Enrique Cruz
En la jerga futbolera, es "plato o m...". La buena es que Polenta tiene un fuerte golpe, no hay lesión y tiene chances ciertas de recuperación para ir a Colombia. Es imprescindible que levanten la puntería los de arriba.
Enrique Cruz
"Diego Polenta sufrió traumatismo de pierna derecha. Se realizaron estudios inmediatos en Sanatorio Santa Fe donde se observa integridad de ligamentos y estructuras meniscales evidenciando inflamación en la región del golpe. Realizará trabajos kinésicos evaluando la evolución del proceso inflamatorio para reiniciar la actividad deportiva". Así dice el comunicado emitido por Unión. El estudio se hizo el mismo día del partido, por la noche. Había preocupación, nadie lo niega, pero el resultado es lo mejor que le podría haber pasado a Unión. El uruguayo Diego Polenta no sólo que fue la figura del equipo (junto con Brítez y Zenón), sino que es un jugador clave para ir a buscar la hazaña a Barranquilla.
La sensación que quedó en el hincha es agridulce. Perder habría significado una virtual eliminación (iba a depender de un triunfo de Oriente Petrolero contra Fluminense); el empate no sólo lo deja con vida sino que hay algo que Unión no puede dejar de desconocer: que Unión depende de Unión. Y eso es lo mejor que se lleva en el largo viaje que emprenderá el martes luego del almuerzo hacia la calurosa y húmeda ciudad colombiana.
Claro que lo mejor hubiese sido ganar, porque ese resultado lo habría puesto en una situación de ventaja con su rival: dos de tres resultados, ahora, favorecen a Junior; si Unión ganaba, iba a ser al revés.
El dicho señala que "no hay mal que por bien no venga". Unión debe ganar, pero eso lo pone en un plano de exigencia bien arriba y sin lugar a especulaciones. En todo caso, el que podría especular, favorecido por la chance del empate, es el equipo colombiano. Si lo hace o no, dependerá de su propia estrategia. Unión debe pensar en Unión y tratar de llevar el partido al terreno más conveniente, el mismo terreno que apenas pudo transitar en los primeros 10 y los últimos 10 minutos del partido ante Fluminense.
¿Qué es lo que más preocupa?, la caida que tuvo el equipo en lo que respecta a chances de gol y eficacia ofensiva. El del jueves fue el partido más deslucido que tuvo el equipo. Maniatado por ese ritmo extremadamente lento y de toqueteo intrascendente de los brasileños, trató de forzar el ritmo cuando se hacía de la pelota y de imprimirle velocidad al partido. Es lo llevó a la imprecisión constante que favoreció los planes defensivos de Fluminense, lo alejó bastante de Fabio (el arquero de "Flu") y apenas le dejó lugar a un par de jugadas de peligro (la de Álvez en el primer tiempo que encimó bien Fabio y la más clara que fue el remate de zurda de Luna Diale que se fue por arriba del travesaño en el final).
Hay tres jugadores que tienen que levantar su nivel: Luna Diale, Roldán y Álvez. De ellos depende mucho la creación de juego y la definición. Y estos elementos, ante la exigencia de la victoria en Colombia, son clave. Si puede estar Polenta (es muy posible), Unión recuperará para el jueves a un jugador clave por lo que significa en como defensor, pero también por el aspecto de temperamento y personalidad, además de ese muy buen primer pase que lo convierta en una salida clara y precisa desde atrás. Solucionado ese aspecto, la cuestión pasará por la fineza y agresividad que tengan los de arriba. Y allí, Unión necesita que estos tres jugadores (en todos los casos, nunca más volvieron a recuperar el nivel de antes de sus lesiones) aparezcan en toda su dimensión.
El del jueves fue un "aprendizaje" más para un equipo con muchos jóvenes que arrancaron a jugar sin gente (en la pandemia) y que vienen experimentando cosas nuevas. En algunos, la presión del partido se sintió. Y se nota que les pesó. Ya lograron superarlo. Y si bien ahora van por algo más "pesado" (ganar en Colombia), ya pasaron por un trance que era estresante: jugar un partido ante una multitud, frente a un equipo brasileño y con la exigencia de lograr un resultado positivo. No se lo logró en un ciento por ciento, pero sirvió como experiencia para ir a buscar ahora otro objetivo de máxima que no les deja espacio para otra cosa que no sea la victoria.