Kily González: "Tengo muchas ganas de renovar en Unión"
“Con el presidente discuto mucho… Discuto mucho y mal… Y me enojo”, dijo el entrenador rojiblanco. “Yo quiero crecer como técnico y quiero hacer crecer a Unión”, señaló. También habló de los pibes, de no repetir el último mercado de pases y de por qué su equipo es irregular.
El "Kily" González habló de su deseo de renovar en Unión. Crédito: Luis Cetraro
Afuera, la gente lo esperaba pacientemente como en todos los partidos. Cristian González se ganó el cariño del hincha y ha tenido actitudes valiosas. Como cualquier entrenador joven, fue madurando con el paso de los partidos y también cuando logró superar desafíos. El del partido con Tigre del año pasado fue el más importante de todos y marcó claramente un “click” en todos. Ya quedó atrás sus enojos reiterados en el kilométrico mercado de pases que tuvo a Unión inhibido en casi todo su trayecto por la no llegada de refuerzos. Apuntó algunos que no podían venir y le ofrecieron otros que no quiso. Unión no incorporó a nadie y todavía le queda la espina al técnico, pero la campaña es muy buena y el objetivo de entrar en una copa internacional está a la vuelta de la esquina. Y así lo sienten todos en Unión.
-Kily, se hizo duro el partido, sobre todo hasta la expulsión…
-Fue un partido muy duro, muy trabajado, muy trabado, con mucho calor pero eso era para los dos. Nosotros sabíamos que el partido iba a ser así, no imaginábamos otra cosa. Intentamos corregir dentro de la cancha en el primer tiempo y mucho más en el entretiempo. Les dije a los muchachos que este iba a ser un partido para sufrir. Y había que sacar a flote el amor propio.
-¿En qué notaste ese amor propio?
-En que vi que los chicos, desde el agotamiento que tenían, sacaron esa cuota de entrega extra que se notó mucho. Ganamos los duelos personales, las pelotas divididas, estuvimos cortos… Todo eso lo hicimos bien y era necesario.
-Dentro de la paridad total que hubo hasta los 11 del segundo tiempo, vino bien la expulsión de Ferrari. Ahí cambió el panorama, ¿no?
-La expulsión nos dio la posibilidad de sumar gente en ataque cambiando el esquema. Interpretamos mejor la tenencia, no ser contínuamente directos porque eso no nos iba a servir. Había que hacer la pausa, manejar la pelota de un lado para el otro. Y lo hicimos bien en el segundo tiempo.
-A los 4 o 5 minutos de empezado el partido se te lesiona Orsini. El reemplazo natural era Morales y si querían otro delantero neto, estaba Gamba. Y te inclinaste por el que parecía que estaba tercera en esa mini lista, como Domina. ¿Por qué?
-Cotidianamente, hablo con los jugadores y los veo. El fútbol argentino apresura procesos y tengo un plantel con muchos juveniles. Fijate lo que pasó con Verde en su momento. Lo puse, hizo un gol y bajó. Con Domina pasó lo mismo. Y esto va a ser una constante constante. El pibe Domina debutó, jugó, hizo un gol y le vino todo encima: el colegio, la familia... Tenemos que hacerles entender que el vestuario de Primera es un privilegio. Pertenecer a un vestuario de Primera es un privilegio... Y respecto del cambio, yo ví que ellos perseguían mucho. Y entendí que Jerónimo podía gestar y picar para encontrar espacios, porque Rocky tenía que fijar a los centrales y Jero iba a generar esos espacios que estábamos necesitando.
-Al margen de jugar con uno más en el segundo tiempo, ¿por qué mejoraron todos?
-Porque en el segundo tiempo y luego de la expulsión nos animamos a jugar uno contra uno y a ganar duelos personales. Otra cosa que hicimos bien fue mover mucho la pelota, porque eso nos aseguraba tenencia. Para mí, fue bueno el segundo tiempo. No fue extraordinario pero fue bueno.
-Estuvieron bien los pibes que se juntaron por izquierda. Domina se tiró por ahí, subió mucho Mateo Del Blanco y cuando lo pusiste a Verde, también se volcó por ese costado…
-¡Y yo me volví loco!… Y más cuando empezaron a tocar, a tenerla y a quitarle posibilidades a ellos. El fútbol es manejo de tiempos. Y lo hicimos bien. Entendimos que había que tener la pelota, tocar y moverse.
-Siempre hablás de la posibilidad de quedarte, pero se me ocurre que en esta ocasión fuiste más contundente. Aunque siempre advertís que esto será factible si ves una buena respuesta del presidente…
-El lo sabe… Lo sabe muy bien y por eso lo digo acá, porque antes se lo digo a él... Discuto mucho con Luis… Discuto mucho y mal…. Me enojo… Y él sabe que yo me enojo.
-Sabe que cuando me enojo, ¡me enojo!… Está el flaco, Tomás, para calmar las aguas cuando el tema se pone bravo (risas)... Nunca voy a poner una excusa de mis jugadores, porque para mí son los mejores. Y de verdad que lo digo y lo pienso... ¡Pero nosotros no podemos repetir el mercado anterior! No podemos estar todo el mercado inhibidos. Y tenemos que pensar en la gente que viene a la cancha, que se ilusiona y nos exige. No hay que matar la ilusión de la gente, porque la ilusión del hincha es la misma que la de mis jugadores y también es la mía… Todos estamos ilusionados. Después, como siempre digo, esto es fútbol.
-¿Ves un plantel corto en calidad o ves un plantel sin experiencia suficiente?
-Los chicos son chicos, tienen que aprender. Cuando hay gente grande, que la tengo en el plantel y sabe bajar el mensaje de ser humildes, de bajar a tierra y de no relajarse, todo se hace más fácil. Los muchachos de experiencia me ayudan y son muy valiosos. Pero tenemos que traer gente de calidad, de experiencia que potencie a los juveniles... Defendimos la categoría con siete u ocho pibes del club. ¡A mí me encanta poner a los pibes del club!. Terminamos jugando con Atlético Tucumán con varios pibes… ¡Fijate el caso de Rafa Profini, que lo reemplazó a Corvalán! Pero los chicos van mutando, yo voy viendo ese proceso.
-Pero da la impresión de que en tu cabeza tenés el deseo…
-¡Tengo muchas ganas de renovar…! No quiero presionar al presidente ni tampoco es un capricho el de decir lo que digo para quedar bien con la gente. De ninguna manera. Es lo que siento. No es un gasto, es una inversión traer jugadores de calidad. Porque es todo una cadena. Ponemos los pibes, los sostenemos, los potenciamos con el aporte de los jugadores de experiencia y calidad y el dinero que se invirtió en esos jugadores que llegaron como refuerzos, se recupera y se gana con la venta de los chicos del club.
-¿Sólo hablás de jugadores en las charlas con Spahn?
-La mayoría de los jugadores que tenemos son pibes del club y el presidente lo sabe… Cuando le hablo, no sólo lo hago desde mi rol de entrenador del plantel, sino que le hablo del fútbol femenino, del predio, del estadio… Yo quiero crecer como técnico y quiero hacer crecer a Unión… No siempre va a pasar lo que pasó este año.
-¿Por qué lo decís?
-Porque por este plantel nadie daba un peso y hoy, a cinco fechas del final, estamos en el lote de arriba en el torneo y en clasificación para Sudamericana. Y nos recuperamos de un partido flojo como el del otro día con Independiente, que me enojó mucho y se lo manifesté a los jugadores, porque yo me mato por ellos y sé que ellos se matan por mí. Pero les dije que el partido con Atlético era un desafío lindo para recuperarse, lo hicieron, ganamos bien y eso alimenta la idea de que tenemos un vestuario sanísimo y que da la vida, tanto yo por los jugadores como ellos por mí.
-El equipo es irregular. Por ahí pierde tres seguidos, luego gana dos, vuelve a perder y jugando mal pero a los cuatro días se recupera en todo aspecto y gana. ¿Le encontrás explicaciones a esa irregularidad?
-El fútbol es estado de ánimo puro, más allá de las herramientas que da el entrenador. Cuando vos jugás con un rival a priori más grande o mejor que vos, ahí es donde tenés que duplicar el esfuerzo, el orden y también el atrevimiento. Yo me comparo conmigo, cuando empecé en el fútbol. Yo me acuerdo que tenía partidos buenos, pero también tenía partidos regulares y malos, pero lo que nunca dejé de lado es el deseo de competir. Eso nunca lo negocié. ¿Qué pasó con Independiente?, que fuimos apáticos, que nos contagiamos de esa apatía desde el primer minuto, que defendimos profundos, muy atrás y nosotros estamos acostumbrados a ir para adelante, no a meternos atrás. Cometimos errores, vino la expulsión de Paz y pasó lo que pasó.
-Bueno, ahí tenés… ¿Qué le puedo decir yo a los jugadores en la semana más allá de aspectos tácticos, cuidados de las virtudes del rival?… ¡Nada! Es un partido único, jugar en la Bombonera es una motivación en sí mismo y eso es lo que los chicos tienen que entender. No se lo tengo que decir yo… Tomaremos recaudos, obvio… Pero ahí es donde yo les voy a decir que vamos a ir para adelante.
-Hay gente que te espera afuera de la cancha para saludarte, pedirte autógrafos y sacarse una foto con vos. ¿Qué te genera esa expresión permanente de cariño?
-Al hincha le estoy agradecido de por vida... Tuve la oportunidad de irme cuatro o cinco veces, en el fútbol argentino y afuera, ustedes lo saben muy bien, y les dije a todos que no porque me quería quedar acá en Unión… Yo quiero en serio a este club… El día que vea que le estoy haciendo daño o que no encuentro soluciones, no necesito que me paguen nada, armo la valija y me voy a mi casa… La gente me quiere y cree en este equipo porque vé que da todo lo que tiene. La conexión es muy fuerte. Por eso le digo a los jugadores que no podemos defraudarla. Que generamos la ilusión, nos tenemos que hacer cargo e ir detrás de concretar esa alegría que el hincha espera de nosotros.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.