"Llegamos 'muertos' a esos dos partidos, esa es la única y real explicación. No hay otra". Varias veces lo hablé con Nery Pumpido. Basta con repasar lo que había ocurrido en ese Nacional de 1979. Vélez había quedado eliminado en cuartos de final con River. El último partido lo jugó el 9 de diciembre, o sea 18 días antes del partido de ida con Unión. Por su parte, Unión había jugado la segunda final con River cuatro días antes. Hagamos historia.
En 1979 se jugaba el Metropolitano y el Nacional. River ganó los dos torneos y a la Libertadores, en esos tiempos, iban solamente los dos campeones. Entonces, para definir el acompañante de River, debían dirimir Vélez y Unión, uno (Vélez) por haber sido el subcampeón del Metro y el otro (Unión) por haber sido -sin haber perdido ninguno de los dos partidos- el subcampeón del Nacional.
Entre el 2 de setiembre (inicio del torneo) y el 23 de diciembre (día de la segunda final con River), Unión había jugado 20 partidos. Pero había dos agravantes: 1) la fase final de ese torneo Nacional, donde Unión tuvo que eliminar primero a Talleres de Córdoba, luego a Atlético Tucumán y la final con River, se jugó miércoles y domingo; 2) Unión tenía un plantel muy corto, eran los 11 titulares que se recitaban de memoria, más Eduardo Sánchez, Arroyo, Bertolé, Stelhick, Torres, Biasutto y alguno más que se pueda escapar a la fragilidad del recuerdo.
Tenés que leerA pesar de estar invicto, el "Vasco" cambia en UniónLos 11 de memoria eran Pumpido; Hugo López, Mazzoni, Cárdenas, Regenhardt; Alberto, Telch, Pitarch, Ribeca; Paz y el Turco Alí, excelentemente preparados físicamente por un hombre que aquéllos ex jugadores recuerdan siempre con mucho respeto: el profesor Rodolfo Rodríguez, el preparador físico de Reynaldo Volken.
Unión había dado todo en esas dos finales del 19 y 23 de diciembre con River; tenía ante sus ojos la posibilidad de hacer historia clasificando a la Libertadores y le tocaba enfrentar a Vélez, que se había dado el gusto de darle descanso al plantel y prepararlo para la eventualidad de los dos partidos definitorios si es que Unión no salía campeón y repetía River. Es cierto que se entrenaban sin la certeza de que iban a jugar esas finales (cosa que no habría acontecido si el campeón era Unión), pero la posibilidad estaba y tuvieron 18 días para hacer un trabajo a conciencia que se notó mucho, sobre todo en el segundo partido. Fue 0 a 0 el 27 de diciembre en el 15 de Abril y 3-0 a favor de Vélez en el Amalfitani, el día previo al cierre de un 1979 histórico e inolvidable para Unión.
Como una mueca del destino, uno de los goles de Vélez en aquél segundo partido lo marcó un hombre que luego llegó a Santa Fe y dejó su sello de calidad y goles: el Pepe Castro. También brillaba un volante ofensivo, que jugaba del "falso 9", que Unión también disfrutó años más tarde: el uruguayo Julio César Jiménez.
Tenés que leer¿Unión empieza a mirar a los de acá para manejar el fútbol?Unión perdió allí la chance de jugar la Libertadores (iba a compartir el grupo con River, Sporting Cristal y Atlético Chalaco, estos últimos de Perú). Muchos dijeron que Unión "no quería" jugarla, que "no convenía". Mito urbano que algunos se encargaron de desparramar sin ningún tipo de certeza ni asidero. La Copa Libertadores no tenía, por entonces, el poderío económico de ahora. Eran tiempos de televisión abierta, con un escasísimo aporte y en los que los clubes se "bancaban" con las recaudaciones y las cuotas societarias, más alguna venta que casi nunca se realizaba al exterior. Días antes de aquél primer partido, Unión se regodeaba con las recaudaciones obtenidas en esa parte final del Nacional, que además de haber servido para pagarle hasta el último peso a todos los jugadores, aportaba un remanente para cubrir algunos "agujeros" y reforzar el plantel para la temporada siguiente.
Aquella mentira no sólo tenía "patas cortas" sino que también no reparaba en un simple pero contundente detalle: ese plantel debe haber sido uno de los que más sentido de pertenencia puso en la cancha, pues tenía muchos jugadores que habían caminado desde niños o adolescentes por los pasillos del club.
Cosechó Unión como visitante de Vélez en Primera División. La primera fue en 1978, cuando el Tate ganó 1 a 0 con gol de Miguel Angel Giachello. La última fue, precisamente, la última vez que se enfrentaron en el Amalfitani: 2 a 0 en 2017 con goles de Gamba y Soldano.