El Cabezón dijo que "a los clásicos siempre preferí jugarlos antes que dirigirlos", habló de las presiones naturales del partido y que "el jugador criado y formado en el club lo siente mucho más que el foráneo".
Carlos Trullet, un nombre muy identificado con Unión a pesar de que su llegada al fútbol santafesino se dio vistiendo durante varios años -y con muy buen suceso- la camiseta del tradicional rival. Crédito: Luis Cetraro.
Jugó los clásicos y también le tocó dirigir. Llegó a Santa Fe para ponerse la rojinegra de Colón, pero luego se identificó con Unión a partir de haber formado parte de aquél inolvidable equipo del 75. En Unión hizo de todo y siempre apareció en los momentos complicados de la institución, como cuando recibió el equipo en el 95, casi sin jugadores, y llevó a la institución a jugar en Primera con un plantel con muchos chicos del club. Fue entrenador en tres oportunidades, al margen de haber sido el ayudante de campo del Flaco Zuccarelli en el 89. Carlos Trullet habla del clásico en La Primera de Sol Play, de sus experiencias y de lo que él siente en las postrimerías de un partido de esta naturaleza.
-¿Qué sensación te despierta este partido?
-No descubro nada si digo que es uno de los dos o tres clásicos pasionales que tiene el país, junto con el de Rosario. Incluso por encima de otros que pueden ser más grande por la magnitud de las hinchadas. Lo jugás quince días y quince días después. Estamos en presencia de un partido con un montón de atributos que otros no tienen. Además, yo nunca ví tanto dramatismo porque hay diez equipos en tres puntos. Es pasional y dramático este clásico.
-¿Influye, por ejemplo, el árbitro que se designe para un partido de esta naturaleza?
-Respecto del arbitraje, siempre lo que recomendé fue no pensar en el árbitro y pensar en el juego. Y también aconsejé llamarlo por el nombre, para entrar en un clima más distendido y hasta familiar, si el término cabe. No quiero perder el tiempo ni las energías en eso, prefiero siempre enfocarme en las otras cosas.
-Colón arrancó su partido con Argentinos Juniors en descenso pero sabiendo que si ganaba escalaba a las primeras posiciones de la tabla de su zona. ¿De qué se le habla al jugador, cuál de las tablas se mira?
-Las dos cosas están concatenadas. Colón está en una situación preocupante, peleando la última posición de la tabla acumulada, pero por el otro lado está bien en la otra tabla. Es muy difícil separar las cosas. La realidad es que no se puede disfrutar sus primeros puestos en la zona porque está en una situación adversa en la otra. Y lo de Unión viene complicado también, pero creo que el otro día dejó muchos interrogantes, incluso con las declaraciones del Kily que se vio sorprendido por la respuesta del equipo. No sé si hubo exceso de confianza, exceso de entrenamiento en la semana que llevó al equipo a no tener una respuesta física y de entrega adecuada, pero la realidad es que hubo una mala actuación que debe haber dejado muy preocupado al técnico.
-Jugaste clásicos y dirigiste. ¿Qué preferís?, ¿estar adentro de la cancha o verlo desde afuera?
-Yo prefiero jugarlo antes que dirigirlo... Pero en mi caso, sufrí siempre los clásicos. No sé si por un exceso de profesionalismo o responsabilidad, pero yo no lo disfruté al fútbol, siempre lo sufrí. Y miren que viví adentro de una cancha desde toda mi vida y soy sinónimo de fútbol. Por ahí lo disfrutás la noche que ganás un partido, con tu familia o tus amigos.
-Es algo les pasa a todos, no es un partido más...
-Yo creo que ustedes también lo viven quince días antes… A mi me producía un gran desgaste, porque la presión por ganar o salir de una posición incómoda la vivís con el vecino, con el hincha, en el día a día, y eso te lleva a tener una vida distinta. Hay gente a la que se le va la vida en el fútbol, por eso siempre se dice que podés cambiar de cualquier cosa menos del color de camiseta.
-¿Lo hubieses reservado a Calderón por tener cuatro amarillas?
-Yo también hice lo que hizo el Kily… Es tan importante el clásico que muchas veces se cometen esos errores. Yo creo que cada partido debe ser la prioridad y no enfocarse en uno solo. Pero seguramente lo que hizo el Kily también lo hice yo, por lo tanto hay que estar en el lugar del entrenador en el momento de tomar la decisión.
-Unión tiene un plantel con muchos chicos surgidos de las inferiores y Colón tiene a mucha gente que viene de afuera. Unión es un plantel muy joven y Colón tiene más experiencia. ¿Cómo pesan estos factores a la hora de un partido de esta envergadura?
-El que viene de afuera está alejado del clima que te produce el vecino, el hincha, el conocido. Y el que nace en el club es conocido por todo el mundo. Se necesita para ellos, para los pibes surgidos del club, un apoyo del técnico y la gente experimentada. El jugador joven que viene de inferiores tiene un mayor peso en lo anímico. El foráneo, me parece, está más alejado de todas esas presiones.
-Te invitaron a ver un par de partidos de Unión y te dieron unos obsequios. ¿Te sentís reconocido por el club?
-Unión me tiene acostumbrado a este tipo de caricias y afecto, incluso me han invitado a participar del congreso que se hace el jueves de la semana que viene, al que viene Griffa, que obviamente estaré. En ese aspecto, me siento muy reconocido por el club y me ponen muy bien estas cosas, me llenan de orgullo.
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