No es un partido más el de este sábado. Por varios motivos: 1) Se está por jugar la quinta fecha y Unión no ganó todavía; 2) la recuperación futbolística del sábado pasado ante Lanús, tapó las enormes dudas que habían dejado los 90 minutos de muy bajo nivel ante Banfield en el último partido de local; 3) llega uno de los punteros del torneo; 4) San Lorenzo es el tercer grande al que Unión tiene que enfrentar en apenas cinco fechas del torneo y 5) Unión está último en la tabla, enfrenta al que se encuentra en el otro extremo y necesita ganar para salir de ese lugar y recuperar el terreno perdido en la tabla general, que es la clasificatoria para las copas internacionales del año que viene.
El extravío futbolístico notorio que se vio ante Banfield, cambió llamativamente en apenas 72 horas cuando se empató en la Fortaleza granate. Conjugaron varios aspectos. Desde el punto de vista del técnico, el simple hecho de armar una línea de cinco con dos marcadores de punta con proyección, le dio buena apertura por los costados, proyección y variantes ofensivas, algo de lo que adoleció ante Banfield. Y desde el punto de vista de los jugadores, el gran partido que hicieron Pittón y Cañete, claves para que Unión tenga fútbol, posesión de pelota y claridad ofensiva.
A Unión le falta gol. Por eso, si la decisión de Azconzábal es poner a Márquez, es una prueba más y un acto de justicia hacia el único delantero que pudo llegar al gol en lo que va del torneo (el que le hizo a Boca). Los dos goles en cuatro partidos que marcó el equipo, el tiempo que ha pasado desde la última vez que pudo hacer más de un gol en un partido (contra Lanús, el 1 de marzo, que además fue la penúltima victoria como local, ya que la última fue con Boca, con el gol de Peñailillo, hace cuatro meses).
Tenés que leerUnión: van a esperar a Portillo "hasta último momento"Unión ha ganado poco como local, le ha costado marcar goles y le tocó un fixture complicado en el arranque que no puede ni debe servir de consuelo o excusa. Las carencias de este equipo están a la vista, en algunos aspectos por la falta de convicción del entrenador a la hora de mantener una formación estable y, en otros, por una respuesta poco sólida e inadecuada de sus jugadores. El caso testigo es el de los delanteros. Márquez, en su momento, dejó el equipo titular; García ganó el lugar porque hizo algunos goles pero, sobre todo, por su entrega física para no ser un blanco fijo de los defensores rivales; Cordero tuvo tres chances de titularidad y no "mojó". El delantero vive del gol. Y la búsqueda debe abarcar todo: llámese técnico (por las variantes) y jugadores (porque Unión tiene tres '9' y espera la llegada del cuarto, que es Nicolás Blandi).
Azconzábal se convenció también de que el doble "9" por adentro no le funcionó. Habría que verlo en acción con un equipo que tenga más desborde por afuera y no, por ejemplo, con lo que intentó el día del mal partido ante Banfield, cuando resultaba muy difícil de ver alguna jugada bien hilvanada por afuera y que termine en un centro que pueda ser capitalizado adentro del área por los dos puntas. El ingreso de Daniel Juárez -un delantero con movilidad y que va por afuera, al igual que Machuca- le dio una variante ofensiva que fue positiva. Pero está claro que la falta de gol se volvió a sentir y tuvo que depender de un remate de afuera del área de un volante (Cañete) que contó con la inestimable colaboración del palo y el rebote en la espalda del arquero de Lanús para meterse en el arco y decretar el justo empate en Lanús.
Azconzábal repitió el esquema, alteró algunos nombres que fueron clave para darle más variantes ofensivas al equipo y lo ayudaron los rendimientos individuales en alza de todos los jugadores. Las dudas rondaban y preocupaban en torno al técnico. No se disipan del todo. Unión necesita mejoría en todo aspecto. En el juego, podríamos decir que se dio porque la comparación con el piso ante Banfield (cuando tocó fondo), permitía vislumbrar que, con poco, bastaba para que el nivel subiera. Pero además, hay que empezar a ganar. La tabla no miente.
El chileno Nicolás Peñailillo está haciendo fútbol por lo que podría estar en condiciones de ser tenido en cuenta en cualquier momento por Azconzábal. Mientras tanto, su habitual función en el equipo la está desarrollando Lucas Esquivel, de buen partido en cancha de Lanús.
El libro de pases cerró definitivamente el jueves de la semana pasada (29 de julio) y sólo queda pendiente la posibilidad de incorporar a alguien siempre que se venda algún futbolista al exterior. Para ello, continuará abierto hasta el 5 de setiembre, en concordancia con el libro de pases de Europa, en una decisión que se tomó desde el momento en que Alario hizo uso de la cláusula de rescisión para irse de River al Bayer Leverkusen de Alemania, cuando ya el libro de pases estaba cerrado y la entidad millonaria no podía incorporar a nadie más.
Si algo de esto no ocurre, el libro de pases se cerró definitivamente en cuatro caras nuevas para el plantel del Vasco Azconzábal. A los dos primeros que se sumaron, que fueron Nicolás Cordero y Emanuel Brítez, se agregaron Nicolás Blandi y Dylan Gissi.
A propósito de Blandi, está en Buenos Aires realizando la cuarentena, entrenando por su cuenta (algo que también hizo en Chile mientras esperaba el avión privado que lo trasladó a nuestro país) y el miércoles de la semana que viene llegará a Santa Fe para sumarse al plantel. Quizás no esté en condiciones de ser tenido en cuenta el viernes ante Huracán, pero habrá que ver si llega al partido con Talleres o frente a Godoy Cruz.
Esta es la probable formación para recibir a San Lorenzo, haciendo la salvedad de que se lo esperará a Portillo hasta último momento: Moyano; Vera, Calderón, Portillo, Corvalán, Esquivel; Cañete, Mauro Pittón, Zenón; Juárez y Márquez.