Venía de dar la peor imagen en la era Munúa. Jugaron el clásico como se debe jugar, a cara de perro, con el cuchillo entre los dientes y bien. Entró en la Sudamericana cuando las chances no eran tan ciertas. Es la victoria en un clásico que más se disfrutó de las últimas décadas.
Manuel Fabatia La imagen emociona por sí misma. El pibe Gastón González no lo puede creer, llora de alegría festejando su gol y el festejo tiene una destinataria: su mamá, que cumplía años. Además, fue en la última jugada del partido.
El fútbol es así. Regala momentos de dudas, incertidumbres, desesperanza; pero también sabe dar vuelta la página rápidamente y enseña el camino de la alegría extrema. Unión lo padeció y disfrutó en apenas una semana. De la decepción de Santiago del Estero pasó al éxtasis de una victoria aplastante en el clásico. De estar complicado para la clasificación, pasó a estar adentro y poner otra vez su nombre en la Copa Sudamericana. Todo en un ratito, en un abrir y cerrar de ojos. Así es el fútbol.
Unión jugó un partido consagratorio. Hay que escarbar mucho en la historia para encontrar una victoria ante el clásico rival con tantos jugadores surgidos de las entrañas del club. Vera, Brítez, Calderón, Machuca, Portillo, Gastón González de arranque. Márquez, Zenón y Nardoni después, cuando Munúa -otro gran responsable- hizo los cambios. Y fue consagratoria porque este plantel dejaba dudas respecto de su jerarquía, no se terminaba de acomodar, no era capaz de ganar tres partidos seguidos, no tenía una conducción claramente definida en cuánto a sus ideas (con Azconzábal) y tuvo que cambiar a mitad de camino, dando la sensación hasta estas últimas fechas que no le iba a alcanzar para terminar arriba de la mitad de tabla.
No digo que aquéllas incógnitas hayan desaparecido; más todavía, creo que este plantel necesita reforzarse con jugadores que le den un claro salto de calidad para progresar. Pero en estos últimos once partidos (tomando todo el ciclo Munúa), hubo claros avances. Y la secretaría técnica resultó fundamental: 1) tuvo que asumir y tomar rápidamente una decisión por los malos resultados y las dudas que generaba el ciclo Azconzábal; 2) su segundo "acto de gobierno" fue el de elegir al nuevo DT; 3) sin intermediarios ni "devolución de favores", apuntaron primero a Repetto y luego a Munúa, dos técnicos extranjeros; 4) encontraron rápida aceptación y confianza en la dirigencia, que no puso palos en la rueda y arregló con el elegido.
Manuel Fabatia El enloquecido festejo de los jugadores de Unión apenas terminado el partido. Se prolongó por varios minutos en el campo de juego y ante el delirio de su hinchada.
El enloquecido festejo de los jugadores de Unión apenas terminado el partido. Se prolongó por varios minutos en el campo de juego y ante el delirio de su hinchada.Foto: Manuel Fabatia
Si algo "pinta" cómo se dio esta decisión de traer a Munúa, vale una anécdota. Cuando la trilogía Battión-Limia-Amut (de fuerte ligazón histórica y de pertenencia con Unión) lo llamaron a Munúa, la primera respuesta de Munúa fue una pregunta: "¿Cómo llegaron hasta mí?". Nadie lo ofreció. Ellos lo venían estudiando, analizando y así lo eligieron. Arrancó pisando fuerte el uruguayo. Pero lo que es mejor, dándole lógica, normalidad, seguridad, confianza, orden y previsibilidad a un plantel que había entrado en el desvarío y la confusión.
Tampoco hay que olvidarse del Tato Mosset, al que Munúa mencionó en la conferencia (también habló bien de Azconzábal, es justo señalarlo). Porque ganó dos partidos tomando decisiones simples y le dio un plantel mejorado, al menos en lo anímico, al nuevo entrenador.
Unión jugó el clásico como hay que jugar los clásicos. Y al rival, más experimentado, lo pasó por encima no sólo con argumentos futbolísticos sino también anímicos. Los pibes no sólo corrieron más y jugaron mejor, sino que se "plantaron" frente a los grandes, más curtidos y con muchísimas batallas encima, que había del otro lado. Jugaron el partido de sus vidas.
La dirigencia agradece y felicita
A través de un comunicado, "la Comisión Directiva del Club A. Unión quiere agradecer el excelente comportamiento y acompañamiento de todas y todos los Unionistas en el día de ayer y en el sostenimiento del club en estos años difíciles donde la pandemia nos complicó a todos.
Queremos destacar la gran Fiesta y Carnaval Tatengue donde juntos y unidos volvimos a marcar la historia de supremacía en el clásico santafesino y logramos el objetivo de una nueva participación de nuestro Club en el plano internacional, la tercera en solo 4 años.
Además, queremos felicitar a las autoridades del gobierno provincial, de seguridad, policial, autoridades municipales, Empleados de nuestro Club y personal de Utedyc, por el operativo organizado para este clásico, donde se trabajó de manera coordinada y en cada situación que se presentó se resolvió con absoluta eficacia.
A nuestro joven plantel, cuerpo técnico, médicos y auxiliares que han dado nuevamente una muestra de coraje, inteligencia demostrando una vez más como se deben defender estos colores. Al trabajo realizado por el cuerpo técnico del Vasco Azconzábal y al Tato Mosset que aportaron lo suyo para lograr el objetivo del año.
Luego de un tiempo difícil por como nos afectó la pandemia, este fin de año podemos levantar las copas y abrazarnos en familia para gritar una vez más… Vamos Unión Carajo!!".