"Hay que agradecerle a San Mele", le dijo Emanuel Brítez a El Litoral en la histórica e inolvidable noche de Barranquilla. Y esto de convertirse en figura se ha convertido, para Mele (7), en una cotidianeidad que, quizás, no debería ser vista como algo natural, más allá de que nadie discute lo bueno de tener a un arquero que salva partidos. Quizás Mele haya cometido una imprudencia al salir en forma tan alocada -desaforada podría decirse- a tirarse a los pies de un jugador muy rápido como Aliendro para cometerle el penal, cuando el partido estaba 1 a 0 y en la jugada previa le había tapado en el primer palo un remate al Pulga Rodríguez.
El trabajo defensivo de Unión no fue bueno. Brítez (5) fue, quizás, lo más destacado por el sector derecho de la defensa, aportando al menos en cuentagotas su solidez y personalidad. Calderón (4) y Polenta (4) tuvieron problemas para marcar a Wanchope, que supo jugar muy bien, tanto de frente como de espaldas, mientras que Corvalán (5) estuvo un escalón por encima de los otros dos, aunque algo complicado en el primer tiempo con el tándem Meza-Farías.
En el mediocampo, Vera (5) sumó méritos con la gran jugada en el gol de Luna Diale; Roldán (4) no aportó la cuota de fútbol necesaria para que no se pierda tan rápido la pelota; Portillo (4) cometió una imprudencia en la jugada de la expulsión, con un planchazo en la parte de la tibia sobre Aliendro, en tanto que Zenón (4) dio la impresión de pesarle demasiado el partido, sin aportar esa frescura y desborde que son habituales en él.
Arriba, Luna Diale (5) no participó tanto del juego pero estuvo en el gol y anteriormente le habían anulado otro, aunque en clara posición adelantada de Álvez en el origen de la jugada, en tanto que Álvez (5) dio la impresión siempre de estar más lento que los rivales y de perder más que ganar, aunque remontó un poco el nivel en la parte final del partido.
En los cambios, Munúa empezó a corregir a partir de la expulsión de Portillo y antes de que llegue el empate de Farías de penal. Primero reforzó el medio con Nardoni y Esquivel, luego agregó a Machuca para tener más profundidad en el ataque (ya con el partido empatado) y en el final terminó jugando con el tándem Álvez-Gallegos para ir en búsqueda del empate, luego del segundo gol que convirtió Abila.
La estrategia de Munúa fue la de esperar y jugar de contragolpe. Le salió relativamente bien, a pesar de que el costo fue bastante grande: el partido se jugó casi de manera persistente en el terreno de Unión. Faltaron juego y serenidad para sostener durante más tiempo la pelota. Todo eso hizo que Unión fuese menos que Colón, aunque en el balance final le cierre mucho más el punto que consiguió.
Con la camiseta número 14, Tati Gerometta estuvo integrando el banco de suplentes dispuesto por Munúa para este clásico. Además, también estuvo Ezequiel Cañete, quien durante la semana jugó los 90 minutos del clásico de reserva, que se jugó en el 15 de Abril el miércoles pasado.