Es cierto que se dio una circunstancia muy especial: Boca estaba a dos días de jugar la segunda final de la Copa Libertadores, ante América de Cali y, por tal razón, el Toto Lorenzo puso suplentes. Pero en ese momento era el equipo de moda del fútbol argentino. Había sido bicampeón en el 76, había logrado la Libertadores por primera vez al año siguiente (le ganó la final a Cruzeiro) y en ese 1978 había sido campeón del mundo venciendo al Borussia de Alemania (2 a 2 en la Bombonera y un lapidario 3 a 0 en Alemania) en una final intercontinental muy particular pues, en realidad, Boca debió haber enfrentado al campeón de Europa, que fue el Liverpool de Inglaterra y, como desistió de jugar esa final, lo hizo frente al subcampeón.
Boca tenía todo preparado, aquel 26 de noviembre de 1978, para jugar dos días más tarde el segundo partido ante Deportivo Cali. Ese equipo del Toto se recitaba casi de memoria: Gatti; Pernía, Sá, Mouzo y Bordón; Benítez, Suñé y Zanabria; Mastrángelo, Salinas y Perotti. Boca iba a derrotar por 4 a 0 a los colombianos y se iba a alzar con la segunda Libertadores en forma consecutiva. Esa fue la razón por la que aparecieron nombres “extraños” en aquél partido ante Unión.
Mientras tanto, Unión disfrutaba de un año que fue inolvidable. Después de un 1977 con problemas deportivos e institucionales, asumía un hombre que cumplía por entonces funciones de síndico en el club y que se iba a poner al hombro la reconstrucción económica y deportiva: el escribano Rubén Neme.
Con la ayuda de la gente que por entonces tenía a Super Manuel Corral como figura principal, Neme fue armando un equipo con Reynaldo Volken de entrenador, encontrando figuras que le dieron realce y jerarquía. No era un plantel numeroso, pero la llegada de jugadores como Pitarch, Ribeca, Giacchello, la notable mejoría que empezó a experimentar el Turco Alí luego de un comienzo trastabillante luego de su llegada desde Huracán de Comodoro Rivadavia, más el aporte que le fueron dando los que venían desde antes (por ejemplo los defensores), hicieron que Unión cambiase totalmente de un año al otro.
Así se dio un Metropolitano en el que peleó el título hasta el final (Quilmes fue campeón con 54 puntos, Boca fue segundo con 53 y Unión tercero con 52). Inclusive, en un momento de la última fecha (Unión jugó con Estudiantes en Santa Fe y ganó su partido), Unión había igualado la línea de Quilmes en el primer lugar. Después, los cerveceros, con una extraordinaria movilización de hinchas al Gigante de Arroyito, derrotaron a Rosario Central y se alzaron con el título de campeón.
En el Nacional, Unión llegó a la semifinal y cayó derrotado ante River (fue victoria millonaria en el 15 de Abril y empate en el Monumental). Pero durante la disputa de ese torneo, le tocó jugar en la cancha de Boca el domingo 26 de noviembre de ese 1978 tan particular para la historia futbolera de nuestro país y lo goleó por 4 a 0.
El Toto puso algunos nombres ilustres en aquél equipo, pero reservó a todos los titulares para enfrentar a Deportivo Cali y consagrarse nuevamente campeón de la Libertadores. Veglio, Potente, los hermanos Alvez, el arquero Santos y Husillos no son nombres desconocidos, pero lejos estaban de aquellos que eran los titulares indiscutidos para el Toto, quien había regresado al país luego de haber dirigido en Europa, en 1975, precisamente para hacerse cargo de Unión y sorprender a propios y extraños con dos grandes campañas en el Metropolitano y en el Nacional, al punto tal que es muy difícil encontrar registros de un equipo que haya ascendido de la B a Primera y que haya ganado los primeros cinco partidos que disputó en la máxima categoría. Y Unión lo hizo en 1975 hasta que en la sexta fecha perdió el invicto en cancha de River.
Todos los goles de Unión, esa tarde en la Bombonera, llegaron en el transcurso del segundo tiempo. Lito Bottaniz abrió la cuenta, aumentó Pitarch, Arroyo convirtió el tercero y Carlos Santos Mazzoni convirtió el cuarto y último gol rojiblanco. Si bien Boca sufrió tres expulsiones (el árbitro del encuentro fue Carlos Coradina, habrá que decir que las últimas dos (Veglio y Potente), llegaron con el 0-4 consumado.
Fue la primera pero no la única victoria como visitante de Unión ante Boca. Luego llegaron otras cinco, algunas muy recordadas como cuando también convirtió cuatro goles en una jornada muy especial desde lo sentimental, porque fue el partido posterior al accidente que le costó la vida a Diego Barisone. O previamente, cuando Facundo Sava había tomado las riendas del equipo que luego se fue al descenso y provocó un cambio de nombres casi completo para ir a la Bombonera, consiguiendo una inesperada victoria.
Esas seis victorias que logró Unión de visitante ante un grande como Boca, lo pone en un sitial bastante parejo en comparación con el rival. Boca ganó 9 veces en Santa Fe. Hay una diferencia, pero no la suficiente teniendo en cuenta la distancia de jerarquía que existe entre uno y otro club.
Allí irá Unión, a una Bombonera que tiembla y late a la vez, a un escenario en el que supo hacerse fuerte. Allí, alguna vez, Unión logró una victoria deslumbrante en la temporada 89-90, con Humberto Zuccarelli de entrenador y un golazo de Llane. Ese día, Unión quedaba en el cuarto lugar de la tabla y con posibilidades de pelear el título. Hubo un paráte, se fueron Madelón y Echaniz, el equipo quedó disminuido en su potencial y se sucedieron varias derrotas que interrumpieron el crecimiento sostenido que había traido hasta ese momento. La Bombonera siempre impresiona, los protagonistas cuentan que el piso se mueve, sin embargo, Unión supo de jornadas de gloria que quedaron cargadas para siempre en el chip de los recuerdos. Y esa de hace casi 41 años, en 1978, es, posiblemente, la más importante por el resultado.
Boca: Santos; Hugo Alvez, D’Angelo, Franceschini y Alonso; Veglio, Abel Alvez y Potente; José Luis Alvarez (Salguero), Carlos Alvarez (Husillos) y Rio. D.T.: Juan Carlos Lorenzo.
Unión: Biasutto; Regenhardt, Mazzoni, Merlo y Bottaniz; Alberto, Telch, Pitarch y Ribeca; Arroyo y Alí (Jorge Salas). D.T.: Reynaldo Volken.
Goles: a los 11 minutos Bottaniz, a los 34 Pitarch, a los 35 Arroyo y a los 41 Mazzoni de penal, todos en el segundo tiempo.
Expulsados: a los 19 m D’Angelo y a los 44 m Veglio y Potente, todos de Boca y en el segundo tiempo.