Decíamos en El Litoral, hace una semana, que en Córdoba “se queman con leche, ven una vaca y lloran”. El dicho viene “al pelo” para definir esta nueva situación que se presentó entre Talleres y Franco Troyansky, quien jugará hasta junio del año que viene en el Atlas de México, el club que dirige Diego Cocca y cuenta con un ex Colón de ayudante de campo: Marcelo Goux.
A principios de año, antes de firmar con San Lorenzo, Troyansky se iba a Talleres pero al final apareció San Lorenzo y el jugador decidió ir a la entidad de Boedo. Ahora, rescindido por anticipado su contrato con San Lorenzo (que vencía en diciembre de 2021), otra vez apareció Talleres y había acuerdo por la cesión a préstamo por un año y medio (200.000 dólares) y una opción de 1.8 por el 60 por ciento de su pase definitivo.
Pero “el diablo metió la cola” otra vez, apareció el Atlas de México y el propio jugador y su representante decidieron aceptar la oferta. A todo esto, a Unión no le quedó otra que aceptar (la opinión del jugador es clave), pero se vio favorecido: el préstamo es por un año (con Talleres era un año y medio), la cifra que pagará es superior a la que abonaba Talleres y se firmarán dos opciones de compra, una en cada mercado (diciembre de 2021 y junio de 2022, fecha de expiración del contrato).
Troyansky no atravesaba por su mejor momento en Unión cuando fue cedido a San Lorenzo y tampoco le fue bien en Boedo, donde marcó 2 goles en 15 partidos. Con 24 años cumplidos en marzo pasado, no es la primera vez que se fijan en él desde el fútbol mexicano. Ya una vez Unión desechó un ofrecimiento del Puebla y también hubo otro del fútbol español que la entidad rojiblanca no aceptó.
¿Cómo quedará la relación entre Unión y Talleres?, por ese motivo, en Unión se encargan de aclarar no sólo que al club entrará más dinero, sino que la decisión pasó por el representante y el jugador. Y la opinión del jugador cuenta. Y mucho.