Derrota tatengue: Arsenal tuvo lo que a Unión le faltó
De prepo, con un bombazo desde afuera del área sacado de contexto y una actitud en el final más convincente, Arsenal dio vuelta un partido que se perfilaba favorable a Unión en el comienzo el segundo tiempo. Otra derrota dolorosa de un equipo que no sale del pozo.
Cuando Unión perdió con Argentinos Juniors, decía que a este equipo le faltaba algo más que un nuevo técnico. Y diez u once días después, el concepto no cambia. Algo de mejoría se vio con Tigre, pero se dio un paso atrás con Arsenal. Iba ganando, jugaba mejor que el rival, pero a la hora de asegurar lo que tanto le está costando (ganar un partido), flaqueó. Y en el final, Arsenal se lo terminó ganando de prepo, por insistente, mostrando más confianza y eso a lo que nunca se debe renunciar: actitud.
Dentro de un marco de un partido discreto, Unión fue más en el primer tiempo. Roldán se hizo dueño de la mitad de la cancha desde el mismo arranque del partido, Machuca provocó desequilibrio cada vez que entró en juego, Vera aportó llegada por sorpresa en el sector derecho y Pajarito Juárez fue el más peligroso, sobre todo con ese “cañonazo” desde afuera del área que hizo temblar por un ratito el travesaño en el final del primer tiempo, en lo que fue la jugada más clara de gol que tuvo el equipo del Gallego.
No hubo modificaciones tácticas en función de lo que se vio en el primer partido de Méndez, más allá de mayor libertad para los de arriba a la hora de moverse en el terreno. Por ejemplo, Machuca no se estacionó por derecha, sino se mostró por otros sectores de la cancha. Cuando se tiró por izquierda, provocó que Souto, el lateral por derecha de Arsenal, deje de proyectarse al ataque como lo hizo en la parte inicial del primer tiempo, juntándose con Brochero y generando algunos problemas a la marca que por allí debía ejercer Corvalán.
Fue pobre y limitado lo de Arsenal. Apenas algo de Guzmán y lo ya apuntado de Brochero por los laterales. Jugadas de peligro no generó una sola en todo el primer tiempo. Pero Unión no supo aprovechar esta circunstancia. Le faltó profundidad y repitió los defectos que lo llevaron a ocupar el último puesto de la tabla: la falta de eficacia arriba.
Cuando Unión encontraba espacios por derecha, con la subida de Vera, generaba problemas en un Arsenal que se notaba más lento que los jugadores de Unión en el sector defensivo, pero la falta de precisión, la mala puntería en algunas jugadas que eran claras pero que no fueron bien rematadas en el final, llevaron a que el partido termine igualado en cero en ese primer tiempo en el que el Tate fue levemente superior en el trámite pero no lo pudo llevar al resultado.
Castrillón por el Rayo González para iniciar el segundo tiempo. ¿Qué le faltaba a Unión?, gol. Sin dudas. Y los que aseguran eso son los delanteros, sin embargo es tan escaso lo que han mostrado Marabel y Vecino que no le aseguraban esa dosis tan necesaria para que el equipo convierta lo que ha sido una pesadilla en muchísimos partidos.
El movimiento del Gallego desde el vestuario le dio resultado de arranque. Justamente consiguió Castrillón lo que Unión necesitaba: el gol. La jugada fue muy buena. Juárez metió una pelota estupenda por arriba de todos para la aparición de Corvalán adentro del área, el pase al medio cruzó por el área chica y Castrillón conectó por el segundo palo. Duró poquito, casi nada. Cuatro minutos más tarde, Toloza cacheteó la pelota por arriba de Moyano y volvió todo a fojas cero. Era justicia con el gol de Castrillón, pero Unión no lo supo manejar y la alegría duró unos instantes.
El partido estaba para cualquiera de los dos. Arsenal había tenido dos situaciones clarísimas (la de Leal imposible de errar, debajo del arco y con todo a disposición) y Unión daba la sensación de complicar a una defensa que denunciaba lentitud. Pero Unión tampoco daba seguridades en el fondo. Para recuperar la pelota, Méndez puso a Gordillo por un Aued con poca actividad; para tener más fútbol, a Cañete por el Pajarito Juárez. Con Cañete y un Luna Diale más participativo, la idea de Méndez seguía siendo la de no apostar a un “9” hasta que lo hizo faltando 7, cuando entró Marabel por un Luna Diale que hizo poco en el primer tiempo pero que mejoró en el segundo tiempo, aunque ya en esa parte final daba muestras evidentes de cansancio y, por ende, imprecisión.
Es cierto que estaba para cualquiera, pero en el final dio la impresión de que en el carácter y la actitud, Arsenal tenía algo que a Unión le faltaba. Y eso lo consumó Londoño con un remate desde afuera del área que no encontró una respuesta firme en la mano derecha de Moyano.
Corvalán dijo luego del partido que al margen de la autocrítica, hay que tener “temple y carácter”. ¿Le faltó en este partido?, por momentos no. Pero quizás se advirtió en el final que Arsenal lo mostró en mayor medida. Y encontró su premio con el tiro del final, aumentando la preocupación y las urgencias de Unión.
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