Enrique Cruz (h)
El partido se jugará a las 22.10 en el José María Minella de Mar del Plata en el marco de los tradicionales encuentros que se programan en esta bellísima ciudad. Será una de las últimas actividades del plantel, que mañana jueves regresa a Santa Fe para preparar la vuelta a la actividad oficial.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)
No es un día más en Unión. No tiene los condimentos de un partido por los puntos, no define nada, no hay un logro deportivo de por medio. A veces, el resultado de 90 minutos pasa a un segundo plano. Y este es el caso. Porque podrá pasar cualquier cosa esta noche en el Minella marplatense. Unión podrá ganarle, empatar o perder con Boca. Lo que no le puede pasar por alto a nadie, es que llegó a un lugar muchas veces ambicionado por los clubes chicos o del interior: ser tenido en cuenta por las empresas que desde la lejana década del 60, primero en el estadio General San Martín y ahora en el mundialista, seducen a los muchos cientos de miles de veraneantes (a veces fueron millones) que llegan a Mar del Plata, organizando esos torneos que todos quisieron siempre jugar, empezando por los grandes. Y que alguna vez hasta tuvo el honor de tener a la selección argentina (con el Flaco Menotti de DT) entre sus participantes.
Unión fue elegido para estar acá, en plena temporada de verano y, además, con el aliciente de jugar ante Boca, con el debut de Alfaro como entrenador y después de la gran frustración de aquella final perdida ante River en España por la Libertadores. Los ojos del país se posarán en esta vuelta y en este partido.
¿Qué significa para Unión?, desde lo histórico, desde lo folclórico del fútbol, desde esa ambición sostenida por años y que parecía inalcanzable, mucho. Desde lo deportivo, una verdadera prueba a una semana de la vuelta a la actividad. Esto último es lo que hacía dudar a Madelón, respecto de qué equipo va a poner. En realidad, Unión, ni ninguno de los equipos a excepción de los grandes, tiene demasiado material como para “inventar” ante un rival de jerarquía y potencial como Boca, otra cosa que no fuera jugar con lo mejor.
¿Qué quiere decir esto?, jugar con lo mejor que esté a disposición, resguardando a aquéllos jugadores que arrastran lesiones o molestias. Por ejemplo, Jonathan Bottinelli está descartado y se lo va a “trabajar” para que juegue contra River. Habrá que ver qué decisión se toma respecto de Zurbriggen e incluso de Brian Álvarez, que terminó algo dolorido el amistoso del sábado ante Aldosivi. Pero en función de ese equipo que Madelón alistó en la ventosa mañana del sábado en el Puerto, habría dos modificaciones. Pero el DT no las adelantó. Al menos hasta el momento de escribir estas líneas.
Alfaro y Madelón han sido cultores del 4-4-2. ¿Lo mantendrá Alfaro en Boca?, quizás no. Hay una variante que puede seducir al rafaelino: el 4-2-3-1. De lo que hay que estar seguro, es que difícilmente Boca juegue igual que como jugaba con el mellizo. Alguna variante habrá, sobre todo en la búsqueda de ese tan mentado equilibrio que técnicos como Alfaro profesan. Un solo “5” parece algo imposible en el manual de Alfaro. Por eso, tácticamente no hay grandes diferencias entre las ideas originales de ambos técnicos. Claro que, para Alfaro, las obligaciones son superiores y, como se dice habitualmente, Boca es “Deportivo Ganar Siempre”. Por eso, el resultado final tendrá menos consecuencias, en caso de ser negativo, para Unión que para Boca.
Madelón deshoja la margarita arriba. Por ahora, Fragapane-Troyanski es la dupla usada, pero no será la definitiva. En la cabeza del técnico pasa la idea de Cuadra-Troyanski o Cuadra-Mazzola (todavía lejos desde lo físico). No se lo menciona, por el momento, a Andrada como una alternativa, pero de hecho que lo es. Los rendimientos no avalan al ex River. Hizo poco y nada. Buena técnica, pero sin profundidad. Le falta esa pimienta tan necesaria en un delantero, mucho más si es de área. Madelón le pidió a Troyanski que juegue de “9”. Eso le elevará la exigencia. Si es titular, deberá ocupar el rol de un Soldano de pólvora mojada en el segundo semestre del 2018. Si no, la obligación será para Mazzola. O para otro delantero que el técnico sigue buscando (algunos creen que Madelón seguirá insistiendo por algo que es imposible: Walter Bou; en tanto surge tibiamente, por ahora, el nombre de Claudio Spinelli).
Ante Aldosivi, apostó a una formación con mucha “lectura de titular”, pero sin Bottinelli por el motivo ya apuntado. Corvalán ocupó el puesto de segundo marcador central, Brian Alvarez jugó de volante por izquierda y Fragapane arriba. Sólo esas modificaciones de aquella formación estable que Madelón utilizó en los mejores pasajes de esta Superliga, cuando el equipo estuvo a 90 minutos de llegar a la punta del torneo (recordar el cuadro de situación cuando se recibió a Godoy Cruz en el hasta ese momento inexpugnable 15 de Abril).
Desde ahí arrancó la debacle y la sucesión de malos resultados hasta que el año se terminó. Hoy, con la mente fresca y renovada, el espíritu parece haber cambiado. Buena prueba, la de esta noche, para saber si es cierto.
Toda la “carne al asador”
Gustavo Alfaro no quiere llevarse ninguna sorpresa y apuesta al equipo que, en el arranque de su trabajo, tiene en mente para que sea el titular. Inclusive, ya apostando al paraguayo Junior Alonso, una de las incorporaciones para este 2019.
La idea es plantar un 4-2-3-1. Tiene definido que Andrada será el arquero titular y confía en Buffarini para que juegue de lateral por izquierda, con Más por el otro costado y la dupla Izquierdoz-Alonso de arranque.
En el medio, si bien se mantiene la duda en los dos “5” (Pérez, Barrios, Nández son las tres opciones), es casi un hecho que se inclinará por los “internacionales”, por lo tanto Barrios-Nández serían los elegidos. Y luego, Pavón por derecha, Tévez detrás de Benedetto y Villa por izquierda completarían los 11 titulares de “Lechuga”, que viaja en el día, llega a la Feliz, juega el partido y se vuelve a la concentración, pese a que el domingo volverá a disputar un amistoso aquí, esta vez ante Aldosivi, que espera la definición de la contratación de Alan Ruiz, el ex Colón.