El preparador físico que acompañó al uruguayo en aquella campaña de Unión fue el profesor Carlos Hurtado.
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
El padre de la criatura fue el uruguayo Washington Etchamendi, 42 años, casado, con dos hijos, quien había asegurado que se ganó el campeonato de punta a punta, empleando una definición turfística, “de orejita parada”, manteniendo durante la primera rueda, en condición de anfitrión, la valla invicta, mérito del arquero Luis Ángel Tremonti y de la segura defensa.
En rueda de prensa, la jornada histórica de consagración unionista, rodeado de colegas con grabadores, micrófonos, libretas y lapiceras, admitió con absoluta seguridad que “nadie hace o forma un crack, el que le diga a ustedes que lo hicieron, ése no es crack. El futbolista de notables condiciones, nace; nosotros los técnicos, sólo podremos corregirlo o darle una ubicación”.
Señalaba el sencillo y responsable adiestrador que posibilitó la obtención del campeonato de Unión en el principal certamen de ascenso de 1966 que “al fútbol se juega con la pelota, el jugador solamente realiza movimientos dentro del campo, aprovechando sus virtudes y los errores de los jugadores contrarios”.
“El Pulpa” Etchamendi siempre estaba vestido con un saco de corderoy y una camisa sin corbata, repitiendo siempre una frase de Bernard Shaw como lema: “Éste es un juego que se piensa con la cabeza y se realiza con los pies”.
La tarea exitosa de Etchamendi se había iniciado con diversos equipos orientales a los que llevó a primera división, además de dirigir a Defensor Sporting y Liverpool. El año anterior estuvo brevemente en Colón, pero por sus ocupaciones como empleado del municipio, la enfermedad de su mujer y revendedor del diario La Mañana, en Montevideo, desistió por falta de tiempo y recomendó a su amigo José “Pepe” Etchegoyen; luego, éste le dijo a los dirigentes de Unión que contrataran al “Pulpa” que los iba a sacar campeón, quien arribó a Santa Fe el 15 de enero de 1966 para iniciar su trabajo.
Para “el Pulpa” Etchamendi, su principal colaborador y hombre de confianza resultó ser el preparador físico del campeón: “El profesor Carlos Mario Hurtado es un tipo bárbaro como profesional y como hombre”.
Con su rostro alegre y sincero en sus apreciaciones, el adiestrador oriental explicó que “Hurtado ratificó sus conocimientos y los méritos acumulados a través de varios años de actuación en Unión, asegurando una excelente preparación de los equipos principales del club, en la parte física”.
Manifestó, al propio tiempo que los dirigentes lo habían elogiado con enormes apreciaciones, aseverando que “Hurtado tuvo la oportunidad de demostrar sus grandes condiciones en un campeonato distinto y de mayor trascendencia al de los últimos años, según el presidente Casabianca”.
El eufórico presidente unionista, Marcelo Casabianca sostuvo que Hurtado había llegado al club en 1951, como director de las divisiones menores y cadetes y también como entrenador de natación (excelente especialista en 1.500 metros siendo campeón argentino por el Club Náutico El Quillá) y polo acuático (bicampeón argentino con los juveniles del Colegio de la Inmaculada Concepción) y organizando el Departamento de Actividades Deportivas y Culturales del Club.
Hurtado tenía entonces 34 años, casado, dos hijos, ratificando el oriental que “es el único preparador físico que ha trabajado conmigo, que nunca habló una palabra de fútbol; nunca me dijo si tal o cual jugador es bueno o malo; si tal o cual jugada estuvo bien o mal realizada”.
“Hurtado no se mete en la parte técnica ni habla ni conceptúa. Es uno de los mejores adiestradores que tuve, reúne la gran calidad de conducir el grupo humano y hacerlo trabajar, de acuerdo con las necesidades técnicas. Es el único que entrena con ejercicios de pelota y el único que vive exclusivamente para entrenar a un equipo”.
“Conducía el plantel de futbolistas con seriedad y responsabilidad, especialmente en las concentraciones en la localidad de Sauce Viejo y en el Hotel Continental en Buenos Aires. Yo no aceptaba bromas de mal gusto por parte del plantel, porque había varios futbolistas pícaros que hacían bromas que no me agradaban”, adelantó en su oportunidad “el Pulpa” Etchamendi.
Los 26 campeones En el curso de los 40 partidos que disputó el Club Unión para consagrarse campeón por Primera y única vez en un torneo de la Asociación del Fútbol Argentino, el número de futbolistas que conformaron la alineación titular que dirigía el uruguayo Washington Etchamendi. El arquero Luis Ángel Tremonti, el defensor central Hugo Francisco Figueroa y el lateral derecho Jorge Alberto “Nene” Gómez, tuvieron casi asistencia perfecta, faltaron a un solo encuentro, es decir que actuaron en 41 juegos. Empero, el paraguayo Juan de Rosas Cabaña, el portero Héctor Tocalli y Carlos R. Torres solamente jugaron en una oportunidad. Victorio Nicolás Cocco se desempeñó en 37 encuentros; Omar Asencio 36, Luis Sauco Borges 35; Luis Díaz 32; Julio César Fernández 29; Luis Casal 26; Rubén Iglesias 25; Pedro Mansilla 24; Ángel Cabrol y Orlando Ruíz 18; Juan Carlos Lapalma, Mario Olivera y Julián Pirez; Luis Gregorio “Cabezón” Ciaccia 8, el salteño Miguel Antonio Juárez 7; Mario Rubén Mendoza y Mario Nicasio Zanabria 5; Rodolfo Primitivo Zanabria 4 y Juan Carlos Forti 3 participaciones.
El dato Gesto. La subcomisión de fútbol era presidida por Malvicino y “el Gitano” Juárez fue la primera incorporación. Venía de actuar en Central Córdoba de Rosario y percibió una importante suma de dinero que devolvió en su totalidad al presidente Casabianca porque una de sus rodillas le dijo basta y abandonó el fútbol con siete encuentros, valorando el titular unionista el gesto del deportista. Luego, “el Gitano” fue uno de los técnicos de mayor renombre en la historia de Colón.
11 Titulares Para enfrentar pasado mañana a Gimnasia, en el bosque platense desde las 19.10: Nereo Fernández; Agustín Sandona, Leonardo Sánchez, Rolando García Guerreño y Bruno Pittón; Lucas Algozino, Manuel de Iriondo, Mauro Pittón y Diego Godoy; Franco Soldano y Lucas Gamba.