El gol de Lucas Barrios dejó varias sensaciones: 1) los regalitos se pagan muy caros ante jugadores de jerarquía; 2) todos nos fuimos del 15 de Abril con la sensación de que Unión perdió dos puntos, más allá de que el contexto general del partido haya sido de bastante paridad. Gimnasia se sintió más cómodo y seguro en los primeros 30 minutos, sin dominar. Unión levantó en la parte final del primer tiempo, también sin dominar. Y en el segundo, el partido -que había sido muy intenso y atractivo en el primer tiempo- se fue desinflando y hasta parecía que le quedaba más resto a Unión para capitalizar alguna réplica, hasta que llegó el regalo defensivo (error claro e inadmisible) que le dio a Barrios la posibilidad de empatar el partido.
Ezequiel Cañete (7) y Nelson Acevedo (6) fueron los mejores. El puntito de "ventaja" a favor de Cañete es pura y exclusivamente por el gol. Los dos estuvieron en un mismo y buen nivel. Metieron, corrieron, quitaron y jugaron. Cuando ellos levantaron el nivel, el equipo empezó a mostrar un poco más que el rival. Cañete dijo después del partido que su salida fue táctica y no porque haya pedido el cambio o se sintiese cansado.
Nicolás Peñailillo (6) empezó a mostrar por qué se insistió tanto en su llegada. Mucho ida y vuelta y llegada. Metió un cabezazo en el primer tiempo que picó en el piso y permitió la reacción de Rey -de lo mejorcito de Gimnasia- y en el segundo también hizo revolcar al buen arquero tripero con un remate desde afuera del área. Buen partido.
Uno que tuvo buenos pasajes y se animó a jugar siempre, fue Kevin Zenón (5). Se movió preferentemente por izquierda, un sector en el que aprovecha claramente su perfil zurdo, aunque a muchos -me incluyo- les gusta cuando va por derecha y engancha hacia adentro. Exigió con un par de remates desde afuera del área demostrando su buena pegada.
Tenés que leerUnión empató con Gimnasia de La Plata y mantiene el invicto en el torneoMoyano (6) apareció en un par de ocasiones y no tuvo nada que hacer en el gol, que fue un evidente error defensivo pero no achacable al arquero. Sobrio, bien en las salidas a cortar envíos aéreos y ahogando el grito de gol en el primer tiempo ante un remate de Miranda.
En el sector defensivo, Vera (4) bajó mucho su nivel pero hubo atenuantes y explicaciones. Carbonero jugó como wing izquierdo, lo exigió siempre y le impidió que participe en ataque. Sus proyecciones fueron escasas. Y en contrapartida, sufrió mucho en el mano a mano con el delantero y muchos pelotazos que Gimnasia jugó a sus espaldas, que sigue siendo un sector en el que hay que ajustar detalles y movimientos con Calderón (5), que a veces fue con mucha vehemencia a la marca del rival, pero trató de imponer su fuerza y potencia física frente a un equipo que llegó mucho con sus volantes y utilizando de pivote a Barrios.
Esa parte defensiva se completó con Galván (4), mal parado en la jugada del gol, desatento a la marca de Barrios en una desconcentración que le costó el partido a Unión. Su salida desde el fondo fue impecable como siempre (de más está decir lo bien que le pega a la pelota), pero más allá de que ganó en varias, la jugada del gol desnaturaliza su actuación. Y Portillo (5) no pudo hacer nada en esa jugada porque debió estar atento a no perder la marca a sus espaldas.
Arriba, fue muy poco lo que se vio de Machuca (4), que fue amonestado sobre el final de la primera etapa, dejó su lugar en el entretiempo y no logró encontrar nunca los espacios para encarar y buscar el desborde en velocidad, atributos que le vio Azconzábal para elegirlo como reemplazante de Gastón González. Fernando Márquez (5) mostró una faceta que debe reconocerse, que es la del sacrificio para moverse por todo el frente de ataque, colaborar con el resto de sus compañeros y jugar con cierto criterio cuando lo buscaban de espaldas al arco. Ocurre que a diferencia de García, no logró encontrar la ubicación adecuada para estar cerca del gol.
De los que entraron, poco del Pajarito Juárez (4) a pesar de su encomiable actitud para correrlas a todas; González (5) encabezó bien un par de ataques que no prosperaron y pocos minutos en cancha para Corvalán y Mauro Pittón, sin demasiada preponderancia en el desarrollo del juego.