces goleando y apenas necesitando de un rato de buen fútbol para despachar rivales.
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