Iban 27 minutos del segundo tiempo y la figura de Franco Calderón no paraba de agigantarse. Se lo había metido en el bolsillo a Cóccaro, el peligrosísimo delantero que tiene Huracán, cerraba con mucha solidez a las espaldas de Vera y no cometía fallas. Estaba haciendo un muy buen partido, transmitiendo esa seguridad al resto de sus compañeros en la línea de cuatro, hasta que llegó una distracción defensiva y una pelota que le metieron a Cóccaro para que encare hacia el arco de Mele. Allí se produjo la infracción (lo tomó de la camiseta y desde atrás) de Calderón, que el árbitro vio, marcó y penalizó con tarjeta amarilla. Se preparaba Garré para efectuar el tiro libre cuando empezaron a revisarla desde el VAR. Lo llamaron a Mastrángelo y éste fue a observarla, tras lo cuál volvió a la cancha, hizo la seña del VAR, anuló la amarilla y expulsó al mejor jugador que tenía el partido hasta ese momento.
Primera aclaración: el VAR intervino correctamente, pues es una de las jugadas en las que puede actuar (para expulsar a un jugador). Luego, lo que se hizo desde Ezeiza fue analizar la jugada para ver si se cumplían con los cuatro requisitos de la maniobra de último recurso.
Mirá también“Fue un partido entreverado e incómodo”Impedir una oportunidad manifiesta de gol es una de las acciones pasibles de ser sancionada con tarjeta roja. Para ello, deben darse cuatro requisitos: 1) el control de la pelota; 2) la distancia a la meta; 3) la dirección a la meta y 4) el número y distancia de los rivales. Según se deduce, Mastrángelo no valoró que se hayan dado los cuatro requisitos, pero sí el VAR (allí estuvo Nicolás Lamolina).
Fue allí que luego de ver en varias ocasiones la jugada, decidieron llamar a Mastrángelo y éste dio vuelta sobre sus pasos, anuló la amarilla y expulsó a Franco Calderón. El defensor tatengue, que no podrá jugar el miércoles ante San Lorenzo, no hizo declaraciones, pero el que habló fue Diego Polenta: “Yo elijo la tecnología, elijo el VAR y elijo creer en la honestidad de los árbitros. No puedo asegurar si llegaba o no llegaba a cruzar a Cóccaro, cuando encaró hacia nuestro arco. La jugada fue muy fina, pero repito que elijo creer en la honestidad de los árbitros”, señaló el defensor tatengue, de buen trabajo.
Sobre el partido, dijo que “el empate no es lo que quisimos ni lo que buscamos. Queríamos ganar par borrar la amargura de las eliminaciones de las copas, pero se dio un partido muy trabado, duro y no se jugó bien. Creo que el empate es justo. Fue muy difícil, para nosotros, jugar este partido. Y eso se vio en la cancha”, concluyó.