(Enviado Especial a Belo Horizonte)
El “madrugón” habitual de Vignatti, la visita estelar del Chino Maidana que vaticinó un 5 a 0 a favor de Colón y jugadores que recibieron el afecto no invasivo de la gente, como para dimensionar en serio la importancia de lo que se estaban jugando.
(Enviado Especial a Belo Horizonte)
“Cuando se quiere, se puede”, dice el dicho. Muchas veces hemos visto a planteles –sobre todo los de la selección- apáticos, alejados de la gente, con hoteles que prácticamente se cerraban como si fuesen cárceles para evitar el roce de los jugadores con los hinchas. Pero Colón hizo exactamente todo lo contrario. El Ouro Minas, hotel cinco estrellas con detalles de glamour y vanguardia, se abría para que cualquiera acceda al lobby. Y los jugadores, el cuerpo técnico y ni hablar los dirigentes, no eludían el roce con quién quería sacarse una foto, firmar un autógrafo o simplemente saludar. El más reclamado era el Pulga Rodríguez, alguien que se ganó con la rapidez de un Fórmula Uno, un lugar dentro del corazón y el afecto de la gente. También Wilson Morelo y Leo Burián, este último atento incluso a hacer declaraciones en cada momento que resolvió caminar por el amplio lobby, simplemente para despejarse un poco y no permanecer tanto tiempo en las habitaciones.
El Litoral conversó con Eduardo Vega, el médico del plantel y ex presidente del club. Lalo, al igual que Vignatti, reconoció que este partido “es el más importante de la historia de Colón” y señaló, respecto de la lesión de Celis, que “tendremos que ver con el club dueño de su pase cuáles son los pasos a seguir. En diez días, aproximadamente, se deberá intervenir quirúrgicamente”. Es, quizás, el “agujero negro” que generó preocupación y dolor en sus compañeros y también en el cuerpo técnico. Si Celis hubiese estado bien, era muy probable que integre la lista de viajeros a Belo Horizonte.
A las 7 y cuarto de la mañana del día del partido, José Néstor Vignatti ya estaba sentado en el lobby del hotel, acompañado por parte de su familia. Conversó con el enviado de El Litoral a esa hora, inclusive después de haber desayunado (en los hoteles brasileños, el desayuno se sirve a partir de las 6 de la mañana y ya a esa hora es de día) y dijo que “dormí tranquilo, me levanto temprano como todos los días de mi vida, pero descansé bien y tengo la expectativa de cualquier hincha por este partido”. También se refirió al fuerte ingreso económico que ha significado esta campaña en la Sudamericana y dijo que “es un muy buen negocio la Sudamericana, deja mucho dinero pero también hay que tener en cuenta que hay muchos gastos, no todo es ganancia”. También se refirió a uno de los proyectos de infraestructura encarados en esta gestión: la construcción de la nueva sede. “No es que esté frenado o demorado, lo que pasa es que vamos a hacerlo de otra manera. Será en el mismo lugar, o sea en el sitio actual, pero vamos a adaptarnos a las nuevas tecnologías y eso fue lo que ha demorado la ejecución del proyecto”. Vignatti, además, ofreció el estadio Brigadier López para que se dispute allí la final de la Copa Sudamericana del año que viene. “¿Si tengo alguna cábala en especial?, no, ninguna”, dijo el presidente, antes de salir a recorrer algo de la ciudad.
La imagen de hombre duro que muchas veces transmite Vignatti, se vio desestabilizada el martes cuando los jugadores fueron despedidos por la gente, tanto en el predio como en el Aeropuerto de Sauce Viejo. “La verdad que me emocioné mucho cuando ví tanta gente y tanta demostración de entusiasmo y algarabía por parte de todos. A veces, el dirigente trata de apartarse de estas cosas, de dejar que lo disfruten los jugadores y la gente misma, pero te confieso que fue tan emotivo que me llegó muy profundamente”, señaló el presidente sabalero.
Mucha gente conocida se acercó al hotel de Colón para saludar a los dirigentes y para compartir este momento que todos tildaron de histórico e incomparable. Es el caso, entre muchos otros, de Daniel Arditti (uno de los propietarios de CAM y acompañado por Aby, su hijo) y también Mario Bianco, que sigue a Colón a la distancia. “Nací en Santa Fe, a los 20 años me fui a Europa, viví 25 años allí y retorné al país para llevar adelante un emprendimiento empresarial y ahora estoy radicado en Buenos Aires. Sigo siendo tan fanático o más que cuando me fui”, comentó. Y en el caso de Arditti, “abonado” a mundiales y Copa América siguiendo a la selección argentina, la respuesta fue contundente: “Esto no tiene nada que ver, esto es mucho más. ¿Sabés por qué?, porque uno siempre espera que la selección te dé algo, pero en el caso de Colón, esto que nos está dando nos supera a todos”.
Alrededor de las 14 se había anunciado un banderazo pero más allá de que hubo una interesante presencia de simpatizantes que se hicieron sentir en la puerta del hotel, se prolongó la espera hasta un ratito después. Allí, los mismos jugadores se acercaron y saludaron a la gente que fue a hacerles el “aguante”. La noche previa fue totalmente normal y tranquila. Como se sabe, en partidos internacionales suele ocurrir, acá en Brasil, que se tiren bombas de estruendo en las inmediaciones del hotel donde se alojan los visitantes, para molestarlos e impedirles el normal descanso. “Tuve una reunión en la mañana del miércoles, tratamos ese tema y hubo una patrulla de la policía local que se encargó de disipar cualquier foco de conflicto”, le comentó Carlos Frioni, el encargado de seguridad del plantel, a El Litoral.
Uno de los grandes atractivos en la previa, fue la visita del Chino Maidana. En realidad, el Chino se alojó en el hotel y compartió varios momentos con el plantel, casi como uno más. Fue invitado a una de las comidas que se realizaron en uno de los salones del hotel y hasta una visita al shopping Minas Casa, ubicado enfrente del hotel, cruzando una concurrida autopista. “Estoy esperando que alguna señal televisiva importante se interese para seguir mi carrera como promotor. Respecto de la chance de volver a pelear, fue sólo un intento. La verdad que ya no tengo más ganas”, dijo el Chino, quien la noche previa al partido, en el lobby del hotel, comentó que “esto me hace acordar a la noche previa de mis peleas, es exactamente igual”. Además de sacarse fotos con todos, incluidos los jugadores, el Chino se aventuró a un pronóstico ante la pregunta de El Litoral: “¡Ganamos 5 a 0!”, dijo el ex campeón del mundo.
Cayó muy bien que se haya modificado la fecha original del partido de cuartos de final de Copa Argentina, ante Estudiantes de Buenos Aires. Es que estaba previsto para el 9 de octubre, tres días después del clásico, pero se pasó para el 16 y esto permitirá que haya un poco más de descanso. La seguidilla de 6 partidos en 20 días que tuvo que afrontar Colón, se termina el lunes con el cotejo ante Argentinos Juniors. Allí habrá seis días de descanso y trabajo para afrontar el clásico en la avenida López y Planes.
“No todo el año es carnaval”, dijo Leonardo Burián, un verdadero experto en atajar penales y decisivo en varias series que tuvo que afrontar Colón desde su llegada al club, cuando se lo consultó por esta posibilidad. “Acá hay jugadores que tienen 15 años de carrera y no ganaron un solo título, así que estamos muy expectantes y ansiosos”, dijo el arquero sabalero.