Los tiempos han cambiado para Unión. Allá por el año 1980 -y antes también- cuando se empezó a construir La Tatenguita, Unión no tenía divisiones en Afa. Todo lo que había debajo del plantel profesional, estaba bajo la órbita de la Liga. Menos divisiones, menor cantidad de jugadores y otra clase de exigencia en la preparación. Otros tiempos, como también eran otros tiempos para el plantel profesional. Quizás La Tatenguita tampoco era suficiente, pero servía y mucho.
Desde que Unión se insertó en las divisiones competitivas de Afa, la infraestuctura para el fútbol pasó a convertirse en un problema. Y la realidad es que Unión nunca tuvo, en el proyecto de los dirigentes de turno, como objetivo prioritario la construcción de un predio deportivo como lo tienen todos (o casi todos) los clubes que hoy militan en Primera División.
Entonces, que cualquier club sin el predicamento, el arraigo y la historia de Unión, hoy presente entre sus logros la propiedad de un predio deportivo, debería ser la "mojada de oreja" -y perdón por la expresión si a alguno le molesta- para que pase a convertirse en una prioridad, un objetivo a corto plazo.
Ni siquiera Angel Malvicino, quizás el dirigente con mayor ambición a la hora de pensar en obras para el club (alguna vez llegó a imaginar la construcción de un nuevo estadio en La Tatenguita), puso manos a la obra en serio para comprar un predio e iniciar una obra que, naturalmente, demandará un largo tiempo porque es imposible pensar en algo semejante que se construya de la noche a la mañana.
Tenés que leerUnión tiene once días para tres finales pero juega siempre a las 17La llegada al club de la secretaría técnica puso en el tapete otra vez el tema. La necesidad de, al menos, neutralizar en un solo lugar a todas las divisiones formativas (a excepción de los profesionales), motivó el reclamo. Por eso hubo -y hay- gestiones con el predio de la Liga Santafesina; quizás también se buscaron algunas alternativas (por ejemplo, Complejo Parque Norte, un predio con al menos 10 canchas, de fácil acceso y que está a punto de terminarse. No hay dudas: el predio que Unión requiere, debe ser de uso exclusivo para el club. Entre entrenamientos y competencia, la prestación es de lunes a lunes.
Todos lo entienden en Unión, pero parece que es de la boca para afuera. Todos lo prometen, pero no lo encaran como una prioridad. Los recursos van para otro lado. La realidad es que Unión nunca pudo tener la tesorería en condiciones de invertir en el mejoramiento de la calidad deportiva. Porque de eso se trata, primero de una inversión (y no un gasto); y segundo, de que el predio provocará sin dudas un mejoramiento en lo futbolístico y en el sentido de pertenencia. No hay nada mejor que la casa propia.
Si se hiciera un cálculo de lo que Unión debió gastar en todos estos años en el alquiler de los predios (Casasol, Los Molinos) para las prácticas de sus planteles, seguramente más de uno se agarraría la cabeza. Pero es la realidad. Dentro de todo, Casasol está adaptado a las necesidades del plantel profesional y hasta sirve de concentración. Hay comodidades, al menos nadie se queja. Pero no es de Unión. Y ahí está el problema.
Revisar este aspecto es también clave para cristalizar un objetivo de crecimiento y grandeza. Tener un predio propio no garantizará el logro de un campeonato. Pero a no dudarlo que creará condiciones mejores de trabajo y proyección de sus planteles. Y sin dudas que este será un granito de arena más (o quizás los principales cimientos) en la construcción de un objetivo de gloria.
No será nada fácil el partido del jueves que viene para Unión, pues lo visitará uno de los equipos de mejor rendimiento (futbolístico y en puntos) de esta última parte del torneo, como es Defensa y Justicia.
Para este encuentro, Munúa tendrá en condiciones a Brítez (cumplió la fecha de suspensión) en tanto que se aguardará también por la evolución de Gissi, aunque en este caso es difícil, por más que sea buena esa evolución, que sea tenido en cuenta para este partido.
También sigue su proceso evolutivo el delantero Nicolás Blandi, que entró en los últimos quince minutos ante Newell's en el Parque pero que evidentemente el largo tiempo sin jugar, sobre todo en Chile, lo puso en inferioridad de condiciones desde su llegada a Santa Fe.